Si tienes un negocio, es probable que en algún momento necesites un préstamo o una línea de crédito para financiar el circulante, ampliar tu almacén o poner en marcha un proceso de internacionalización. Aunque las condiciones de financiación han mejorado en los últimos años, los autónomos y las pymes siguen encontrando trabas para acceder a los préstamos, fundamentalmente debido a la falta de garantías solicitadas, el precio de la financiación y los trámites administrativos, según reveló el XII Informe sobre “Financiación de la Pyme en España” elaborado por SGR-CESGAR.
Conseguir un aval te brindará una posición más ventajosa frente a la entidad bancaria para que puedas negociar plazos de devolución más cómodos o intereses más bajos. Dado que los préstamos con aval representan un riesgo menor para las entidades bancarias, en comparación con las operaciones financieras sin aval, pueden aplicar tipos de interés más bajos.
Además, el aval puede facilitarte el acceso a una mayor financiación, ya que los bancos suelen ofrecer préstamos o líneas de crédito mayores cuando la pyme o el autónomo cuenta con otra entidad que los avale. También brinda acceso a la financiación bancaria a las empresas que no cuentan con un historial crediticio, como los negocios de reciente constitución o aquellos muy pequeños que no disponen de bienes suficientes para garantizar la devolución del préstamo.
De hecho, el citado informe señaló que las empresas más jóvenes, con menos de 5 años de vida, conforman el grupo más numeroso al que se le solicitan garantías. Exactamente, un 23,2 % de esas pymes han tenido que recurrir a los avales para suplir sus necesidades de financiación.
Cada SGR establece sus propios requisitos, aunque en sentido general existen algunas condiciones transversales:
A dichos requisitos se pueden sumar otros, como no operar en el sector inmobiliario o en industrias contaminantes. De hecho, es probable que tengas que presentar el modelo de declaración de “No causar perjuicio significativo” al medioambiente durante todo el ciclo vital del proyecto o actividad que vayas a desarrollar, tanto durante la fase de implantación como al final de su vida útil. Eso significa que las actividades enfocadas en los combustibles fósiles, la eliminación de desechos que puedan causar daños al medioambiente o aquellas que emitan demasiados gases de efecto invernadero quedan excluidas.
En el caso de los autónomos, para conseguir el aval deben presentar los siguientes documentos, que pueden variar de una SGR a otra:
Las pymes que quieran conseguir un aval tendrán que presentar documentos ligeramente diferentes:
En el caso de las sociedades de reciente constitución, deben presentar su plan de negocio. En éste debes describir tu actividad y productos o servicios, incluyendo un estudio de mercado y un análisis de la competencia. Tendrás que presentar, además, el plan de inversión, con la previsión de los resultados a tres años para demostrar que tienes un modelo de negocio sólido que te permita devolver el préstamo.
Ten en cuenta que la SGR valorará positivamente que estés incursionando en un sector en auge. Contar con un proyecto de internacionalización o con planes para invertir en I+D son otros factores que inclinarán la balanza a tu favor. También se valora positivamente la formación profesional y la experiencia laboral en el sector.
En la actualidad, gracias a la digitalización, conseguir un aval se ha convertido en un trámite muy sencillo que puedes realizar desde tu hogar o puesto de trabajo. Primero necesitas elegir la SGR que opere en tu Comunidad Autónoma o, en su defecto, CREA SGR, una entidad especializada en los sectores audiovisual, cultural, contenidos digitales, juego, ocio, entretenimiento y deporte a nivel nacional.
Las SGR brindan la posibilidad de presentar la solicitud online. Para ello, tendrás que registrarte en su plataforma www.conavalsi.com y rellenar todos los datos, además de elegir el tipo de aval que necesitas, ya sea técnico o financiero.
En el caso del aval financiero, por ejemplo, cuando indiques el importe y plazo podrás ver el tipo de interés orientativo que se aplica, la comisión del aval y de estudio, así como el depósito reembolsable, pues tendrás que hacerte socio de la SGR adquiriendo participaciones en un porcentaje equivalente al importe que deseas avalar, aunque podrás recuperar ese dinero cuando termine la operación.
Luego, tendrás que adjuntar la documentación solicitada. Una vez que presentes la solicitud, los expertos de la SGR valorarán tu petición. Si consideran que es viable, te informarán de manera más detallada sobre los costes de la operación y autorizarán la concesión del aval. En ese punto, no queda más que formalizarlo.