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Contabilidad: Información financiera y contabilidad para pymes y autónomos

Para que una empresa tenga éxito, es imprescindible llevar un control de su situación financiera. Los problemas de contabilidad afectan al funcionamiento de un negocio e, incluso, pueden hacerlo fracasar. El 68,8 % de los emprendedores reconoce que la falta de planificación financiera es una de las principales causas del fracaso de las pymes y el 40,6 % piensa que los problemas se originan por incurrir en gastos recurrentes sin tener garantías de ingresos, según indicó una investigación llevada a cabo en la Escuela de Organización Industrial.
¿Qué es la contabilidad de una empresa?
La contabilidad de una empresa es el conjunto de técnicas y procedimientos que se utilizan para recoger los movimientos contables de la organización. En práctica, es el registro de todas y cada una de las operaciones económicas que realiza el negocio para mantener esa información ordenada y agrupada.
La contabilidad también implica un análisis de las cuentas de la empresa, con el fin de conocer su situación financiera en todo momento. Su principal objetivo es brindar un cuadro real de los beneficios y pérdidas del negocio para proyectar planes a medio o largo plazo que estimulen el crecimiento empresarial.
Los 10 problemas de contabilidad más comunes en las pymes
Llevar la contabilidad de una empresa, aunque sea pequeña, no implica únicamente reflejar sus ganancias y beneficios, hay mucho más detrás de los asientos contables, por lo que es fácil cometer errores. Algunos fallos son fáciles de detectar y corregir, pero otros son más serios e, incluso, pueden llegar a afectar la salud financiera del negocio.
Con el paso del tiempo, las malas prácticas contables pueden distorsionar la verdadera situación económica de la empresa. Los errores en la contabilidad no solo pueden dar pie a costosas sanciones por parte de la Agencia Tributaria, sino que también te impedirán encontrar inversores o acceder al crédito cuando lo necesites e, incluso, podrían poner el negocio al borde de la insolvencia. Los problemas de contabilidad más comunes que debes evitar son:
- No organizar bien el trabajo contable
En la contabilidad, lo ideal es ir por delante del trabajo, no a remolque, lo cual significa que debes asumir un rol proactivo en todo momento. Sin embargo, uno de los principales problemas de contabilidad en las pymes consiste, precisamente, en dejar que el trabajo se acumule. Muchos negocios no cuentan con un sistema de trabajo metódico, debido a la falta de tiempo o porque no disponen inmediatamente de toda la documentación para reflejar en los libros contables.
Como resultado, se suelen producir desfases y errores entre los documentos y su registro contable, de manera que algunos ingresos y gastos se pierden por el camino. No registrar todos los movimientos de caja, por ejemplo, es un error habitual que puede hacer que termines perdiendo la pista de ese dinero. Si no registras todos los movimientos, cuadrar las cuentas será extremadamente complicado y no podrás conocer la situación económica real de tu empresa.
- Ahorrar tiempo con algunas partidas contables
Otro error común consiste en ahorrar tiempo con algunas partidas contables, sobre todo en los préstamos a largo plazo. Si no los reclasificas en los asientos contables de la empresa todos los meses, sino que esperas hasta el año próximo, a efectos contables tendrás un falso crédito a corto plazo.
Este problema de contabilidad afecta al balance del negocio, ya que no refleja adecuadamente la deuda. Terminará dañando la imagen de solvencia de tu pyme y dibujará un escenario falso de su funcionamiento real, por lo que puede conducirte a tomar malas decisiones en base a datos económicos que no se ajustan a la realidad.
- No conciliar sistemáticamente los libros contables con las cuentas bancarias
Conciliar las cuentas con frecuencia es fundamental para detectar posibles errores u omisiones contables. Se trata, simplemente, de verificar que el saldo de la cuenta que figura en los libros contables sea exacto y coincida con el saldo real de la cuenta bancaria de la empresa. Si no haces la conciliación bancaria cada mes, los registros se acumularán y cuadrar las cuentas se convertirá prácticamente en una misión imposible.
La conciliación permite detectar gastos cargados por error, así como recibos o facturas pagadas que no has contabilizado. Así podrás estar seguro de que todas las transacciones se han registrado con precisión y, si no ha sido así, podrás realizar las correcciones o ajustes necesarios en los libros contables antes de que las diferencias se vuelvan enormes y difíciles de rastrear.
- Partidas mal asignadas
Los asientos contables son una herramienta básica para llevar el registro de la actividad de tu negocio y mantener al día el libro diario de compras y ventas. Te permiten mantener las cuentas en orden para presentar las declaraciones de impuestos o ante posibles inspecciones de Hacienda. Sin embargo, existen diferentes tipos de partidas contables, algunas recogen o cierran la situación financiera de la empresa y otras identifican el número de cuentas que intervienen en una transacción.
Uno de los problemas de contabilidad más comunes en las pymes consiste en asignar determinadas partidas a cuentas contables que no les corresponden. Los gastos de representación, las multas, los comprobantes de pagos, los gastos extraordinarios y los bienes de inversión son los que más dolores de cabeza causan, sobre todo si no tienes la experiencia o los conocimientos contables suficientes, ya que es probable que no sepas en qué libro de contabilidad debes registrarlos.
- Pobre estructura de cuentas
Otro problema de contabilidad en las pymes es que adolecen del nivel de personalización necesario. Las cuentas no se desglosan con el nivel de detalle suficiente y los conceptos no se separan adecuadamente según la actividad de la empresa.
En el caso de las startups tecnológicas, por ejemplo, un error común consiste en reflejar facturas de servicios de software en las cuentas “saco” u “otros servicios”, donde también se suelen incluir erróneamente las facturas por la publicidad en las redes sociales. Abusar de la categoría “Extra” para anotar los gastos impedirá que te formes una imagen fiel de la realidad financiera de tu negocio. Por eso, lo ideal es definir categorías para cada gasto y detallar lo máximo posible los gastos e ingresos en los que incurres.
- No tener una política de gastos clara
Para que un negocio funcione, no basta con planificar el presupuesto, debe contar con una política de gastos clara. Se trata de las normas y prácticas que dictan cómo gestionar el dinero, estableciendo los límites que deben seguir tanto los directivos como los empleados, despejando cualquier tipo de dudas respecto a los pagos, consumos y reembolsos. No tener una política de gastos clara es un error común que cometen muchas pymes, que suelen cubrir los gastos más frecuentes recurriendo al efectivo de caja.
Al final del año, esos gastos pueden llegar a representar un importe considerable, de manera que sin un control adecuado pueden causar problemas a la hora de llevar la contabilidad y realizar la declaración de impuestos. Por tanto, es necesario que registres todos los gastos de tu negocio, por pequeños que sean. Así, podrás saber dónde va el dinero, establecer presupuestos más realistas y tener una imagen más real de tu situación financiera.
- No registrar las transacciones pequeñas
El control presupuestario de una pyme también debe incluir las pequeñas transacciones, lo que se conoce como “gastos hormiga”. Se trata de transacciones muy pequeñas, como el envío de un paquete postal o la compra de papel para la oficina, cuyo impacto unitario en la cuenta de resultados de la empresa es pequeño pero que en conjunto pueden llegar a suponer alrededor del 10 % del gasto total mensual.
Si no registras esos gastos porque consideras que son irrelevantes, pueden terminar creando problemas en la contabilidad de tu pyme. De hecho, contabilizar todos esos gastos hormiga te ayudará a visualizar su impacto en tu negocio para que puedas eliminarlos o sustituirlos por otros complementarios que te permitan ahorrar. Si te mantienes al tanto de las transacciones pequeñas, te será mucho más fácil administrar las operaciones más grandes.
- Pérdida de justificantes
Los datos económicos que se recogen en las declaraciones y autoliquidaciones que se presentan en cada ejercicio fiscal deben contar con un soporte físico que los justifique. El desorden o la falta de justificantes para respaldar los asientos contables es un problema relativamente habitual en la contabilidad de las pymes.
