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7 Claves de LinkedIn para potenciar tu Empresa
Si buscas una forma eficaz de atraer talento, ganar más clientes o fortalecer tu marca, LinkedIn podría facilitarte el camino. Con más de 2 millones de usuarios accediendo a ella cada día en España, según Nielsen NIQ, se ha convertido en la red social por excelencia para los profesionales.
LinkedIn es mucho más que una red de currículums. Ahora es un ecosistema empresarial donde se crean nuevas sinergias y se comparten tendencias sectoriales. Muestra de ello es que casi 7 millones de sus usuarios trabajan, por lo que usan la red para mantenerse informados, ampliar su red de contactos, generar alianzas estratégicas, visibilizar sus proyectos, encontrar nuevos clientes y proveedores o construir una marca personal sólida.
LinkedIn para empresas: tips para impulsar tu negocio
Es probable que ya tengas un perfil en LinkedIn, pero… ¿realmente estás presente? Para aprovechar el potencial de esta plataforma no basta con crear una página o publicar de vez en cuando, tienes que cuidarla y aportar valor constantemente.
1. Describe bien tu negocio
La descripción de tu negocio es lo primero que verán las personas que accedan al perfil de tu empresa, por lo que es importante que sea clara y concisa. Debe transmitir confianza, profesionalidad y credibilidad.
Piensa en esa descripción como en una carta de presentación digital: debes explicar qué haces y qué te diferencia sin caer en tecnicismos ni frases vacías. Usa un tono que conecte con los profesionales de tu sector y tu público objetivo.
Asegúrate, además, de que quede claro el porqué de tu marca. Explica tu propósito y el valor que aportas. Enfatizar en la parte más humana genera conexión y despierta curiosidad, para que quienes lean tu perfil quieran saber más sobre tu negocio.
2. Usa palabras clave
Piensa en las palabras que podrían usar las personas para buscar productos o servicios como los que ofreces e insértalas de manera natural en la descripción de tu empresa. Así, mejorarás tu posicionamiento en LinkedIn y en los buscadores.
Un buen truco consiste en combinar palabras clave generales con otras más específicas o long tail. Por ejemplo, si tienes una agencia de marketing, no te limites al clásico “marketing digital”, añade términos como “posicionamiento SEO” o “campañas de publicidad en redes sociales” para ampliar tu visibilidad.
Si proporcionas varios servicios, destácalos brevemente enfocándote en los beneficios. Cada frase debe conectar con una necesidad real de tu audiencia y dejar claro qué problema resuelves o qué valor aportas. Eso marca la diferencia entre un perfil que pasa desapercibido y otro que genera interés.
3. Cuida tus contenidos multimedia
En LinkedIn, como en cualquier otra red social, solo tienes unos segundos para captar la atención. Por eso, usar imágenes, vídeos y otros formatos visuales de forma estratégica te permitirá destacar y generar impacto.
Las imágenes y los vídeos que elijas comunican quién eres y cómo trabajas. Una buena fotografía o un clip breve pueden transmitir más confianza, energía o profesionalidad que un texto largo. Además, el contenido visual ayuda a humanizar la marca, ya que podrás mostrar a tu equipo, tus procesos o logros.
No obstante, cerciórate de que tu material gráfico, desde el logotipo hasta la portadas y las publicaciones, mantenga cierta coherencia visual. Eso reforzará tu marca y la volverá más reconocible. Los vídeos suelen generar más interacción, aunque también puedes aprovechar otros formatos, como infografías y carruseles, para compartir información de forma atractiva.
4. Publica con frecuencia
En LinkedIn, el contenido desempeña un papel protagónico. No te limites a publicar las novedades de tu empresa, comparte además contenido interesante para tus seguidores. De hecho, deberías publicar al menos tres veces por semana para mantener tu marca visible.
Un perfil activo también transmite dinamismo, cercanía y confianza. Demuestra que en la empresa hay movimiento, conocimiento y personas que tienen algo que aportar. Lo ideal es que alternes entre distintos tipos de contenido:
- Noticias o tendencias de tu sector, acompañadas de un breve comentario o reflexión propia.
- Casos de éxito, testimonios o hitos que ha alcanzado tu negocio.
- Consejos, aprendizajes o buenas prácticas relacionadas con tu actividad.
- Contenido audiovisual que haga más atractiva la experiencia.
Y recuerda que no basta con compartir enlaces externos. Da tu punto de vista, interpreta los datos o plantea debates. Eso te ayudará a posicionarte como un referente en tu sector.
5. Conecta con tu público
LinkedIn no es solo un escaparate. No es suficiente con publicar contenido, necesitas conectar con otros profesionales para construir relaciones auténticas. Si aprovechas las ideas que se discuten en los grupos para brindar soluciones o perspectivas novedosas, incrementarás las posibilidades de que tu contenido sea leído, comentado y compartido.
A fin de cuentas, escuchar es tan importante como publicar. Por consiguiente, dedica tiempo a observar qué temas despiertan más interés, preocupan o inspiran a tu audiencia para que puedas adaptar tus mensajes.
También es fundamental que ajustes el tono y el contenido a tu público. Un mensaje técnico puede funcionar bien con los profesionales del sector, mientras que un mensaje más visual o inspirador puede atraer a potenciales clientes o colaboradores. Esa capacidad para hablarle a cada público mejorará el engagement.
6. Responde con rapidez
En el entorno digital, la rapidez es esencial, por lo que uno de los tips para LinkedIn más importantes consiste en responder con prontitud, tanto a los contactos profesionales como a los clientes potenciales o a tus seguidores.
El silencio prolongado suele interpretarse como desinterés o falta de organización. En cambio, una respuesta rápida transmite compromiso, respeto y profesionalidad. De hecho, puede marcar la diferencia entre un contacto perdido y una relación profesional fructífera.
Por otra parte, LinkedIn valora la interacción constante, así que cuanto más participes en las conversaciones, más visibilidad tendrán tus publicaciones y tu perfil. Por eso, responder rápido también reforzará tu presencia digital e impulsará el alcance orgánico de tu contenido.
7. Mejora la visibilidad de tu empresa con la publicidad en LinkedIn
Aunque el contenido orgánico es fundamental para construir una presencia sólida a largo plazo, la publicidad en LinkedIn puede acelerar tu crecimiento, permitiéndote llegar al público adecuado. Esta plataforma ofrece distintas opciones para promocionar tu negocio y segmentar tus mensajes.
