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Contratación de personal: Los trámites paso a paso

Si has comenzado un negocio y va viento en popa, en algún momento tendrás que enfrentarte al proceso de contratación de personal para seguir creciendo. Contratar a un trabajador no es complicado, pero si es la primera vez que lo haces, es probable que te asuste la cantidad de documentos a cumplimentar o que no conozcas la praxis a seguir. Te explicamos todos los trámites, paso a paso, así como el procedimiento de selección interno.

Inscripción como empresario

Antes de contratar un trabajador, debes solicitar tu inscripción como empresario en la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS). Te asignarán un Código de Cuenta de Cotización (CCC), que servirá para identificarte y dar seguimiento a tus obligaciones con la Seguridad Social.

Tendrás que rellenar dos modelos: el TA.6, para inscribirte en el sistema de la Seguridad Social y el TA.7, para solicitar el CCC en cada una de las provincias donde ejerzas tus actividades.

También deberás presentar:

  • Un documento que te identifique como titular de la empresa o, en caso de que sea una sociedad, la escritura de constitución de la misma.
  • El documento del Ministerio de Economía y Hacienda en el que te asignaron el Número de Identificación Fiscal (NIF), que también refleja la actividad económica de tu negocio.

Afiliación de trabajadores

Para contratar empleados, primero deben estar afiliados a la Seguridad Social. Si el trabajador nunca se ha dado de alta, debe solicitar personalmente su número en la Seguridad Social a través del modelo TA.1. Cuando se trata de jóvenes que acceden al trabajo por primera vez, es importante que verifiques su número de Seguridad Social pues pueden cometer el error de aportar el número que figura en su tarjeta sanitaria, que corresponde a uno de sus progenitores.

Luego puedes proceder al alta del trabajador. Tendrás que rellenar una solicitud de alta en la Seguridad Social, el modelo TA.2. No olvides que debes tramitar el alta de los trabajadores antes de que comience la relación laboral o, a más tardar, el mismo día en que inicie la actividad. De hecho, el sistema brinda un amplio margen de maniobra ya que permite tramitar las altas hasta 60 días antes de que inicie la relación laboral.

Registro del contrato de trabajo

Tienes un plazo de diez días para registrar la copia del contrato en el Servicio de Empleo Público Estatal. Es un paso sencillo que puedes hacer por Internet, accediendo al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).

Con este trámite comunicas que has contratado a una persona, pero no indicas las condiciones específicas del contrato, por lo que es importante que tanto tú como el trabajador conservéis una copia del mismo, debidamente firmada por ambos.

Ingreso de las cuotas

Cuando decides contratar a un empleado tienes la obligación de ingresar en la Seguridad Social las cuotas correspondientes, que se pagan a mes vencido.

Para ello, tendrás que presentar telemáticamente a través del sistema Red Directo de la Seguridad Social:

  • Relación de liquidación de cotizaciones (RLC). Es el antiguo TC-1 y resume el total que debes abonar en un mes por el trabajador contratado. Incluye tanto la parte de la cotización que asumes como empresa como la que detraes del sueldo del empleado.
  • Relación nominal de trabajadores (RNT). Este documento corresponde al antiguo TC-2 y detalla los trabajadores declarados en cotización para una liquidación y período, generalmente un mes. 

Aplicación de retenciones

Al contratar a un trabajador, también debes descontarle las retenciones del IRPF en su nómina e ingresarlas a Hacienda a su nombre. El porcentaje a aplicar, que puedes calcular con este programa, depende de diferentes factores, como el importe del salario, las condiciones familiares del empleado y las cotizaciones a la Seguridad Social.

Primero es necesario cumplimentar el modelo 145, en el que se recaba la información necesaria para calcular las retenciones a aplicar en la nómina del trabajador, y luego el modelo 111, mediante el cual declaras e ingresas las retenciones. Las cantidades retenidas se deben ingresar trimestralmente y, al final del año, tienes que hacerle llegar al trabajador el certificado de retenciones.

¿Cómo contratar personal? Los 7 pasos del proceso de selección

El éxito de una empresa depende, en gran medida, de las personas que la conforman. Contratar personal no implica únicamente ocupar una vacante, es una inversión en el futuro de tu negocio, por lo que, al margen de los trámites administrativos, es importante que elijas adecuadamente. Para ello, debes tener claro el proceso interno de selección.

  1. Definición de la vacante. ¿La carga laboral justifica la creación de un nuevo puesto? Si es así, debes tener presente qué perfil necesitas. Define sus funciones y responsabilidades, así como las habilidades técnicas y blandas requeridas, nivel de experiencia profesional y las condiciones laborales que ofreces. 

  2. Búsqueda de candidatos potenciales. Elabora una descripción detallada del puesto y publícala en los portales de empleo o compártela en las redes sociales, en caso de que no puedas cubrir esa vacante internamente. Recuerda que una descripción clara atraerá a candidatos alineados con lo que buscas y filtrará a quienes no cumplen los requisitos.