Con vistas a una auditoría, inspección fiscal o la declaración de impuestos, debes conservar todos los justificantes y recibos, clasificándolos adecuadamente y asegurándote de que sean fácilmente accesibles, al menos durante los cuatro o seis años que se exigen a efectos fiscales. Por ejemplo, si extravías una factura cuyo importe ya habías incluido en una liquidación, ese gasto dejará de ser deducible. Además, es probable que los efectos de esa pérdida se trasladen a diferentes impuestos y ejercicios fiscales.
- No estar al tanto de los cambios en las leyes tributarias
Las leyes fiscales determinan desde el Impuesto de Sociedades que debe pagar la empresa hasta el IVA que aplica a sus productos y servicios, así como las retenciones del IRPF a los trabajadores a su cargo, las cotizaciones a la Seguridad Social y el derecho a determinadas bonificaciones. Sin embargo, las regulaciones y legislaciones fiscales cambian cada año, algunas veces se trata de cambios menores, pero en otras ocasiones incluyen modificaciones importantes.
Si no conoces las novedades en materia fiscal, no podrás cumplir correctamente con tus obligaciones tributarias, de manera que no solo podrías exponerte a medidas sancionadoras, sino que las cuentas anuales de tu pyme no serán fiables, puesto que no se ajustan a la realidad fiscal y contable.
- Mezclar las finanzas personales con la contabilidad de la pyme
Dado que las pymes suelen ser sociedades limitadas con capital aportado por los socios, no es inusual que las finanzas personales y de negocios terminen mezclándose. Cuando comienzas un negocio, es habitual que todo lo personal se convierta en empresarial, desde el número de teléfono hasta la cuenta bancaria. También es probable que termines poniendo dinero de tu bolsillo para cubrir los gastos de la empresa o que saques dinero de la empresa para cubrir tus gastos personales.
Algunos socios, incluso, terminan convirtiéndose en los principales acreedores de su negocio, una práctica que afecta al balance anual, brindando una mala imagen de cara a posibles inversores y haciendo que pierdas tanto el control de tus finanzas personales como el de la contabilidad de la empresa, ya que no podrás saber con exactitud cuáles son los gastos y ganancias reales de tu negocio. Por eso, lo ideal es que tengas una cuenta de empresa que te permita controlar mejor los ingresos y gastos. Al mantener separadas las finanzas personales de las empresariales, podrás detectar fácilmente errores y problemas en la contabilidad para subsanarlos antes de que sea demasiado tarde.
¿Por qué es tan importante llevar adecuadamente la contabilidad de una empresa?
Llevar adecuadamente la contabilidad no solo es un deber fiscal, sino que también te ayudará a tomar decisiones más estratégicas para tu negocio. Tener una imagen fiel del funcionamiento de tu empresa te permitirá evaluar diferentes escenarios comerciales para decidir mejor sobre el desarrollo de productos o los planes de expansión.
Conocer, en todo momento, tus ingresos y costes, el inventario del que dispones, los beneficios de las inversiones realizadas o el riesgo crediticio al que te expones también te ayudará a optimizar el funcionamiento del negocio y ganar en eficiencia. De hecho, llevar una contabilidad precisa te permitirá administrar mejor el efectivo y detectar los gastos superfluos, para que puedas ahorrar en diferentes partidas.
Tener las cuentas contables al día aporta otro beneficio importante: mejora la credibilidad de tu empresa, de manera que te resultará más fácil ganarte la confianza de clientes, proveedores u otros socios comerciales, además de atraer a inversores o agilizar el acceso al crédito.
En resumen, una contabilidad bien hecha actúa como un escudo protector, pues te permitirá ir un paso por delante para prever posibles obstáculos en el camino o aprovechar nuevas oportunidades que impulsen el crecimiento de tu negocio.
¿Cómo se hace el cierre contable de tu empresa?

El cierre contable es uno de los procesos más importantes en la contabilidad de una empresa. Revisar y cuadrar las cuentas te permitirá determinar con exactitud si tu negocio ha generado ganancias o pérdidas durante el ejercicio. También podrás cuantificar con precisión los resultados de tu actividad empresarial para tener una panorámica general de su funcionamiento a lo largo del año. Por tanto, no solo es una herramienta valiosa para comprobar la eficacia de la actividad, sino también para tomar decisiones estratégicas de cara al próximo año.
¿Qué es el cierre contable?
El cierre contable es un procedimiento mediante el cual se cuadran y finalizan las cuentas anuales de una empresa dentro de un ejercicio contable, que normalmente implica un periodo de doce meses y se suele asociar al año natural, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre, haciendo coincidir el fin del año fiscal con el final del año natural.
No obstante, en algunos casos el ejercicio puede ser más corto de lo habitual, ya que depende de factores como el momento en que se creó la empresa o la fecha de su disolución, aunque en ningún caso puede superar los 12 meses.
Generalmente, se hace coincidir el año natural con el ciclo económico del negocio, tomándolos como periodo de referencia para comparar la información fiscal, contable y económica, pero las empresas tienen libertad para fijar el periodo de 12 meses naturales que mejor se ajuste a las características de su actividad. Por esa razón, en sectores como la agricultura, el vacacional o la educación se suelen elegir otras fechas para realizar el cierre contable, las cuales reflejan mejor el ciclo natural de la actividad.
En cualquier caso, independientemente del periodo que elijas para realizar el cierre contable, debes saber que tienes un plazo de seis meses para trasladar esa información a Hacienda, puesto que se trata de la base sobre la que se calculan las obligaciones fiscales correspondientes.
La importancia del cierre contable para las empresas
- Conocer los resultados del ejercicio. El cierre contable es muy útil para visualizar y valorar los resultados que ha obtenido tu negocio a lo largo del año. Los valores finales de las cuentas, operaciones e inversiones revelan los niveles de rentabilidad de la actividad y la efectividad en la gestión del capital, brindando un panorama más claro del rendimiento en general.
- Comprobar la fiabilidad del proceso contable. El cierre contable, junto al balance de comprobación, implican un proceso de evaluación de los registros y conciliaciones, así como la revisión de las facturas y la documentación tributaria, por lo que te permitirá detectar y corregir posibles errores para asegurarte de que la información contable de tu empresa es precisa y fiable.
- Precisar los cambios en el patrimonio neto de la empresa. Para realizar el cierre contable es necesario analizar los bienes con los que cuenta la empresa, desde los vehículos y locales hasta el mobiliario o la maquinaria. Por consiguiente, es una herramienta particularmente útil para determinar la pérdida de valor de dichos activos y estimar su futura depreciación, así como para tomar decisiones más informadas sobre la necesidad de realizar nuevas inversiones o solicitar líneas de crédito.
- Resumir la dinámica de los gastos. En el cierre contable de una empresa se desglosan todos los gastos en los que ha incurrido, por lo que brinda información detallada sobre la evolución de cada uno y el capital que demandan. Así, también podrás estimar los costos operativos para el próximo ejercicio y aplicar cambios para reducirlos si es necesario.
- Auditar el inventario y su gestión. Para realizar el cierre contable, es necesario analizar el inventario de existencias, por lo que aporta información actualizada sobre su valor contable y los gastos que genera su gestión. Así, podrás formarte una idea más específica sobre esta área de tu negocio y su eficiencia para que puedas proyectar estrategias de gestión más adecuadas que te permitan ahorrar.
- Dotar a la empresa de provisiones. El cierre contable no solo sirve para analizar el ejercicio que acaba de terminar, sino también para proyectarse al futuro y garantizar la estabilidad del negocio. Te permite determinar con mayor precisión el monto que debes asignar a las provisiones para cubrirte las espaldas en caso de emergencias, riesgos y gastos inesperados.
- Reflejar la evolución histórica de la empresa. El cierre contable no solo es una obligación fiscal, sino que también sirve para dar seguimiento a la evolución del negocio. Sus resultados son indicadores fiables para que puedas comparar el rendimiento de la actividad a lo largo de los años e introducir los cambios que sean necesarios para corregir su curso.
Como resultado, el cierre contable te permitirá comenzar el nuevo ejercicio con una visión más clara del funcionamiento de tu negocio. Aporta la base organizativa contable para la toma de decisiones, ayudándote a evitar posibles riesgos para su continuidad y planificar estrategias más eficientes que fomenten su crecimiento.