Puedes optar por el contenido patrocinado para amplificar el alcance de tus publicaciones o por mensajes patrocinados, ideales para campañas más personalizadas. También existen los anuncios dinámicos, que se adaptan al perfil del usuario y refuerzan el reconocimiento de marca, así como los anuncios de texto, una opción más sencilla y económica para mantener la visibilidad de tu empresa en la red.
La clave consiste en definir bien tu objetivo antes de invertir. ¿Quieres generar más contactos, atraer talento a tu empresa, aumentar el tráfico a tu web o posicionar tu marca? Con ese objetivo en mente, podrás ajustar el formato y la segmentación para maximizar los resultados.
En resumen, LinkedIn se ha convertido en un espacio dinámico donde los profesionales dialogan, comparten experiencias y colaboran. Usar inteligentemente esta red social puede ser el impulso que tu negocio necesita para crecer y conectar con quienes importan.
En el mercado actual, las pymes se enfrentan a una presión constante por optimizar sus recursos y aumentar la eficiencia. La inteligencia artificial (IA) puede ayudarlas a ser más competitivas, permitiéndoles automatizar tareas, analizar datos y mejorar la toma de decisiones sin necesidad de realizar grandes inversiones.
No es casual que el informe de ONTSI sobre los “Indicadores de uso de inteligencia artificial en España 2024” constatara un crecimiento significativo en el uso de la IA, que ya se ha implantado en el 11,4% de las empresas con 10 o más trabajadores.
Tecnologías de IA gratuitas, o casi, que puedes implementar en tu negocio
Más allá de ChatGPT o Perplexity existen otras herramientas de IA gratuitas, o con precios muy asequibles, que ofrecen funcionalidades avanzadas, desde la gestión de clientes hasta la optimización de las tareas diarias. Así, podrás avanzar en la digitalización de tu negocio sin comprometer tu presupuesto.
1. Fireflies.ai
Si realizas muchas reuniones, trabajas con audios o necesitas resumir los encuentros con los clientes, esta plataforma te será muy útil. Básicamente, toma notas con IA: transcribe, resume y analiza cualquier conversación de voz o por teléfono.
Además de grabar reuniones por Zoom, Google Meet o Microsoft Teams, las transcribe con una precisión del 95%. También proporciona una visión más detallada de la reunión o las notas e incluso es capaz de identificar palabras clave y el tono emocional de la conversación. Se integra con los sistemas que uses, como Slack o un CRM, para que no te pierdas nada. Cuenta con un plan gratuito y una versión Pro muy económica.
2. Tidio
Si tienes muchos clientes o necesitas optimizar las ventas, esta solución te vendrá como anillo al dedo. Integra chatbots con IA en tiempo real y mensajería multicanal automatizada en las plataformas más populares, como WhatsApp, Messenger e Instagram.
Gracias a su sistema de tickets también podrás priorizar, asignar y seguir las incidencias cómodamente. Y ofrece estadísticas avanzadas para comprender cómo los clientes interactúan con el equipo y las automatizaciones. Tidio afirma que puede resolver el 67% de las consultas más comunes y aumentar en un 24% las conversiones. Puedes empezar con la versión de IA gratuita y luego elegir el plan que mejor se adapte al número de conversaciones que gestionas mensualmente.
3. Lumen5
El vídeo se ha convertido en el formato más poderoso del marketing digital. Capta rápidamente la atención, vuelve el mensaje más memorable y despierta emociones con más eficacia que el texto o las imágenes. Si no tienes tiempo ni un gran presupuesto para realizar videos de marca o promocionales, Lumen5 es tu mejor opción.
Ofrece una versión gratuita para crear 5 vídeos al mes de 2 minutos cada uno. Lo interesante es que permite convertir artículos ya escritos, guiones o incluso ideas sueltas en vídeos que podrás usar en tus campañas de comunicación o marketing. Con un diseño intuitivo, una gran librería de medios y múltiples plantillas, podrás crear un vídeo creativo, aunque no tengas conocimientos técnicos.
4. Zapier
Si la información de tu empresa está dispersa entre hojas de cálculo y diferentes programas, necesitarás la ayuda de esta herramienta de IA, gratuita para 100 tareas mensuales. Zapier “concentra flujos de trabajo, interfaces, datos e IA en un solo lugar para que puedas dedicarte al desarrollo”.
Esta plataforma de automatización permite conectar diferentes aplicaciones y automatizar flujos de trabajo sin saber programar. Actúa como un puente para que la información fluya automáticamente de un servicio a otro, por lo que te ahorrará mucho tiempo y simplificará tu día a día. Puedes emplearla lo mismo para automatizar la gestión de leads que para gestionar proyectos o dar seguimiento a tus clientes.
5. VenturusAI
¿Tienes una idea de negocio o quieres lanzar un nuevo producto, pero no lo ves claro? En ese caso, esta herramienta de IA gratuita podría despejar las dudas, ya que está diseñada para ayudar a los emprendedores a convertir sus ideas en realidad, mitigando el riesgo inicial.
Su IA avanzada genera análisis detallados (DAFO, PESTEL y las 5 Fuerzas de Porter) para brindarte retroalimentación sobre la viabilidad de tu idea, posibles obstáculos y el potencial del proyecto. VenturusAI también proporciona información sobre el público objetivo, propone estrategias y modelos de negocio, así como ideas para diferenciarte en tu sector. Cuenta con un plan gratuito que permite validar una idea de 1.000 caracteres.
Como puedes apreciar, la inteligencia artificial ya no es un lujo reservado a las grandes corporaciones, ahora está al alcance de cualquier pyme con ganas de innovar. Su potencial es enorme, ya que, además de automatizar las tareas repetitivas e impulsar la eficiencia, podría ayudarte a explorar nuevas ideas con mayor seguridad y anticiparte a la respuesta del mercado para que aumentes tus probabilidades de éxito.
Imagen de freepik
¿Cómo numerar las facturas de forma correcta?
Si eres autónomo o tienes un pequeño negocio, es probable que te encargues directamente de la facturación. En ese caso, debes saber que el número de las facturas no es un detalle banal, sino un requisito legal fundamental para llevar un buen control financiero y evitar problemas con la Agencia Tributaria.
De hecho, aunque parece fácil, nueve de cada diez autónomos cometen errores en sus facturas, generalmente debido a despistes o porque no conocen bien la legislación. Equivocarse en la numeración se considera una falta leve, que conlleva una multa de 150€ por cada factura emitida o enviada indebidamente.
