Encontrar socios para una empresa no es tarea fácil, pero muchas veces es imprescindible para llevar adelante una idea de negocio o hacerlo crecer. Tu elección marcará la diferencia porque un buen socio puede aportar visión, capital o esa red de contactos que te falta, mientras que uno inadecuado puede comprometer el futuro de tu negocio. Por ese motivo, es fundamental que elijas a un socio que mire en tu misma dirección.
“Ningún viento es favorable para quien no sabe hacia dónde navega”, dijo Séneca. Por tanto, comienza definiendo claramente tus objetivos y las habilidades que necesitas o los recursos que te faltan para seguir adelante.
Cuando tengas las ideas claras, piensa en un socio que pueda aportarte capital, experiencia o contactos. Recuerda que, como regla general, mezclar las relaciones personales con los negocios no suele ser una gran idea. Por tanto, un buen punto de partida son tus colegas de confianza.
Para buscar socio capitalista puedes utilizar las redes de emprendimiento, eventos de networking o incluso plataformas online especializadas, como la de la Comisión Europea. También existen opciones como EmprendApp, que te ponen en contacto con otros emprendedores para crear sinergias y colaboraciones o posibles proyectos en común.
¿Sabías que aproximadamente el 70% de las asociaciones fracasan, según Forbes?. Si no hay una buena comunicación o tenéis diferentes niveles de compromiso en lo que respecta al tiempo o el dinero, el vínculo puede disolverse a velocidad de la luz.
Para garantizar una relación sólida y equilibrada, es vital compartir valores y tener la misma visión a largo plazo. Si imaginas un crecimiento rápido y agresivo, pero tu socio prefiere seguir un enfoque conservador, es probable que los conflictos no tarden en llegar. Asegúrate, además, de comulgar con los principios éticos, ya que influirán en la toma de decisiones y la cultura del negocio.
El objetivo no es encontrar un alter ego, sino a un socio que te complemente. O sea, un profesional cuyas habilidades o recursos refuercen tus puntos débiles. Por ejemplo, si eres excelente en la parte técnica, pero flojeas en ventas o finanzas, busca a alguien que destaque en esos aspectos. Esa complementariedad añadirá equilibrio y eficacia al negocio.
Aunque los negocios se limitan al plano profesional, la relación personal que mantengas con tu socio será determinante. Es fundamental que seáis capaces de tener una comunicación abierta y honesta. También es vital que seáis constructivos a la hora de abordar los conflictos y las diferencias de opinión que inevitablemente surgirán. Si no podéis lidiar con los problemas de forma madura, la sociedad no durará mucho.
Hay personas maravillosas que pueden ser socios pésimos. Por tanto, investiga a fondo la trayectoria profesional y la reputación de los potenciales socios para tu empresa. Intenta descubrir cómo han gestionado negocios anteriores, si han tenido éxito o han fracasado y, sobre todo, cómo han afrontado las dificultades. Eso te dará una idea de su capacidad de resiliencia y la habilidad para afrontar situaciones de crisis.
“Cuentas claras, amistades largas”, dice un antiguo refrán que también podría aplicarse a la relación con los socios capitalistas o ejecutivos. Antes de empezar, aclara cuáles serán las responsabilidades de cada uno para evitar malentendidos en el futuro. Hablad sobre las contribuciones y la forma de tomar decisiones. Y luego, dejadlo todo negro sobre blanco. Plasma todos los detalles en un acuerdo formal por escrito, desde las contribuciones de cada socio hasta la participación en las ganancias o el plan de salida en caso de que uno decida abandonar el negocio.
No cabe duda de que buscar socio para un negocio puede llevarte tiempo, pero encontrar a la persona adecuada te permitirá seguir adelante con tu proyecto, con más apoyo y seguridad. Con un buen acuerdo y expectativas claras, podréis construir una relación de confianza y respeto mutuo que os permita emprender con éxito.