Cierre contable paso a paso
Antes de comenzar el cierre contable de la empresa, hay que cuadrar la contabilidad. Por tanto, tendrás que comprobar que los datos coincidan con lo que reflejan los libros contables de tu negocio y realizar los ajustes necesarios para seguir adelante con el asiento de cierre contable.
- Hacer el balance de comprobación de sumas y saldos. Al comprobar la suma del debe y el haber de las diferentes cuentas y el saldo correspondiente, podrás conciliar el libro mayor con la estructura económica y financiera de la empresa. Esta operación también permite detectar posibles errores en los mayores contables de alguna cuenta del libro diario.
- Comprobar el plan general contable. Verifica que no hay errores en la contabilidad de los siguientes grupos o cuentas: Financiación básica, Activo no corriente, Existencias, Acreedores y deudores por operaciones comerciales, Cuentas financieras, Compras y gastos, Ventas e ingresos y Gastos e ingresos imputados al patrimonio neto.
- Revisar el recuento de existencias. Tendrás que restar las existencias no consumidas de las compras realizadas a lo largo del año, como las mercancías y las materias primas que se utilizan para fabricar productos. Esa cifra debe cuadrar con el número de existencias que tienes en la actualidad. De hecho, una variación de existencias afectará al resultado de la empresa, originando un ingreso o gasto.
- Reclasificar deudas y créditos. Debes reclasificar las obligaciones pendientes del año contable y expresarlas como deudas a corto plazo, según la cuantía a pagar en el ejercicio siguiente. Lo mismo se aplica a los créditos a cobrar de manera total o parcial durante el próximo ejercicio contable.
- Aplicar los ajustes contables por periodificación. Según el principio de devengo, todos los gastos e ingresos no se tienen en cuenta para realizar el cierre contable, por lo que debes realizar un ajuste en las cuentas. Los gastos que se anticipan para el año próximo o los pagos por adelantado de clientes no se pueden incluir en el ejercicio de ese año.
- Regularizar el asiento de pérdidas y ganancias. En este paso del cierre contable debes regularizar las cuentas de pérdidas y ganancias, analizando la diferencia entre ingresos y gastos. También debes regularizar las cuentas de patrimonio neto, el resultado de los gastos imputados al patrimonio neto y los ingresos imputados al patrimonio neto.
- Realizar el asiento de amortización del inmovilizado material. Para realizar el cierre contable de la empresa, también debes tener en cuenta el precio, estado y valor de compra del inmovilizado material, aplicando los coeficientes de amortización correspondientes.
- Cerrar el libro de inventarios y las cuentas anuales. En este libro debe quedar reflejado el balance inicial al comienzo del ejercicio, los balances de comprobación de sumas y saldos, el inventario de cierre y las cuentas anuales.
- Asiento de regularización. Para terminar el cierre contable de la empresa, debes calcular la diferencia entre ingresos y gastos durante el año. Así, sabrás si se han generado pérdidas o ganancias. Luego tendrás que aplicar la cuota de impuesto de sociedades que corresponda, contrastándola con los pagos a cuenta y retenciones durante el ejercicio. Además, debes volver a calcular el asiento de regularización, incluyendo el gasto en impuesto de sociedades.
- Asiento de cierre. El último paso en el cierre contable del ejercicio consiste en saldar todas las cuentas abiertas. Tendrás que cargar las que tengan saldo acreedor y abonar las que tengan saldo deudor. A partir de este momento se dejan de registrar las operaciones de este periodo.
Por último, recuerda que si retrasas el cierre del ejercicio, te expones a que los saldos bancarios o de acreedores y deudores alteren tu balance. Además, no podrás conocer la situación real de tu empresa, lo cual podría llevarte a tomar malas decisiones que pongan en riesgo su continuidad.
Por otra parte, no depositar las cuentas anuales dentro del plazo de tiempo establecido te impide inscribir cualquier tipo de documento en el Registro Mercantil e implicará una sanción económica, cuya cuantía dependerá de la dimensión de la empresa, el importe total de las partidas del Activo y las ventas del último ejercicio declarado a Hacienda.

Como cada año, se acerca el momento de presentar la declaración de la renta para pymes y autónomos, por lo que es importante conocer los cambios que entrarán en vigor. En esta campaña hay que prestar particular atención, ya que desde enero de 2002 hasta la fecha el Gobierno ha aplicado siete subidas de impuestos y ha creado cuatro gravámenes nuevos, con el objetivo de aumentar la recaudación en 10 mil millones de euros más de lo previsto para poner en marcha, entre otros proyectos, las medidas anti inflación.
La Moncloa ha confirmado que este año reforzará el control sobre los ciudadanos extranjeros residentes en España, prestará más atención a los sectores y modelos de negocio en los que exista un alto riesgo de economía sumergida y comprobará que los autónomos y pymes no aprovechan de manera indebida los créditos fiscales.
¿Qué autónomos están obligados a presentar la declaración de la renta del ejercicio 2022?
Para la mayoría de los autónomos, la declaración de la renta es obligatoria. Existen algunas excepciones: aquellos cuyos ingresos no superen los 22 000 euros anuales, siempre que estos procedan de un mismo pagador. Si los ingresos proceden de más de un pagador, el límite para no declarar es de 12 643 euros anuales.
Cabe aclarar que los cambios en las deducciones del IRPF, que fueron aprobados en los últimos presupuestos generales del Estado e incluyen rebajas para rentas de hasta 21 000 euros, no valen para este ejercicio, ya que la declaración corresponde a los resultados de 2022, de manera que se aplicarán en la próxima campaña de declaración de la renta. No obstante, algunas comunidades autónomas han aplicado reducciones de IRPF a nivel regional, en algunos casos con efecto retroactivo, así que es mejor que te informes sobre la legislación vigente donde vives.
Fechas clave para la campaña de declaración de la renta 2022
Esta campaña de declaración de la renta seguirá una estructura bastante parecida a la anterior, comenzará el 11 de abril y finalizará el 30 de junio.
El 11 de abril los contribuyentes podrán acceder a su borrador de la renta a través de internet, mediante el sistema Renta Web, de manera que podrás confirmar el borrador por Internet o incluso por el móvil si no necesitas modificar los datos que aporta la Agencia Tributaria.
Si quieres presentar la declaración por teléfono, tendrás que esperar hasta el 5 de mayo, siempre con cita previa, la cual estará disponible a partir del 3 de mayo y hasta el 29 de junio.
En caso de que desees presentar la declaración de la renta de manera presencial en las oficinas de la Agencia Tributaria, podrás hacerlo entre el 1 de junio y el 30 de junio. La solicitud de cita comienza el 25 de mayo y se encontrará disponible hasta el 29 de junio.
Cabe aclarar que el 27 de junio termina el plazo para aquellos con resultado a ingresar con domiciliación bancaria.
Es importante que tengas en cuenta que presentar la declaración de la renta fuera de plazo conlleva una multa cuyo importe variará según el retraso. En la última campaña, las multas fueron del 1 % más un punto porcentual adicional por cada mes de retraso. Eso significa que, si tardas más de 12 meses en presentar tu declaración, el recargo sumará el 15 % más intereses de demora.
Guía para presentar la declaración de la renta sin acudir a la Agencia Tributaria
Si no quieres acudir presencialmente a la Agencia Tributaria, tienes tres opciones para hacer la declaración de la renta: por teléfono, mediante el programa Renta Web o usando la aplicación móvil. Una de las novedades de la campaña anterior que se mantiene este año es que, antes de descargar los datos fiscales, tendrás que ratificar o cambiar tu domicilio fiscal, aunque sólo quieras solicitar cita previa o acceder al borrador. El sistema te mostrará automáticamente la vivienda con referencia catastral.
1. Llamada telefónica
Para presentar la declaración de la renta vía telefónica, gracias al plan “Le llamamos”, tendrás que pedir cita por Internet o llamando a los teléfonos: 91 535 73 26 / 901 12 12 24 o 91 553 00 71 / 901 22 33 44, los cuales están disponibles de 9 a 19 horas, de lunes a viernes.