Los aspectos clave de la normativa de facturación
El Reglamento de facturación obliga a numerar todas las facturas, incluso las simplificadas. La normativa indica claramente que deben tener “número y, en su caso, serie”, señalando además que “la numeración de las facturas dentro de cada serie será correlativa”.
En sentido general, la legislación señala que:
- El número de cada factura debe ser único en el año fiscal, lo que significa que no puede repetirse.
- La numeración debe ser correlativa y coherente con la fecha de emisión de las facturas. Es decir, tiene que ser sucesiva, sin saltos en los números, que deben ir correspondiendo con las respectivas fechas de emisión. Por ejemplo, una factura del 24 de octubre no puede tener un número mayor que otra emitida posteriormente, el 26 de octubre.
Si la numeración de la factura incluye una serie, tendrás que indicarla antes del número. Aunque no es obligatorio, lo ideal es que separes la serie del número de la factura dejando un espacio blanco, aunque también puedes usar algún carácter especial.
¿Cuándo puedes emitir facturas con series diferentes?
La legislación indica que puedes emitir facturas con series separadas cuando existen razones que lo justifiquen:
- Tienes varios establecimientos
- Desarrollas distintas actividades económicas
- Cambio de año fiscal
También hay algunos casos en los que Hacienda obliga a emitir facturas con series separadas:
- Debes corregir una factura que ya habías emitido (factura rectificativa).
- Facturas emitidas por los destinatarios de la operación o por terceros.
- Facturas relacionadas con procedimientos administrativos o judiciales de ejecución forzosa, en cuyo caso cada operación tendrá su propia serie especial de numeración.
- Facturas para ciertos productos, como teléfonos móviles, tabletas, portátiles, consolas, plata, platino y paladio. En el caso de los portátiles y las tabletas, se usará una serie diferenciada si el valor de la venta supera los 10.000 euros (sin IVA) o si el comprador es un revendedor profesional, independientemente del importe.
¿Cómo numerar las facturas?
La normativa no especifica cómo se deben numerar las facturas, pero la Agencia Tributaria ha dado una serie de recomendaciones para ir sobre seguro:
- Puedes utilizar una combinación de caracteres alfanuméricos; es decir, los números del 0 al 9 y las letras del abecedario. Lo ideal es que uses mayúsculas, no se recomienda el empleo de letras minúsculas.
- No dejar más de un carácter en blanco.
- Se permite usar los siguientes caracteres especiales: guion medio (“-”), guion bajo (“_”), barra inclinada (“/”) y punto (“.”).
Hacienda también aconseja ajustar el texto a la izquierda para evitar espacios en blanco antes del número de la factura.
¿Es necesario cambiar la numeración de las facturas cada año?
La Agencia Tributaria deja margen de maniobra en estos casos, lo que significa que podrías seguir con la numeración del año anterior o resetearla cuando empiece el nuevo periodo. La mayoría de los autónomos prefiere cambiarla para evitar confusiones con las facturas de otros años. Por ejemplo, si usas un formato como: 25-00001 y 26-00001, te resultará más fácil ordenarlas por año fiscal. Lo que no puedes hacer es cambiar la serie numérica de manera mensual o trimestral.
Como habrás podido apreciar, la numeración de las facturas no es un simple requisito legal, también refleja la organización y profesionalidad del negocio. Tener un sistema claro y ordenado te permitirá evitar errores y ahorrar tiempo, facilitará la gestión interna y la relación con los clientes y proveedores, además de garantizarte el cumplimiento normativo.
Los gastos que puedes deducir si eres Autónomo
Ser autónomo no es fácil. Además de sacar adelante tu negocio, tienes que lidiar con el papeleo, las facturas y los impuestos. Por suerte, el sistema también ofrece algunas ventajas para aliviar la carga fiscal. Una de las más relevantes es la posibilidad de deducir ciertos gastos relacionados con tu actividad profesional. No obstante, debes saber exactamente cuáles son porque la Agencia Tributaria suele revisarlos con lupa.
Las 3 condiciones que debe cumplir un gasto para ser deducible
Antes de lanzarte a desgravar gastos, es importante que sepas que Hacienda establece tres criterios clave para determinar cuáles puedes deducir:
- Deben estar directamente vinculados a la actividad económica que realizas como autónomo, no a tu vida privada.
- Tienen que estar debidamente justificados mediante las facturas correspondientes. En ciertos casos, podrías desgravar recibos o facturas simplificadas, pero deben figurar tus datos fiscales.
- Deben estar reflejados en tu contabilidad en los libros de gastos e inversiones.
La regla general es muy sencilla: puedes deducir todos los gastos que estén directamente relacionados con el ejercicio de tu actividad económica, siempre y cuando estén justificados con las facturas correspondientes y registrados en tus libros de Contabilidad.
Los principales gastos que puedes deducir como autónomo
Los gastos deducibles para quienes trabajan por cuenta propia están regulados fundamentalmente por la Ley del IRPF y la Ley del IVA. No obstante, el criterio de Hacienda reflejado en diferentes órdenes también delimita cómo se aplican dichas deducciones en la práctica.
1. Consumos y mantenimiento
Puedes desgravar todas las compras de productos, ya se trate de mercancías o materias primas, que necesites para realizar tu trabajo. Eso incluye, por ejemplo, materiales de oficina, insumos para la producción o cualquier producto que utilices para prestar tus servicios.
También puedes deducir los gastos en los que incurras por concepto de mantenimiento y/o reparación, ya sea del local donde trabajas o de los equipos, maquinaria y herramientas que utilizas, a menos que se cataloguen como mejoras.
Es importante que tengas claro que los gastos que incrementen el valor, la capacidad de producción o la vida útil de un activo, como una reforma importante del local o una actualización tecnológica sustancial, no se consideran mantenimiento, por lo que debes contabilizarlos como inversión y se irán amortizando con el tiempo.
2. Gastos de los trabajadores
Si tienes empleados a tu cargo, la ley te permite deducir prácticamente todos los gastos en los que incurras. Eso incluye su nómina, retribuciones adicionales, indemnizaciones y, por supuesto, las cuotas de la Seguridad Social.
También podrás desgravar los gastos destinados a la formación profesional de tus trabajadores, contribuciones a planes de pensiones y cualquier seguro que tengas que contratar por obligación o conveniencia laboral.
Asimismo, los gastos vinculados a la actividad diaria de los empleados son deducibles, como las dietas por desplazamientos. También podrás desgravar las retribuciones en especie y los premios por rendimiento o incentivos.