Es importante que tengas a mano todos los datos necesarios: el número de referencia del titular de la declaración, el DNI de todas las personas que figuren en la declaración, el IBAN de cuenta bancaria y las referencias catastrales de todos los inmuebles de tu propiedad o en los que vivas de alquiler.
2. Presentación online con Renta Web
Si vas a presentar la declaración online, tendrás que acceder a Renta Web. Seleccionas “Servicio de tramitación borrador/declaración” y te identificas indicando el DNI o NIE y el número de referencia, la cl@ve PIN o el certificado electrónico.
Para obtener tu número de referencia, tendrás que indicar en la página web de Hacienda tu NIF y la fecha de caducidad del DNI o NIE. También tendrás que introducir el importe de la casilla 505 de la declaración del IRPF correspondiente a 2021. Si no la realizaste, debes indicar un número de cuenta bancaria (IBAN) de la que seas titular.
En este punto ya podrás acceder a tus datos fiscales. Debes corroborarlos porque la Agencia Tributaria dispone de una información limitada sobre tus gastos e ingresos como autónomo y no suele estar al corriente de los cambios en tu estatus familiar.
Cuando los datos estén correctos, genera la declaración y presiona en presentar. Si sale a devolver, debes indicar la cuenta bancaria para recibir el ingreso. Si la declaración de la renta sale a pagar, puedes seleccionar la opción de domiciliar el pago y fraccionarlo en dos plazos.
3. Presentación a través de la App
También tienes la posibilidad de presentar la declaración de la renta 2022 a través de la aplicación de la Agencia Tributaria. Tendrás que identificarte, al igual que para acceder a Renta Web. Una vez dentro, podrás consultar tus datos fiscales, modificar la información y presentar la declaración de la renta.
Al igual que el año pasado, la aplicación cuenta con un sistema guiado de identificación para facilitar el acceso según las preferencias individuales. Si tu declaración es muy sencilla, tienes la opción de “presentar la declaración con un solo clic”, pero en este caso no podrás modificar los datos. Comprueba bien todos los datos antes de enviarlos para que luego no tengas que hacer una declaración complementaria.
La App incorpora la posibilidad de permitir el registro en Cl@ve sin acudir a una oficina, mediante una vídeo llamada. En ese caso tendrás que acceder a la sala de espera y tener a mano tu documento de identidad para mostrárselo al operador que te atenderá, así como el teléfono móvil que usarás para introducir la Cl@ve.
Novedades en la declaración de la renta 2022 para pymes y autónomos
La declaración de la renta 2022/2023 trae varios cambios:
- Aportaciones a los planes de pensiones privados. Desde 2022 se redujo a 1 500 euros anuales la deducción por aportación individual máxima a un plan de pensiones privado, de los 2 000 que se aplicaban anteriormente, aunque dicha cantidad no puede representar más del 30 % de los ingresos netos del trabajo y otras actividades económicas. No obstante, las aportaciones máximas a los planes de empresa se han ampliado en 500 euros, hasta los 8 500 anuales, por lo que juntos suman 10 000 para garantizar la viabilidad a largo plazo del sistema de pensiones.
- Límite a las aportaciones de los autónomos a los planes simplificados de empleo. En este instrumento, creado para mejorar el ahorro de autónomos y empleados de las pymes, se ha introducido un nuevo límite de 4 250 euros para las aportaciones de los autónomos a los planes simplificados de empleo, que también se aplicará a las aportaciones de planes de pensiones sectoriales. Por tanto, podrás hacer aportaciones que reduzcan tu base imponible en hasta 4 250 euros, siempre que estén vinculadas a dichos productos.
- Aumento de tipos para las rentas más altas. Una de las principales novedades de la campaña de declaración de la renta de 2021 fue el aumento de los tipos para las rentas más altas, el cual afectó a 36 194 contribuyentes. No obstante, el impuesto temporal de solidaridad de las grandes fortunas aprobado a finales de 2022, que estará en vigor durante este año y 2024, constará de tres tramos que gravarán los patrimonios a partir de 3 millones de euros. Se contempla un tipo del 1,7 % para patrimonios de entre 3 y 5 millones, del 2,1 % para patrimonios de entre 5 y 10 millones y del 3,5 % para patrimonios de más de 10 millones de euros. Cabe aclarar que en España solo el 0,2% de los contribuyentes tienen esa fortuna, por lo que esta medida afecta a pocas personas, según el Ministerio de Hacienda.
- Deducción por maternidad. En esta campaña de la renta se aplica una deducción a las madres de niños menores de tres años que no tengan empleo y reciban prestaciones contributivas o asistenciales, algo que hasta el año pasado solo se aplicaba a las mujeres que desempeñaban alguna actividad por cuenta propia o ajena.
Hay que destacar que se mantiene la obligación de declarar las criptomonedas cuando el importe supere los límites para presentar la declaración del impuesto sobre patrimonio o si sobrepasa los 50 000 euros en plataformas extranjeras, en cuyo caso tendrás que declararlas en el modelo 720.
También se mantiene la deducción por obras de mejora de la eficiencia energética de viviendas. Específicamente, podrás deducir el 20 % por obras de mejora que reduzcan la demanda de calefacción y refrigeración, hasta un 40 % en aquellas que disminuyan el consumo de energía primaria no renovable y un 60 % por las obras de rehabilitación energética de edificios, aunque debes recordar que esas deducciones son incompatibles entre sí en una misma obra y que el importe se aplica sobre la cuota íntegra estatal.
¿Hay que declarar las prestaciones económicas del Estado?
En el caso de los autónomos, la mayoría de las subvenciones o ayudas se catalogan como ganancias patrimoniales o rendimientos de la actividad económica, lo cual significa que tributan a efectos del IRPF y debes incluirlas en la declaración de la renta.
Así como el año pasado existió la obligación de declarar las prestaciones recibidas por un ERTE y los autónomos que recibieron una ayuda por cese de actividad también tuvieron que cuantificarla y presentar la declaración de la renta, este año hay que declarar la recepción del ingreso mínimo vital, con independencia de la cuantía de los ingresos pues, aunque la ayuda es una renta exenta, es necesario presentar la declaración.
También se debe declarar la ayuda de 200 euros concedida a las personas que trabajaron o cobraron una prestación o subsidio por desempleo cuyos ingresos por hogar no superaran los 27 000 euros anuales. No obstante, quienes hayan ganado menos de 22 000 euros anuales, provenientes de un solo pagador, no tendrán que presentar declaración de la renta ni declarar dicha ayuda.

La cuenta de resultados, también conocida como cuenta de pérdidas y ganancias, es uno de los documentos contables más importantes de una empresa. Muestra la utilidad o pérdida del negocio durante cierto periodo de tiempo, ya sea un mes o un año, por lo que es esencial para entender su rendimiento, comparar su desempeño con la competencia y tomar decisiones estratégicas de cara al futuro.
La importancia de la cuenta de resultados en una empresa
La cuenta de resultados es uno de los cinco estados financieros más importantes de una empresa. Revela cómo los ingresos se transforman en beneficio según se restan los gastos. Por consiguiente, proporciona una visión rápida de los gastos más relevantes, para identificar las áreas o procesos en los que se puede recortar para eliminar costes innecesarios.
La cuenta de resultados también es una herramienta muy valiosa para medir la rentabilidad del negocio. Gracias a esa información, podrás saber si tu empresa tiene resultados positivos o negativos y determinar el margen que obtienes en las diferentes áreas. Además, podrás comparar su rendimiento con el de otras empresas del sector para determinar si es necesario aplicar alguna acción correctiva.
Este documento también es muy valioso para los inversores, quienes lo usan para calcular el valor del negocio. Asimismo, las entidades bancarias utilizan la cuenta de resultados para determinar la capacidad de endeudamiento de una empresa y la facilidad con que podría devolver el préstamo.
Los elementos principales de la cuenta de resultados que debes comprender
La cuenta de resultados contiene todas las operaciones y transacciones realizadas en cierto periodo de tiempo. Dado que cada empresa es única, debe operar con información diferente en cuanto al nivel de detalle y clasificación, por lo que es difícil hacer referencia a una estructura o formato estándar para elaborar la cuenta de resultados.
Para tener una información fidedigna que facilite la gestión y el control de tu actividad, la cuenta de resultados debe reflejar todas las líneas de negocio, tipos de clientes, proveedores y, en general, el sector donde opera. No obstante, en sentido general, este documento se estructura alrededor de estos conceptos contables:
- Resultados de explotación. Refleja el resultado que genera la actividad habitual del negocio, teniendo en cuenta los ingresos menos los gastos normales de explotación, incluyendo las amortizaciones.
- EBITDA. Es el resultado de la explotación directa del negocio antes de restar las amortizaciones, por lo que permite valorar su capacidad para generar beneficios, teniendo en cuenta únicamente su actividad productiva.
- Resultado financiero. Refleja el resultado de ingresos y gastos financieros a lo largo de un ejercicio, tomando en consideración aspectos como los intereses de los préstamos, los títulos de renta fija, la tenencia de divisas o los gastos por dividendos de acciones.
- Resultado extraordinario. Se refiere a los gastos e ingresos que no tienen relación directa con la actividad habitual de la empresa, pues son el resultado de operaciones no recurrentes, como la compra o venta de un inmueble.
- Resultado neto. Es el resultado que obtiene la empresa tras restar al total de ingresos todos los gastos, incluyendo los impuestos y amortizaciones.
El punto de partida para interpretar la cuenta de resultados es comprobar si arroja un resultado positivo o negativo. No obstante, desde el punto de vista financiero, ese resultado no implica que la empresa tenga más o menos liquidez o tesorería, ya que muchas veces los ingresos o los gastos tienen plazos de cobro y pago distintos, y generan posiciones de liquidez que difieren de las cifras indicadas en la cuenta de resultados.
Por esa razón, más allá del saldo positivo o negativo, es fundamental que analices otros indicadores que te permitan comprender cómo mejorar los ingresos y a qué coste. Evaluar los ingresos y gastos de forma desagregada, por ejemplo, te permitirá conocer el umbral de rentabilidad de tu negocio y determinar si la gestión está dando los resultados esperados.
La cuenta de resultados de la empresa también permite comprobar los costes máximos de estructura que puedes mantener, según las ventas y tus costes directos fijos y variables. Si te fijas en los costes financieros del negocio, podrás saber si el endeudamiento está bajo control o es excesivo, en cuyo caso es probable que termine ahogando las ganancias y provocando pérdidas.
Por último, el análisis de la cuenta de resultados también revela los beneficios para que puedas fijar el reparto entre los propietarios o destinarlo a nuevas inversiones que contribuyan al ulterior crecimiento del negocio. Con esa visión general, podrás tomar decisiones estratégicas para optimizar el funcionamiento de tu empresa, minimizando los gastos y pérdidas, y maximizando las ganancias y rentabilidad.
Plan General Contable en las pymes

¿Qué es el Plan General Contable para pymes?
Las empresas deben seguir las normas que establece el Plan General Contable, el cual fue creado en 1973, aunque desde entonces ha sido objeto de varias modificaciones, la última de las cuales fue aprobada mediante el Real Decreto 1/2021. Elaborado por el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, se trata de un documento legal, adaptado a los procedimientos europeos, que persigue el objetivo de uniformar los criterios contables.
Este documento contiene la normativa contable vigente que se aplica a las empresas en España, por lo que se trata de un manual de referencia y consulta al que recurren todos los profesionales contables para aclarar sus dudas y definir procesos. Por consiguiente, el Plan General Contable proporciona un marco legal y normativo para realizar la contabilidad financiera obligatoria de las empresas.
Al definir unos criterios homogéneos para valorar, realizar y presentar las cuentas anuales de las empresas, así como otras operaciones comerciales y financieras, facilita el acceso a una información clara y comprensible que se puede utilizar para comparar el rendimiento de las sociedades, analizar la actividad empresarial y su evolución, así como detectar errores y riesgos financieros. De hecho, su producto, las cuentas anuales, se deposita en el Registro Mercantil, por lo que tiene un carácter público.
Las pymes, en particular, pueden regirse por el Plan General de Contabilidad de Pequeñas y Medianas Empresas, una normativa contable más específica que se adapta mejor a su funcionamiento y que ha sido actualizada recientemente.
El plan de contabilidad para pymes pretende simplificar y agilizar la gestión contable, así como abreviar la presentación de las cuentas anuales, permitiendo, además, que los emprendedores tengan una imagen fiel de la situación económica de su empresa y adquieran más control sobre los indicadores financieros.
¿Cuáles son los requisitos para aplicar el plan de contabilidad en pymes?
El Plan General de Contabilidad para pymes es opcional, pero puedes aplicarlo, en vez de usar la versión general, si cumples al menos dos de estos requisitos durante dos ejercicios consecutivos:
- No tener más de 50 trabajadores, como media, durante el ejercicio.
- El total de las partidas del activo no puede superar los 4 millones de euros.
- El importe neto de la cifra anual de negocios no debe ser mayor de 8 millones de euros.
En el caso de las microempresas, los criterios para aplicar el Plan General Contable cambian:
- No tener más de 10 trabajadores empleados durante el ejercicio.
- El total de las partidas del activo no debe superar el millón de euros.
- El importe neto de la cifra anual de negocios no debe ser mayor de 2 millones de euros.
¿Cómo se estructura el Plan General Contable para pymes?
Marco Conceptual de la Contabilidad
Normas de Registro y Valoración para pymes
Cuentas Anuales
Cuadro de Cuentas
Definiciones y Relaciones Contables
Esta sección es una de las más importantes del Plan General de Contabilidad, ya que recoge los principios contables, así como las normas de contabilidad y los principales elementos de valoración a la hora de realizar las cuentas anuales. En este marco teórico, se especifican los requisitos de información y los elementos de las cuentas anuales, los criterios de registro y de valoración, además de la normativa aceptada que se debe aplicar.
Se especifican los principios contables que deben aplicar las pymes en diferentes supuestos para registrar y contabilizar sus operaciones económicas y financieras. Esta sección recoge exactamente:
- Desarrollo de principios contables.
- Inmovilizado material.
- Normas particulares sobre el inmovilizado material.
- Inversiones inmobiliarias.
- Inmovilizado intangible.
- Normas particulares sobre el inmovilizado intangible.
- Activos corrientes y grupos enajenables mantenidos para la venta.
- Arrendamientos y otras operaciones similares.
- Instrumentos financieros.
- Existencias.
- Moneda extranjera.
- IVA, IGIC y otros impuestos indirectos.
- Impuestos sobre beneficios.
- Ingresos por ventas y prestación de servicios.
- Provisiones y contingencias.
- Pasivos por retribuciones a largo plazo al personal.
- Transacciones con pagos basados en instrumentos de patrimonio.
- Subvenciones, donaciones y legado recibidos.
- Combinaciones de negocios.
- Negocios conjuntos.
- Operaciones entre empresas del grupo.
- Cambios en criterios y estimaciones contables.
- Hechos posteriores al cierre del ejercicio.
Este apartado del Plan General Contable explica cómo se deben presentar los resultados que ha obtenido la pyme en su actividad económica en el Registro Mercantil. Aclara los criterios para presentar las Cuentas Anuales, con el fin de asegurarse de que se recoja una información relevante y valiosa que refleje fielmente la situación de la empresa.
Los estados financieros obligatorios que deben quedar reflejados en las cuentas anuales de la empresa son:
- Balance General o de Situación.
- Cuenta de Resultados o de Pérdidas y Ganancias.
- Estado de Cambios en el Patrimonio Neto.
- Estado de Flujos de Efectivo (obligatorio únicamente para las grandes empresas).
- Memoria Anual del ejercicio.
Estos documentos, que también deben seguir las líneas del Código de Comercio, muestran varios aspectos del negocio, desde el coste histórico de la empresa hasta las inversiones financieras, las deudas contraídas o el estado de cambios en el patrimonio. Cabe aclarar que las cuentas anuales se deben presentar una vez al año en el Registro Mercantil, un mes después de su aprobación por parte de la junta general de la entidad.