3. Arrendamientos, cánones y tributos
Si eres autónomo, puedes desgravar el alquiler del local donde trabajas o las cuotas del vehículo en leasing. Además, los cánones de software o licencias profesionales necesarias para tu trabajo también son deducibles.
En cuanto a los tributos, podrás desgravar impuestos directamente relacionados con tu actividad económica, como el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) del local, el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), tasas municipales por licencias o servicios y otros tributos de naturaleza similar.
4. Servicios de profesionales independientes
Para desarrollar tu actividad, es probable que tengas que recurrir a otros profesionales. Podrás deducir esas facturas, como las de los abogados, asesores fiscales, consultores especializados, diseñadores gráficos, informáticos o traductores que presten servicios necesarios para el funcionamiento de tu negocio.
5. Gastos financieros
La mayoría de los negocios tienen que asumir diferentes tipos de costes financieros, pero puedes desgravar muchos de ellos. Si tienes un crédito como autónomo, podrás deducir los intereses, así como los gastos por servicios bancarios y los recargos por aplazamientos de pago, incluyendo los de la Agencia Tributaria.
También tienes la posibilidad de deducir las comisiones de mantenimiento de cuentas vinculadas a tu actividad, los gastos de transferencias o las comisiones por TPV y pasarelas de pago online. Obviamente, es fundamental que esas operaciones estén vinculadas a tu cuenta bancaria profesional, de modo que no se mezclen con tus movimientos personales.
No obstante, Hacienda aclara que el límite a la deducibilidad de los gastos financieros netos es del 30% del beneficio operativo del ejercicio o 1 millón de euros.
6. Servicios externos
Puedes desgravar los gastos en publicidad, relaciones públicas, suscripción a revistas profesionales, cuotas a asociaciones empresariales y los gastos de eventos y cursos a los que asistas. Además, tienes la posibilidad de deducir las primas de seguro de enfermedad, también las de tu pareja e hijos menores de 25 años que vivan contigo, hasta un máximo de 500 euros por persona.
Las facturas de agua, luz y gas también son deducibles. No obstante, si trabajas desde casa, la Agencia Tributaria solo permite deducir un 30% del porcentaje de la superficie de la vivienda destinada al trabajo. Incluso podrías desgravar una parte del alquiler de tu casa, pero tendrás que pedirle al propietario que te haga dos facturas, una de ellas con retención de IRPF e IVA.
7. Gastos de difícil justificación
Para desempeñar tu actividad, es probable que incurras en pequeños gastos que no siempre puedes justificar con una factura, como reparaciones rápidas, fotocopias, alguna suscripción digital o material de oficina de bajo coste. Para esos casos, Hacienda prevé el concepto de “gastos de difícil justificación”, aplicable a los autónomos en régimen de estimación directa simplificada.
El importe máximo deducible en ese supuesto es de 2.000 euros anuales. No tendrás que detallar cada gasto, pero es importante que hagas previsiones razonables acordes al tipo de trabajo que desarrollas.
En resumen, las deducciones son una herramienta muy útil, pero también son un terreno lleno de matices que conviene gestionar con cuidado. Si tienes dudas sobre los gastos deducibles, lo más prudente es consultarlo con tu asesor fiscal.
¿Cómo registrar la marca de tu empresa?
Una de las primeras decisiones, y también una de las más importantes, que tienen que tomar tanto los autónomos como las pymes cuando ponen en marcha su negocio es elegir la marca de su empresa. Una buena marca será la carta de presentación de tu proyecto ante el mundo: te permitirá diferenciarte de la competencia y construir una imagen sólida de cara a tu público objetivo. Por tanto, es importante que la protejas.
Los 3 pasos necesarios para registrar una marca
La buena noticia es que registrar una marca no es tan complicado como parece. El trámite se realiza a través de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) y, aunque tendrás que cumplir ciertos requisitos y pagar unas tasas, el proceso es bastante sencillo y accesible. Así, te asegurarás de que el nombre de tu negocio, eslogan o logotipo estén protegidos legalmente y nadie más pueda usarlos sin tu consentimiento.
1. Crea tu marca
A diferencia del nombre comercial, que solo sirve para identificar y diferenciar a una empresa, la marca es lo que te permitirá distinguir tus productos o servicios en el mercado. Por tanto, es importante que represente los valores que deseas transmitir, sea fácil de recordar y no te relacione con otras empresas, productos o servicios.
Antes de escogerla, considera que la OEPM establece ciertas prohibiciones absolutas de registro:
- No acepta nombres o símbolos genéricos o demasiado habituales que no diferencian nada.
- Palabras o imágenes que vayan contra la ley, el orden público o las buenas costumbres.
- La marca no puede engañar o confundir al consumidor sobre la naturaleza, calidad o procedencia geográfica del producto o servicio.
- Signos o indicaciones utilizados habitualmente para designar ciertas características de un producto o servicio.
- Formas inherentes al producto o servicio.
- Insignias, escudos, banderas u otros emblemas oficiales o de interés público.
2. Busca los antecedentes registrales
Cuando tengas la marca, antes de solicitar su registro, es conveniente que te asegures de que está libre. Así no empezarás todo el papeleo solo para que te lo denieguen. La OEPM cuenta con un buscador de marcas y nombres comerciales que puedes utilizar por denominación o elementos figurativos. Otra alternativa consiste en solicitar el informe de búsqueda directamente en la OEPM, previo pago de una tasa.
Si el nombre o signo en el que has pensado ya está inscrito, no podrás registrar la marca. Considera que la OEPM tampoco acepta nombres muy similares a los de marcas populares, para evitar confusiones y posibles problemas legales.
3. Registra la marca
Una vez que hayas elegido el nombre o signo y hayas comprobado que está libre, puedes registrar una marca. Si decides presentar el registro en papel, debes acudir al organismo regional encargado de la propiedad intelectual. Si tienes un certificado digital o firma electrónica, puedes realizar el registro de la marca de manera telemática, una vía mucho más rápida en la que también se aplica un 15 por ciento de descuento en las tasas a pagar.
Tendrás que rellenar un formulario para presentar la solicitud de marca, en el que debes especificar tus datos, qué actividad o servicio desarrollas e insertar el nombre y/o el logo que quieres proteger. En ese momento, deberás añadir la documentación necesaria, según la marca a registrar.
Por ejemplo, quizá necesitas la autorización de una persona, si vas a usar su nombre, firma, imagen o seudónimo. O tal vez tu marca contenga elementos protegidos por derechos de autor, si el logotipo lo ha creado un diseñador gráfico, en cuyo caso tendrá que cederte el uso de esos derechos.