En esta sección se detalla la información para elaborar el cuadro de cuentas, dividiéndola en una serie de grupos y subgrupos, según los hechos económicos y el tipo de datos contables que se deben registrar en cada cuenta.
Grupo 1: Financiación Básica. Incluye desde el capital y fondo social hasta las reservas, subvenciones, deudas o pasivos por fianzas.
Grupo 2: Inmovilizado. Recoge tanto las inmovilizaciones materiales como las inversiones inmobiliarias, las inversiones financieras o la amortización del inmovilizado.
Grupo 3: Existencias. Prevé tanto los aprovisionamientos como las materias primas, los productos terminados o en curso y su deterioro.
Grupo 4: Acreedores y deudores. También incluye la información de proveedores, clientes y Hacienda Pública.
Grupo 5: Cuentas financieras. Debe reflejar los empréstitos, deudas a corto y largo plazo, inversiones, fianzas y, por supuesto, la tesorería.
Grupo 6: Compras y gastos. Se incluyen, además, los gastos de personal, servicios externalizados, tributos y pérdidas.
Grupo 7: Ventas e ingresos. También se contabilizan las subvenciones, donaciones y legados.
Cabe aclarar que cada grupo o subgrupo sirve para consolidar la información contable que se ha registrado en las cuentas o subgrupos inferiores.
Este apartado especifica dónde deben ir y cómo se trabajan los elementos patrimoniales de la empresa, explicando la relación entre las diferentes cuentas en el momento de registrar las operaciones y los asientos.
Indica, por ejemplo, qué cuentas deben colocarse en el “debe” o el “haber”, así como aquellas que son “activo” o “pasivo”. También detalla las cuentas de patrimonio neto y la financiación externa a largo plazo de la pyme, que se destina a financiar el activo no corriente y cubrir cierto margen del corriente, incluyendo, además, aquellas situaciones transitorias en las que se requiera financiación.
Por último, considera que si decides adscribirte al plan de contabilidad para pymes, tendrás que aplicarlo durante, al menos, tres años, a no ser que tu negocio supere los límites establecidos, en cuyo caso tendrás que aplicar el Plan General.
Infografía: Cómo solicitar el aval de una SGR

Las pymes y autónomos que necesiten financiación pueden obtener el aval de una SGR para poner en marcha su negocio o mejorar el existente.
La gran cantidad de restricciones e impedimentos que obstaculizan el acceso a la financiación ha llevado a crear otras vías que faciliten y garanticen la obtención del crédito.
Las empresas de nueva creación, de un determinado sector productivo, que quieren expandirse o ampliar su capital son algunas de las que más necesitan obtener un aval que les garantice el acceso a financiación.
La concesión de avales mediante una SGR ayuda a conseguir financiación con garantías, tanto a la pyme como al autónomo.

La mayoría de las empresas necesitan recurrir a la financiación externa en algún momento de su actividad, ya sea al inicio para poner en marcha el negocio o más adelante para impulsar su crecimiento. De hecho, el último informe de CESGAR confirmó que el 57,9 % de las pymes españolas han necesitado financiamiento.
La fuente de financiación a la que se recurre es una decisión importante, ya que puede brindar una ventaja competitiva en el mercado o, al contrario, convertirse en un lastre a largo plazo. Las entidades bancarias siguen siendo la principal fuente de financiación de las empresas, sobre todo de las pymes, ya que de esta manera mantienen el control total del capital y de su negocio. No obstante, dichos préstamos suelen estar sujetos a unos intereses que han aumentado bastante durante los últimos meses y a un recrudecimiento de las condiciones de concesión.
Un escenario de financiación más complejo para las pymes
Mientras los tipos de interés se encontraban en tasas negativas, el crédito era bastante barato, pero las subidas aceleradas que ha aplicado el Banco Central Europeo han disparado el precio del dinero a su mayor nivel desde 2008. Como resultado, la banca española también ha endurecido las condiciones del crédito a empresas.
La espiral inflacionista ha hecho que, desde finales de 2022, las entidades bancarias no solo aumenten los intereses, sino que también refuercen los criterios para aceptar las solicitudes de préstamos, sobre todo aquellos ligados a la inversión empresarial.
Los bancos están realizando evaluaciones más profundas de la solvencia de los clientes para asegurarse de que podrán afrontar el pago de las cuotas a lo largo de la vida del préstamo, lo cual significa aplicar escenarios de estrés basados en un entorno de tipos de alrededor del 4 %, que es el marco en el que se mueven las previsiones del BCE.
El temor a una recesión o desaceleración de la economía los está llevando a ser más prudentes para disminuir el riesgo de impagos. Eso se traduce en mayores trabas para que las pymes puedan acceder a la financiación. De hecho, los altos tipos de interés y otros costes ya representaban un obstáculo para el 14,5 % de las pymes en 2020, por lo que muchos de esos negocios pueden tener más problemas para acceder a la financiación en la actualidad. No obstante, la buena noticia es que puedes negociar condiciones de financiamiento más ventajosas apoyándote en las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR).
Las condiciones de financiamiento de los créditos dependen cada vez más de los avales,
Desde hace años, la traba principal que encuentran las pymes para acceder a la financiación es la dificultad para aportar las garantías que solicitan las entidades bancarias. Este problema es común en las pequeñas empresas y se traduce en un mayor coste del préstamo.
Al no poder presentar avales propios, las entidades bancarias consideran que la operación de crédito o préstamo representa un riesgo mayor. El nivel de riesgo se dispara en las pymes de reciente constitución, pues ni siquiera pueden presentar sus balances de cuentas y no poseen un historial crediticio, así como en las empresas que tienen una baja rentabilidad.
Al no contar con un respaldo sólido que sirva como garantía, las pymes acceden al crédito pagando intereses más elevados, en comparación con las grandes empresas que pueden aportar un aval o tienen un historial crediticio más sólido. De hecho, el último informe realizado por el Banco de España previó un endurecimiento de casi el doble en las condiciones de financiación para las pymes, mucho más que para las grandes empresas. En este escenario, las SGR desempeñan un papel clave para que las pymes tengan acceso a condiciones de financiamiento más ventajosas.
¿Qué son las SGR?
Las SGR (Sociedades de Garantía Recíproca) son entidades creadas con el objetivo de facilitar el acceso al crédito a los autónomos y pymes, mejorando en sentido general las condiciones de la financiación. De hecho, surgieron para dar respuesta a los problemas financieros que suelen tener las pequeñas y medianas empresas ante las entidades de crédito y las Administraciones Públicas.
Las SGR, son entidades financieras sin ánimo de lucro, sujetas a la supervisión e inspección del Banco de España. Posibilitan el acceso al crédito en mejores condiciones de plazo y de tipo de interés a las pymes y autónomos, consiguiendo la financiación para sus proyectos. No obstante, estas entidades tienen un carácter mutual, lo cual significa que solo garantizan las operaciones de sus socios.
Por consiguiente, para conseguir el aval, las pymes y autónomos tienen que conseguir la condición de socio partícipe, adquiriendo participaciones en un porcentaje equivalente al importe que desean avalar. A cambio, recibirán una garantía o aval con el que pueden negociar mejores condiciones con las entidades bancarias. Cuando termine la operación financiera los socios pueden recuperar el capital destinado a las participaciones.
Ese aval puede destinarse a financiar el circulante para hacer frente a las necesidades de tesorería del negocio, pero también puede tratarse de un préstamo de inversión a más largo plazo para financiar activos fijos, internacionalizar la empresa o, simplemente, poner en marcha una nueva idea de negocio.
¿Cómo un aval de las SGR mejora las condiciones de financiamiento?
Contar con un aval de las SGR no solo brinda acceso al crédito, sino que además mejora las condiciones de financiamiento. De hecho, un informe de CESGAR constató que el 81 % de las pymes consideran que el principal beneficio de las SGR consiste en mejorar el acceso a la financiación bancaria. Por tanto, este aval puede ayudarte a:
Reducir los tipos de interés. El aval de una SGR disminuye el nivel de riesgo que representa la pyme para la entidad bancaria, puesto que existe una sociedad que respalda la operación. Eso significa que el banco, la caja de ahorros o la cooperativa de crédito pueden aplicar un tipo de interés más bajo, mediante convenios o líneas de crédito con las SGR, que en otras operaciones independientes que impliquen un riesgo mayor.