¿Cuánto tarda el proceso de registro de una marca?
La OEPM evaluará tu solicitud. La documentación pasa por exámenes de forma y licitud, en los que se comprueba que el expediente contiene toda la información necesaria y que la marca que has elegido no va en contra del orden público o las buenas costumbres. Si existe algún problema, te lo comunicarán para que lo subsanes en el plazo de un mes (dos meses para los domiciliados en el extranjero).
Si tu solicitud supera ese escrutinio, se publicará en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial (BOPI). Así, cualquier persona que se sienta perjudicada podrá presentar un escrito de oposición a la concesión de la marca solicitada en el plazo de dos meses.
Transcurrido ese periodo, la OEPM vuelve a examinar tu solicitud para verificar que no incumple ninguna de las prohibiciones absolutas. Si alguien presentara una oposición o tu marca no pasa ese examen de fondo, la tramitación se suspende. En ese caso, tendrás un mes para presentar alegaciones o añadir más documentación.
Finalmente, si la marca que has solicitado no incurre en ninguna prohibición y no se han presentado oposiciones, la OEPM te la concederá.
En general, la OEPM plantea un plazo máximo para resolver una solicitud de marca de:
- 12 meses si la solicitud no sufre ningún contratiempo.
- 20 meses si se presentan oposiciones o tiene algún inconveniente por el camino.
No obstante, en la práctica, la mayoría de las solicitudes tardan entre 6 y 12 meses.
Cabe aclarar que, una vez concedida, la marca es válida durante 10 años. Sin embargo, podrás renovarla indefinidamente por períodos sucesivos de diez años.
¿Cuánto cuesta registrar una marca en España?
El precio del registro de una marca varía dependiendo de diferentes factores. El importe general para la solicitud de marca o nombre comercial asciende a 150,45 € (127,88 € si presentas telemáticamente) para la primera clase, que se refiere al producto o servicio principal que proteges.
Si tu marca cubre varios productos/servicios que pertenecen a distintas clases, pagarás 97,48 € (82,84 € por vía telemática) por cada clase adicional que desees proteger.
No obstante, debes tener en cuenta otros costes adicionales. Si haces modificaciones, recursos, solicitudes de revisión, cambios de titularidad, petición de registro internacional, entre otros procedimientos, tendrás que abonar otras tasas.
Por último, es importante que consideres que ese registro tiene un alcance nacional, por lo que también podrías plantearte obtener una protección internacional de tu marca. Si te interesa, puedes hacerlo en la propia OEPM, a través del Sistema de Madrid.
Recuerda que una marca es mucho más que un nombre o un logotipo, es la identidad de tu negocio. Registrarla evitará que un tercero pueda copiar tu idea o darle un uso indebido. Así, tendrás la seguridad de que estás construyendo un activo propio y exclusivo que nadie podrá usar sin tu permiso. A largo plazo, incluso podría convertirse en un bien intangible que te ayude a crecer, licenciar, franquiciar o vender el negocio con garantías.
¿Qué es un pool bancario?
Cinco de cada diez pymes (47,7%) necesitaron financiación en 2024, el equivalente a más de 1,6 millones de negocios, según el “XIV Informe sobre Financiación de la pyme en España”. Cada vez que una empresa solicita un préstamo o crédito, tiene que presentar varios documentos que acrediten su situación financiera, uno de ellos es el pool bancario.
Pool bancario, una radiografía del endeudamiento empresarial
El pool bancario es una especie de “radiografía” de la deuda financiera que tiene la empresa o el autónomo. Este informe refleja todos los préstamos, créditos y avales, así como los límites de cada producto financiero y sus respectivos plazos de vencimiento. Por tanto, es esencial para conocer el nivel de endeudamiento y la solvencia del negocio.
Por ejemplo, una pyme podría tener un pool bancario en el que figure una línea de crédito con su banco principal, un préstamo a largo plazo con otra entidad para financiar la compra de maquinaria o un proceso de internacionalización y un aval técnico para presentarse a licitaciones.
Cabe aclarar que el pool bancario complementa la información que los bancos pueden obtener de la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE), una base de datos pública que recopila las deudas vigentes o impagadas superiores a 6.000 euros que los clientes han contraído con las entidades de crédito.
¿Para qué sirve el pool bancario?
El pool bancario no es un simple documento que refleja las obligaciones económicas, es una herramienta estratégica que revela la salud del negocio, su capacidad de negociación y su margen de maniobra ante imprevistos. A continuación, resumimos los aspectos principales que hacen del pool bancario un documento clave para las empresas.
1. Centralizar la información financiera.
El pool bancario agrupa todas las operaciones de financiación que la empresa mantiene abiertas con distintas entidades, por lo que permite conocer rápidamente su estado de endeudamiento.
2. Controlar la deuda viva.
Al mostrar el capital pendiente de amortizar en cada instrumento, así como el calendario de pago y la carga financiera futura, favorece la identificación de concentraciones de vencimientos o escaladas de costes que demanden una refinanciación.
3. Facilitar la negociación con los bancos.
El pool bancario aporta datos objetivos que la empresa puede utilizar para negociar mejores condiciones con las entidades financieras, ya sea reducir los tipos de interés o ampliar los plazos de pago. Además, demuestra que el negocio gestiona adecuadamente su pasivo, lo que mejora la credibilidad y disminuye el riesgo.
4. Brindar una imagen más transparente.
Un pool bancario claro y actualizado facilita las auditorías y due diligence, ya que presenta un registro ordenado de pasivos, garantías y cumplimiento de condiciones. En el caso de los inversores, bancos o auditores, eso se traduce en tiempos de revisión más cortos y una mayor confianza en la gestión.
5. Apoyar la toma de decisiones.
Tener una visión global de las deudas empresariales permite entender mejor los pilares financieros en los que se sustenta la actividad. Así será más fácil tomar decisiones estratégicas que fomenten la sostenibilidad del negocio y su crecimiento a lo largo del tiempo.
¿Cómo se elabora un pool bancario y qué información contiene?
Aunque parece complicado, hacer un pool bancario es relativamente sencillo. El primer paso consiste en recopilar todos los datos de los préstamos, créditos, avales u otros tipos de financiación que la empresa tenga. Con esa información, incluye en el informe:
Entidades bancarias. Todos los bancos con los que el negocio ha contraído obligaciones de pago.