Obtener importes de financiación mayores. El aval de una SGR también permite ampliar los importes de financiación cuando la pyme no puede respaldarlos por sí sola. Eso significa que la empresa podrá tener acceso a un capital mayor o a una línea de crédito más flexible.
Ampliar los plazos de devolución. El aval de una SGR respalda a la pyme ante el banco, concediéndole más poder para negociar las condiciones financieras. Ello les permite alargar los plazos de devolución, de manera que la pyme podrá trabajar con más tranquilidad y devolver el capital prestado siguiendo un ritmo con el que se sienta más cómoda a largo plazo.
Recibir asesoramiento financiero. Las SGR no solo brindan avales para garantizar los préstamos a las empresas, también proporcionan un servicio de información y asesoramiento personalizado que puede ayudarte a encontrar la fuente de financiación más adecuada para tu proyecto empresarial. De hecho, las pymes pueden beneficiarse del valor añadido del estudio y seguimiento de la viabilidad de la operación por parte de estas entidades.
Como colofón, si quieres aprovechar al máximo todos los beneficios que aportan las SGR, es importante que desarrolles una cultura financiera que te permita conocer todas las opciones y herramientas de financiación disponibles. Así, podrás hacer crecer tu negocio con una base sólida.
Modelo 347: Qué es y cómo presentarlo

Tanto las empresas como los autónomos deben cumplir una serie de obligaciones tributarias, entre las cuales se encuentra la presentación de diferentes modelos de declaración de sus actividades económicas. El modelo 347 es uno de ellos, una declaración de carácter meramente informativo que se debe presentar cada año.
¿Qué es el modelo 347 y qué operaciones se declaran?
El Modelo 347 de la Agencia Tributaria se refiere a la declaración anual de operaciones con terceras personas en el desarrollo de la actividad empresarial, en el caso de las sociedades o profesional si se trata de autónomos, que facturan más de 3 005,06 euros anuales (IVA incluido) e independientemente de la naturaleza de las operaciones.
En este modelo debes declarar todas las subvenciones y ayudas no reembolsables, los anticipos de clientes y proveedores, los arrendamientos no sujetos a retención, las operaciones de entidades aseguradoras y aquellas inmobiliarias, así como las entregas y adquisiciones de bienes y servicios.
¿Quiénes deben presentar el modelo 347?
Tanto los proveedores como los clientes deben presentar el modelo 347, puesto que este permite a Hacienda cruzar los datos sobre las operaciones económicas que ambos realizan para comprobar que la información declarada es correcta.
En cambio, quedan exentos de su presentación aquellos cuyas actividades con terceros no superen los 3.005,06 euros anuales y los contribuyentes cuyo domicilio fiscal y establecimiento permanente o sede de la actividad se encuentre fuera de España. También quedan exentas las personas físicas o entidades en régimen de atribución de rentas que tributen en IRPF por estimación objetiva o por el régimen simplificado de IVA.
¿Cómo rellenar el modelo 347?
Antes de presentar el modelo 347, es importante que confirmes con tus clientes y proveedores los importes que han contabilizado, de manera que coincidan con los tuyos, a menos que recibas la factura en un trimestre diferente al de su fecha de emisión, que sería el momento que justifica la operación.
En la primera sección del modelo 347, encontrarás un resumen de los datos en el que se recoge la información del declarante, el ejercicio fiscal en cuestión y si se trata de una declaración complementaria o sustitutiva. En la casilla 01, tendrás que especificar el número de clientes y proveedores con los que has realizado operaciones cuyo importe supere los 3 005,06 euros.
En la casilla 02, debes indicar el importe total de las operaciones que has realizado, incluyendo el IVA. En la casilla 03, tendrás que apuntar el número total de los locales de negocio y la casilla 04 corresponde al importe del alquiler de los locales de negocio que hayas especificado, incluyendo también el IVA.
Por otra parte, tendrás que realizar una relación de declarados identificando debidamente a los clientes y proveedores con los que hayas realizado operaciones. Considera que, en este apartado, la información se desglosa de manera trimestral, teniendo en cuenta la fecha del devengo del IVA para calcular el volumen de las operaciones, ya que delimita el trimestre del ejercicio.
Por cada operación que hayas realizado con terceros, tendrás que especificar detalles como el NIF, nombre o razón social, provincia, tipo de operación y el importe anual de las mismas. Por último, debes hacer una relación de los inmuebles, incluyendo todos los locales de negocio alquilados por un importe superior a los 3 005.06 euros, especificando siempre el NIF del arrendatario, nombre comercial, importe del alquiler y la dirección del local alquilado.
¿Cuándo se presenta el modelo 347?
El modelo 347 se presenta de manera anual en el mes de febrero. Según el calendario fiscal de 2023, este año el plazo de presentación cierra el 28 de febrero. Tendrás que presentar la declaración de forma telemática en la sede electrónica de Agencia Tributaria, usando certificado digital, DNI electrónico o clave PIN.
Ten en cuenta que, aunque el modelo 347 se usa solo con fines informativos, no presentarlo puede acarrear una sanción que oscile entre los 300 y los 20 000 euros, en dependencia del conjunto de datos omitidos.

La mayoría de los negocios necesitan recurrir a la financiación externa en algún momento de su vida, ya sea al inicio para poner en marcha la actividad, durante su fase de crecimiento para costear inversiones importantes o emprender un proceso de internacionalización, o durante un periodo de crisis para financiar el circulante. Los préstamos con aval son una alternativa de financiación para conseguir el capital necesario.
De hecho, el último informe de CESGAR reveló que en 2021 las pymes experimentaron una necesidad de financiación extraordinariamente alta. Exactamente, el 57,9 % de las pymes españolas necesitaron financiación, sobre todo las empresas más pequeñas, con menos de 10 empleados. La mayoría de las pymes ha solicitado financiación para el circulante, aunque el mayor obstáculo que han encontrado en su camino es precisamente la falta de garantías solicitadas.
¿En qué consisten los préstamos con aval?
Para acceder a un préstamo, las entidades bancarias suelen exigir determinadas garantías, una de ellas es el aval. Los préstamos con aval son, por tanto, productos financieros en los que, para obtener el capital, es necesario presentar un aval como garantía de pago.
El aval es un contrato a través del cual una persona o entidad se compromete a garantizar tu deuda ante el acreedor, ya se trate de un banco, la Administración u otra empresa. En caso de impago, la entidad que te ha financiado reclamará la deuda al avalista.
De hecho, el aval no es más que una garantía de pago para la entidad bancaria o el prestamista, mediante la cual se asegura de que recuperará su dinero, pues si no abonas el préstamo en los términos y condiciones pactados, lo exigirá al avalista. Por tanto, el aval siempre representa un riesgo para la persona o entidad que te avala.
Las ventajas de los préstamos con aval para los negocios
Los préstamos con aval aportan varios beneficios a las pymes y autónomos que necesiten financiación para su negocio:
- Tipos de interés más bajos. Los préstamos con aval representan un riesgo menor para las entidades bancarias, en comparación con las operaciones financieras que se realizan sin aval, por lo que normalmente pueden aplicar tipos de interés más bajos, lo cual se traduce en un coste menor del préstamo.
- Ampliar el capital. Generalmente los bancos ofrecen cantidades de dinero mayores cuando la empresa cuenta con un aval, ya que se trata de una operación más segura. Por esa razón, los avales se convierten en una opción muy interesante para ampliar la cuantía de la financiación.
- Acceso a un préstamo sin historial crediticio. En algunos casos, como las empresas de reciente constitución o aquellas que no disponen de bienes suficientes para garantizar la devolución del préstamo, el aval es una condición imprescindible para acceder a la financiación, ya que la entidad bancaria tomará en cuenta el historial crediticio y/o la capacidad económica del avalista.