Tipo de deuda. Señalar si se trata de préstamos, líneas de crédito, leasing o cualquier otro tipo de deuda a corto o largo plazo.
Saldos pendientes. Indicar el capital que se debe pagar a cada entidad y el total de la deuda.
Tipos de interés. Reflejar las tasas que se aplican a cada producto financiero para calcular los intereses.
Fechas de vencimiento. Apuntar cuándo vence cada deuda y las fechas de los pagos correspondientes.
Garantías y avales. Si la empresa tiene garantías asociadas a las deudas, también debe especificarlas en el pool bancario.
Por último, no olvides verificar esa información con tus registros contables y tus movimientos bancarios para identificar y corregir posibles discrepancias.
Este ejercicio te aportará una visión más clara de la situación de tu negocio, por lo que es conveniente que realices el pool bancario trimestralmente, aunque solo sea para uso interno. Así podrás evitar sorpresas desagradables y gestionar mejor la relación con los bancos.
Si eres autónomo o tienes una pequeña empresa, es probable que te encargues de la facturación. Para tener tus cuentas bajo control y evitar errores a la hora de emitir una factura, uno de los conceptos que debes dominar a la perfección es la base imponible.
¿Qué es la base imponible?
La base imponible es el punto de partida para realizar el resto de los cálculos fiscales. “Estará constituida por el importe total de la contraprestación de las operaciones sujetas al mismo, procedente del destinatario o de terceras personas”, según la Ley del Impuesto sobre el Valor Añadido.
Por tanto, se refiere al importe bruto o valor neto de los bienes o servicios antes de aplicar cualquier impuesto. Si trabajas como profesional autónomo, por ejemplo, en tu factura tendrás que incluir el IVA y la retención del IRPF. La base imponible es el total sin impuestos ni descuentos que no afecten directamente al precio.
Es importante no confundir este concepto con la base liquidable, que se suele utilizar más en el ámbito tributario general (IRPF e Impuesto de Sociedades) que en las facturas. De hecho, la base liquidable es el resultado tras aplicar las deducciones y bonificaciones a la base imponible.
¿Cómo se calcula la base imponible?
Ante todo, debes saber qué tipos de tasas se aplican a la factura.
Calcular la base imponible de una factura con IVA
Las facturas pueden estar sujetas a diferentes tipos de IVA, que oscilan desde el 4% hasta el 21%, aunque algunas también pueden estar exentas parcial o totalmente. En ese caso, tendrás que aplicar esta fórmula:
Base Imponible = Total de la factura / (1 + IVA/100)
Por ejemplo, si el total de la factura son 500 € y se ha aplicado un 21% de IVA, tendrás:
Base imponible = 500 € / (1 + 21/100)
Resultado: 413,22 €.
Calcular la base imponible de una factura con IVA e IRPF
Los profesionales independientes suelen aplicar una retención del 15% o del 7 % durante sus dos primeros años de actividad, por lo que es probable que tengas que utilizar esta fórmula en la mayoría de tus facturas:
Base Imponible = Total factura / (1 + IVA/100 - IRPF/100)
Continuando con el ejemplo anterior, si el total de la factura son 500 €, aplicas un 21% de IVA y un 15% de retención de IRPF:
Base imponible = 500 € / (1 + 21/100 - 15/100)
Resultado: 471,70 €.
¿Por qué es importante conocer la base imponible?
Puede parecer un simple tecnicismo, pero saber qué es la base imponible y cómo se calcula te permitirá mantener las cuentas claras.
1. Evitar errores en la facturación
Cuando emites una factura, la base imponible es la cifra de referencia sobre la que se calculan los impuestos. Un error puede generar una cascada de problemas, desde un IVA mal repercutido hasta un descuadre en tus declaraciones trimestrales. Y en una inspección, esos fallos se pagan con sanciones.
2. Comprender el contenido de las facturas
Cuando recibes una factura, es importante que sepas exactamente qué parte corresponde al valor real del producto o servicio y cuál al impuesto. Distinguir la base imponible del IVA o la retención IRPF te permitirá saber lo que estás pagando. Además, podrás comparar diferentes proveedores en base al coste real del producto o servicio.
3. Planificar mejor tus finanzas
La diferencia entre base imponible e impuestos no es baladí, sobre todo para los autónomos y las pymes. El IVA que cobras a tus clientes no te pertenece, sino que actúas como un intermediario entre ellos y la Agencia Tributaria. Separar ambas partidas te evitará sorpresas desagradables al final del trimestre y te ayudará a planificar mejor tu tesorería.
Por tanto, recuerda que la base imponible marca el límite entre el precio real de un producto o servicio y los impuestos a los que están sujetos. Tenerlo claro te permitirá comprender mejor las facturas que pagas, emitirlas correctamente y evitarte problemas con Hacienda.
Diez consejos para abrir un negocio online
Los emprendedores y las pequeñas empresas pueden encontrar en Internet su mejor aliado. Abrir un negocio online es relativamente fácil, no requiere una gran inversión y permite llegar a un mayor número de clientes potenciales. Además, la población española está cada vez más acostumbrada a comprar online.
El último informe de Ontsi reveló que el 87% de los internautas realiza compras en la red, lo que ha supuesto un gran hito, ya que, por primera vez, España alcanza los 30 millones de consumidores online. Sin embargo, en Internet existe una gran competencia, por lo que si quieres tener éxito, tendrás que planificar muy bien tu estrategia.
¿Cómo montar un negocio online?
Emprender un proyecto digital va más allá de tener un sitio web operativo, implica diseñar un sistema funcional, escalable y con capacidad de respuesta en un entorno que cambia continuamente. Por tanto, requiere planificación estratégica y un conocimiento profundo del mundo online.
1. Analiza tu público y producto
Antes de abrir un negocio online es fundamental que estudies los hábitos de compra de tu público potencial y su nivel de familiarización con las compras por Internet. Considera que ya existen algunos sectores consolidados, pero otros todavía están en ciernes. El citado informe indica que la ropa, zapatos y accesorios de vestir son la categoría más consumida online (78,9%) mientras que los juguetes o productos de cuidado infantil, así como las suscripciones a aplicaciones relacionadas con la salud y los cursos de formación tienen un nivel de penetración menor.
2. Define tu propuesta de valor con claridad
En Internet no tendrás mucho tiempo para convencer a los usuarios de que visiten tu sitio web, por lo que debes dejar claro rápidamente qué ofreces, para quién son tus productos o servicios y por qué deberían elegirte. Eso significa que necesitas una propuesta de valor sólida, que destaque frente a la competencia y que puedas comunicar de manera breve y convincente.
3. Elige la plataforma adecuada
Existen muchas plataformas para poner en marcha una tienda virtual, elige la que mejor se ajuste al formato de los productos que ofreces. Considera que la navegación debe ser muy intuitiva, pues mientras más clics tenga que hacer el usuario, más probable es que abandone la compra. El diseño también debe ser sencillo, pero no olvides personalizarlo para diferenciarte de la competencia haciendo un pequeño trabajo de branding.
4. Optimiza para móviles
El smartphone es el instrumento más utilizado para buscar información y comprar online, por lo que, si tu tienda o web no se adapta bien a la pantalla de los dispositivos móviles, generará una mala experiencia de usuario que te hará perder oportunidades de venta. Asegúrate de que la web cargue rápido y de que el proceso de compra no demande pasos innecesarios. Y recuerda que el diseño responsive ya no es una opción, es una necesidad.
5. Transmite confianza y seguridad
¿Sabías que el 30,4 % de los españoles tiene en cuenta el sello de calidad o código ético de confianza antes de comprar por Internet? Para abrir un negocio online, debes contar con los certificados de seguridad necesarios, ofrecer un sistema de pago seguro y abrir un canal de comunicación rápido y eficaz para resolver todas las dudas y reclamaciones, ya que en Internet la transparencia y la confianza son un activo fundamental para tener éxito.
6. Crea un sistema de gestión de clientes
Es conveniente que crees un boletín electrónico o newsletter al que se puedan suscribir las personas que llegan a tu negocio online. Necesitarás un sistema de gestión, como Mailchimp, MDirector o Mailjet, a través del cual podrás enviar directamente a su correo electrónico las nuevas ofertas, avisarles de concursos y descuentos o, simplemente, enviarles información interesante y útil relacionada con los productos y servicios que ofreces.
7. Invierte en promoción
Cada día se crean miles de sitios web, lo cual significa que no basta con abrir un negocio online, debes promocionarlo para atraer visitantes. Existen diferentes formas de llegar a tus clientes potenciales, desde los anuncios en Google Ads para aparecer en los resultados de búsqueda de Google, hasta las publicaciones patrocinadas en Facebook o LinkedIn, que ofrecen opciones de segmentación avanzadas para llegar a usuarios con intereses, comportamientos o características específicos. También podrías lanzar campañas con influencers, realizar colaboraciones estratégicas o apostar por el marketing de contenidos.
8. Refuerza tu presencia en redes sociales
Las redes sociales están ganando cada vez más protagonismo en las adquisiciones online. El 28% de los españoles las usan para informarse sobre productos y servicios, guiándose por los comentarios y reseñas de otros usuarios. Incluso están convirtiéndose en un canal de compra en sí mismas. No necesitas estar en todas las plataformas, solo en las que use tu público objetivo. Es mejor tener un par de redes bien trabajadas que estar en cinco con perfiles abandonados. Mantén un estilo coherente con tu marca, responde a los mensajes y publica con regularidad.
9. Piensa en escalabilidad desde el inicio
Un negocio online puede crecer muy rápido si se estructura bien. Diséñalo pensando en cómo podrías llegar a más personas sin duplicar el tiempo o el esfuerzo invertido. Automatiza tareas repetitivas desde el principio, como las campañas de email marketing, las reservas o el proceso de facturación, y elige soluciones de software confiables que puedan crecer contigo. Piensa de antemano en cómo gestionarás los picos de tráfico o los altos volúmenes de pedidos sin que ello afecte la experiencia del cliente. Cuanto antes prepares tu estructura para crecer, menos cuellos de botella tendrás después.
10. Humaniza tu marca
En el entorno digital, la comunicación suele ser más impersonal, por lo que la autenticidad puede marcar la diferencia. De hecho, aunque tu negocio esté en Internet, sigues vendiendo a personas, muchas de las cuales no solo buscan productos o servicios, sino que también quieren saber a quién apoyan con su compra. Por tanto, no dudes en mostrar el lado más humano de tu proyecto. Incluir una sección “Sobre nosotros” bien trabajada, con fotografías reales y la historia de la marca, es una excelente idea para generar confianza y desarrollar una voz propia que facilite la conexión emocional.
En definitiva, en un entorno digital tan cambiante y competitivo, no basta con abrir un negocio online, también debes pensar en su viabilidad a largo plazo. Tendrás que aprender a gestionar inteligentemente tu tiempo, automatizar procesos repetitivos e identificar los canales de comunicación más eficientes. Ya ofrezcas un producto, un servicio o una suscripción de contenido, tu capacidad para optimizar los recursos disponibles y ofrecer una experiencia positiva y coherente a los clientes determinará tu éxito en el mercado.
Si tienes un negocio físico al que acuden clientes, ya sea una tienda, un restaurante, un gimnasio o cualquier otro tipo de actividad, Google My Business podría convertirse en tu mejor aliado. Aproximadamente, el 74% de los compradores buscan en Internet antes de acudir a una tienda física y el 51% usan Google para investigar productos o servicios antes de decidirse, según Think with Google. Por tanto, es fundamental que tu empresa tenga una ficha en Google.
¿Qué es Google My Business exactamente?
El Perfil de Empresa en Google, antes conocido como Google My Business, es una herramienta de marketing que permite a los propietarios gestionar cómo aparece su negocio en las búsquedas de Google y Google Maps.
Al crear una ficha, puedes compartir fotos y otros detalles relevantes de tu negocio, además de responder a las preguntas de los usuarios y recibir reseñas de los clientes. Eso aumentará tu visibilidad en las búsquedas online, sobre todo a nivel local.
¿Qué beneficios te aporta Google My Business?
Tener un perfil en Google My Business puede marcar la diferencia en tus ventas, sobre todo si logras aparecer en los primeros resultados.
1. Mejora tu posicionamiento local
Con una ficha en Google My Business es más fácil ganar visibilidad en Internet, ya que la competencia se reduce a las empresas que ofrecen productos o servicios similares a los tuyos y que se encuentran en la misma zona geográfica. Eso aumentará las probabilidades de que los clientes potenciales encuentren tu negocio.
2. Brinda una imagen profesional y fiable
Google My Business te permite transmitir una imagen más profesional, un detalle importante si consideras que, probablemente, muchos futuros clientes te descubrirán a través de ese perfil. Tú decides qué información compartir: catálogo de productos o servicios, ubicación del local, horarios habituales o incluso fotos del establecimiento. Eso te ayudará a generar confianza y credibilidad.