Tipos de préstamo con aval
En la actualidad existen diferentes tipos de préstamos con aval a los que puedes recurrir para financiar tu actividad empresarial:
- Préstamos con aval personal
- Préstamos con garantía
- Préstamos con aval financiero
En este tipo de préstamos el avalista es una persona, quien responderá por la deuda en caso de impago. Se trata de una situación relativamente frecuente en las empresas de reciente constitución, cuando el emprendedor recurre a la ayuda de amigos y familiares que actúan como avalistas para financiar su proyecto.
En este caso, la persona que ejerce de avalista responderá ante la deuda que hayas contraído si no puedes devolverla. O sea, si tras solicitar un préstamo no logras pagarlo, la responsabilidad recaerá sobre el avalista, puesto que al firmar el contrato se comprometió a respaldar tu negocio y solventar la deuda con su capital y/o bienes patrimoniales.
De hecho, en un aval personal los avalistas adquieren las mismas obligaciones que el titular del préstamo y aceptan las mismas condiciones crediticias. Por consiguiente, si no logra pagar la deuda, se expone al riesgo de que embarguen sus bienes y puede aparecer en los listados de morosos.
En este tipo de préstamo no existe una persona o entidad que garantice la devolución de la deuda. La propia empresa que solicita el préstamo ofrece como garantía un bien de valor similar o superior al de la deuda que contrae. Normalmente se trata de una propiedad de la empresa, ya sea un local, terreno, nave, oficina o cualquier otro inmueble.
Una de las principales ventajas de este tipo de préstamos es que no es necesario demostrar ingresos ni facturación de la empresa. Además, el tipo de interés suele ser más alto que el de otros productos financieros y el impago de las cuotas puede suponer la pérdida de la propiedad, ya que el banco se quedará con la misma para recuperar su dinero.
En este tipo de préstamo, la empresa cuenta con el respaldo de una entidad externa que actúa como garante de la deuda y responde en caso de impago ante un tercero. Los bancos pueden emitir un aval a sus clientes para que obtengan créditos o préstamos.
Las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) también brindan avales a las pymes y autónomos que quieran acceder a un préstamo. Las SGR están formadas por socios que aportan fondos según el capital que soliciten, quienes obtienen a cambio un aval que les permite conseguir mejores condiciones de financiación en términos de plazos y tipos de interés con las entidades bancarias.
Una de las principales ventajas de contar con las SGR es que pymes y autónomos también podrán tener el apoyo de expertos que les asesoren durante todo el proceso de búsqueda de financiación.
¿Cómo solicitar un préstamo con aval?
Cada banco o SGR establece sus propios requisitos para conceder un aval a una empresa, aunque, como norma general, todas deben cumplir dos condiciones básicas: no estar en concurso de acreedores y estar al corriente de los pagos ante la Seguridad Social y la Agencia Tributaria.
Tanto los bancos como las SGR estudiarán la actividad de la empresa. Generalmente, las entidades bancarias realizan un estudio financiero para evaluar la viabilidad económica, mientras que las SGR realizan una valoración más amplia, analizando las perspectivas del negocio y su valor añadido.
En cualquier caso, tendrás que presentar una solicitud formal de aval e información sobre tu negocio, como las escrituras de constitución de la sociedad y la memoria de actividades económicas. También debes presentar el balance de pérdidas y ganancias de los dos últimos ejercicios, así como los documentos que acrediten que la empresa está al día en el pago de impuestos, o en su defecto, un proyecto de negocio que demuestre su viabilidad.
Con esa información, el banco, las SGR u otras instituciones estatales evaluarán el riesgo de la operación y decidirán si avalarte o no. Si te conceden el aval, te informarán acerca de sus costes y comisiones. El documento de formalización del compromiso debe indicar la cantidad avalada que será objeto del préstamo, así como el tipo de interés sobre el capital prestado, el plazo de devolución, las cuotas, comisiones y otros gastos añadidos a la operación u otro tipo de obligaciones. Una vez que lo firmes, podrás obtener el préstamo.

La inmensa mayoría de las pymes necesita recurrir a la financiación externa en algún momento de su vida, ya sea para expandir su negocio o para financiar el circulante. De hecho, el 42,3 % de las pymes españolas requirió financiación bancaria en el año 2021, un fuerte incremento de 12 puntos porcentuales con respecto a 2019, según reveló el último informe “La financiación de la pyme en España”, realizado por Cesgar.
Dicho estudio también mostró que el porcentaje de pymes que rechaza la financiación bancaria, debido a condiciones que consideran inaceptables, aumentó ligeramente, situándose en el 2,8 %. Además, se ha apreciado un incremento de las necesidades de garantías o avales para conceder la financiación a las pymes, fundamentalmente aquellas que operan en los sectores de Servicios a las empresas, Comercio y servicios personales y Agricultura.
Un informe del Banco de España confirmó dichas tendencias: se ha producido un incremento de las peticiones de financiación rechazadas, situándose un punto porcentual por encima del conjunto de la Unión Europea. Además, las pymes refirieron un endurecimiento de las garantías requeridas, así como condiciones de los préstamos más negativas.
En un escenario en el que los problemas para acceder a la financiación para autónomos y pymes son las garantías demandadas, el aumento de las comisiones y los gastos asociados a los préstamos o las líneas de crédito, las Sociedades de Garantía pueden ser la solución.
¿Qué son las Sociedades de Garantía?
Las Sociedades de Garantía (SGR) son entidades sin ánimo de lucro, reguladas por el Banco de España, cuyo principal objetivo es facilitar la financiación para pymes y autónomos, mejorando además las condiciones del crédito. Las SGR se encargan de conceder avales financieros para respaldar a las pequeñas y medianas empresas ante la entidad bancaria, actuando como garantes de la deuda.
De hecho, la ley establece que al menos las cuatro quintas partes de sus socios deben ser pequeñas y medianas empresas. Las SGR no solo mejoran las condiciones de plazo y tipo de interés, gracias a los convenios que negocian con las entidades financieras, sino que también ofrecen asistencia y asesoramiento financiero a sus socios.
¿Por qué te conviene contar con al apoyo de las SGR?
Mayor acceso a la financiación, ya que puedes contar con la garantía que aportan las SGR, sobre todo en el caso de las empresas que no disponen de bienes suficientes para garantizar la devolución del préstamo, o las pymes más pequeñas y de reciente constitución que no cuentan con un historial crediticio que las avale.
Mejorar las condiciones de financiación, con la posibilidad de reducir los tipos de interés de la deuda y/o ampliar los plazos de amortización para pagar con mayor comodidad.
Recibir un préstamo o una línea de crédito mayor, ya que las entidades bancarias están más dispuestas a aumentar el capital si la pyme o el autónomo cuentan con un aval. Por consiguiente, el apoyo de una SGR asegura la operación y permite ampliar la financiación.
Tener acceso a todos los servicios que proporcionan las SGR, incluyendo el asesoramiento financiero y un estudio técnico de la operación, así como la tramitación de subvenciones estatales.
¿Cómo puedes obtener el aval de las SGR?
Para conseguir el aval, necesitas convertirte en socio de las SGR, lo cual significa que tendrás que adquirir participaciones en las mismas, en proporción al aval que solicites, pues estas entidades se financian, en parte, con los fondos de las aportaciones que realizan sus socios. Dicho importe será recuperado cuando se cancele el crédito.
Según la SGR, tendrás que pagar una comisión de estudio y, si aceptan tu solicitud, otra comisión de aval anual que dependerá del importe pendiente de amortización.
Para solicitar el aval, tendrás que presentar la operación relacionada con el crédito, así como la documentación empresarial y crediticia necesaria para realizar un análisis de riesgo.
Los expertos de la SGR realizarán un análisis previo de tu actividad empresarial para aprobar o rechazar tu solicitud, se centrarán en la viabilidad del proyecto, por lo que te ofrecerán la solución financiera más adecuada para tu negocio.
¿Dónde encontrar las SGR?
Las SGR están representadas por CESGAR, que asume las funciones de coordinación, cooperación y defensa de sus intereses. Actualmente, existen 18 Sociedades de Garantía Recíproca a las que podrás solicitar el aval y presentar la documentación, o bien a través de las 60 sucursales que las SGR tienen en todo el territorio nacional, o bien de manera telemática, a través de su plataforma Con Aval Sí.