3. Atrae más clientes
Tener presencia online te ayudará a llegar a un público más amplio que quizá no te hubiera conocido de otra manera. Además, Google My Business actúa como un canal de comunicación. Las personas interesadas en tus productos o servicios pueden contactarte o hacerte preguntas, por lo que es una oportunidad para captar clientes.
¿Cómo crear tu ficha de empresa en Google My Business?
Puedes crear tu perfil de empresa de manera gratuita, pero necesitarás tener una cuenta de Google. Lo ideal es que sea una cuenta profesional que destines solo al trabajo. Con esa cuenta podrás acceder al Perfil de Empresa en Google.
1. Añade la información de tu negocio
Tendrás que indicar el nombre de tu empresa y su categoría, añadir la ubicación del local y especificar si realizas entregas o prestas servicios a domicilio. En ese caso, incluso puedes agregar zonas de servicio. También tienes la posibilidad de insertar la información de contacto, tanto una página web como un número de teléfono.
2. Verifica tu empresa
Si tienes un establecimiento, es muy importante que verifiques su dirección postal. Así, aumentarás las probabilidades de aparecer en las búsquedas de Google Maps. No obstante, aunque no tengas un local físico, igualmente debes introducir una dirección postal para que Google compruebe tus datos. Luego, puedes elegir la opción de recibir un código de verificación por correo electrónico. Este te servirá para responder públicamente a las opiniones de los clientes y usar la mensajería, entre otras funciones.
3. Optimiza tu perfil
Cuanto más completa sea la ficha de tu empresa, mejor. Añade una descripción ampliada, el horario comercial y fotos del local o de los productos más demandados. Algunos tipos de empresas tienen acceso a funciones especiales que permiten personalizar aún más su perfil, dependiendo de los servicios que ofrezcan, ya sea mostrando una clasificación por estrellas o permitiendo aceptar reservas y pedidos en línea.
Por último, recuerda responder a las preguntas y reseñas de los clientes, tanto a las positivas como a las negativas. Así demostrarás que realmente te preocupa su satisfacción. Y no olvides mantener actualizada la información de tu empresa, sobre todo si cambias tu horario de atención al público o tus datos de contacto. Cuidar estos detalles no consume mucho tiempo y podría mejorar notablemente tu facturado, permitiéndote destacar frente a la competencia.
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Antes de montar una empresa o comenzar a trabajar como autónomo, debes conocer los trámites necesarios para poner en marcha una actividad y las obligaciones fiscales que estás a punto de contraer. El Impuesto sobre Actividades Empresariales (IAE) forma parte de ese entramado tributario y, aunque no se paga en todos los casos, es fundamental que sepas de qué se trata y conozcas la forma y los plazos para abonarlo.
¿Qué es el Impuesto sobre Actividades Económicas?
La Agencia Tributaria explica que “el IAE es un impuesto que grava el desarrollo, en territorio español, de actividades económicas. Dichas actividades pueden ser empresariales, profesionales o artísticas y las mismas se pueden ejercer en local determinado o sin local”.
Por tanto, se trata de un tributo que se aplica a todas las actividades económicas que ejerzan las personas físicas y jurídicas en España. Estas se agrupan en diferentes epígrafes del IAE, los cuales ayudan a la Agencia Tributaria a saber qué impuestos se aplican en cada caso.
De hecho, tienes la obligación de declarar todas las actividades económicas que desarrolles, aunque sean ocasionales. La única excepción son las actividades agrícolas, pesqueras, forestales y ganaderas dependientes. Si realizas diferentes actividades, y unas tributan por IAE y otras no, igualmente tendrás que presentar la declaración de todas.
No obstante, eso no significa que tengas que pagar el impuesto sobre Actividades Económicas (IAE).
Hacienda contempla varias exenciones:
Empresas cuyo volumen de facturación no supere 1 millón de euros. La cifra de negocios que se tiene en cuenta es la del último Impuesto sobre Sociedades presentado antes del devengo de la tasa el 1 de enero.
Empresas de reciente creación. Durante los dos primeros años de actividad, las empresas nuevas no tienen que pagar el Impuesto sobre Actividades Económicas. La condición es que no hayan desarrollado antes esa misma actividad bajo otra titularidad.
Personas físicas. Los autónomos quedan exentos, aunque eso no los exime de darse de alta en el epígrafe del IAE que corresponda a la actividad que desempeñen.
Entidades sin ánimo de lucro. Las asociaciones y fundaciones, que cumplan los requisitos legales para ser catalogadas como tal, tampoco tienen que pagar dicho impuesto.
¿Cuándo se paga el Impuesto de Actividades Económicas?
El Impuesto de Actividades Económicas (IAE) se paga de manera periódica. Su periodo impositivo coincide con el año natural, salvo las excepciones que recoge la Agencia Tributaria:
- Espectáculos
- Declaraciones de alta cuando no coincide con el 1 de enero
- Cese de la actividad antes de finalizar el año
Los plazos de pago dependerán del tipo de cuota que debas abonar y del momento en que te des de alta, aunque generalmente se devenga el 1 de enero.
Durante tu primer año, no recibirás un recibo automático, la administración correspondiente te enviará una notificación indicando la cantidad que debes pagar y cómo hacerlo. Si la cuota es municipal, el Ayuntamiento revisará tu alta y te enviará la liquidación. Si la cuota es provincial o nacional, se encargará la Agencia Tributaria.
A partir del segundo año y los siguientes, las cuotas se pagan mediante recibo.
¿Dónde se presentan las declaraciones?
Dependiendo de tu caso, tendrás que presentar la declaración en diferentes entidades:
Si la cuota es nacional o provincial, se presenta en la Delegación o en la Administración de la AEAT del sitio donde se encuentre el domicilio fiscal de tu empresa.
Si la cuota es municipal y no ha sido delegada, debes presentarla en la Delegación o en la Administración de la AEAT del municipio donde desempeñes tu actividad. Si ha sido delegada, tendrás que informarte de la institución a la que el Ayuntamiento ha cedido su gestión.
Por último, cabe aclarar que no presentar el modelo 840 para comunicar el alta o la baja en el IAE dentro del plazo establecido, generalmente en diciembre del año previo al ejercicio de devengo, puede implicar una multa. También se sancionan las declaraciones incompletas o con errores, así como no pagar el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) a tiempo. Por eso, conviene informarse bien y, si es necesario, buscar asesoramiento profesional para evitar sobresaltos fiscales.
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