  3. Preselección de los mejores perfiles. Cuando recibas los currículums, tendrás que realizar una primera selección para filtrar todos los candidatos que no satisfacen las exigencias mínimas. Luego, descarta aquellos que no se adaptan completamente a lo que buscas prestando más atención a aspectos como las competencias y la experiencia profesional.

  4. Entrevistas y evaluación. En esta fase tendrás que evaluar con mayor profundidad a las personas preseleccionadas. Según el perfil que busques, una entrevista a profundidad podría bastar. En otros casos, quizá sea necesario aplicar pruebas psicométricas o realizar pruebas técnicas para comprobar que el candidato realmente posee las competencias y conocimientos adecuados.

  5. Verificación de referencias. Antes de hacer una oferta formal, es conveniente que compruebes las referencias laborales anteriores para confirmar datos como la experiencia, desempeño y ética profesional. Así, minimizarás el riesgo de contratar candidatos que hayan incluido información falsa en su CV.

  6. Oferta formal y negociación. Tras elegir al candidato ideal, tendrás que formalizar el proceso, lo cual significa presentar la oferta económica y profesional, así como los beneficios asociados al puesto de trabajo. En esta fase se negocian los términos y la fecha de incorporación, por lo que es importante que todo quede claro para ambas partes.

  7. Contratación legal y onboarding. El proceso de contratación culmina con la firma del contrato y la integración del nuevo empleado. No obstante, tendrás que asegurarte de que se integre y adapte a la empresa, por lo que quizá necesite recibir capacitación inicial o someterse a un proceso de mentoring para comprender el funcionamiento del negocio y dominar sus funciones. Recuerda que un buen inicio reducirá la curva de aprendizaje y aumentará la retención.

Seguir un proceso de selección y contratación bien estructurado te evitará costosos errores y te garantizará que cada nueva incorporación realmente sume valor a tu negocio. Contratar el talento adecuado impulsa la innovación, refuerza la cultura organizacional y genera resultados sólidos. Por tanto, si inviertes tiempo en buscar y contratar a los profesionales adecuados, no solo estarás construyendo un equipo de trabajo, sino un activo estratégico para tu organización de cara al futuro.
Categoría: Recursos Humanos
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En un mercado donde la rapidez, la precisión y la capacidad de respuesta son cada vez más relevantes, la logística se ha convertido en un factor crítico para las empresas que mueven productos, gestionan inventarios o dependen de cadenas de suministro eficientes. Los softwares de gestión de almacenes y transporte, así como el Internet de las cosas, han facilitado la operativa cotidiana, pero ahora la inteligencia artificial (IA) promete revolucionar la logística.

Las principales aplicaciones de la IA en Logística

La inteligencia artificial mejora el rendimiento operativo y disminuye la necesidad de intervención manual. Las empresas que la han aplicado en su cadena de suministro han reducido en un 15% sus costes logísticos y han mejorado sus niveles de existencia (35%) y la calidad de sus servicios (65%), según un informe de McKinsey. ¿Cómo la están usando? 

  1. Predicción de tendencias 

La IA puede analizar e integrar datos de mercado, sectoriales e internos para identificar patrones en el comportamiento de los consumidores que permitan predecir cambios en la demanda y el consumo. Así, podrás anticipar las ventas futuras y planificar mejor los suministros que necesitas para no incurrir en costes de almacén excesivos o escasez de inventario. 

  1. Automatización del almacén 

Desde los robots de almacén hasta la tecnología de visión informática, la IA administra diferentes sistemas para optimizar el almacenamiento. Es capaz de gestionar inventarios en tiempo real, realizar inspecciones visuales para controlar la calidad o coordinar robots que se encarguen del picking, el empaquetado y el traslado de mercancías. También es útil para recomendar diseños de planta óptimos y determinar la mejor ubicación de los productos, según su demanda.

  1. Optimización de rutas

Los algoritmos de IA pueden determinar las rutas más eficientes para distintos medios de transporte, teniendo en cuenta desde el tráfico en tiempo real hasta posibles congestiones, las previsiones meteorológicas y otras variables relevantes. Así, agilizarás las entregas, reducirás tu huella de carbono y evitarás costosos retrasos. Además, podrás planificar la recogida con mayor precisión, priorizar la entrega de algunos productos o solicitar que se trasladen juntos los que se dirigen a la misma parte del almacén.

  1. Automatización de la cadena de suministro

Los algoritmos predictivos y los sistemas inteligentes actualizan los inventarios al instante, emiten órdenes de abastecimiento automáticas cuando detectan una baja de stock y dan seguimiento detallado a cada pedido, desde su origen hasta la entrega. Esa capacidad acelera tus tiempos de respuesta, reduce los errores operativos, facilita la planificación y mejora la satisfacción del cliente.

  1. Gestión automática de la documentación

Los sistemas basados en IA pueden leer, interpretar y procesar automáticamente varios tipos de documentos en diferentes formatos, desde facturas y albaranes hasta órdenes de compra o contratos. Extraen la información para optimizar las tareas administrativas, creando recibos digitales a partir de conocimientos de embarque o digitalizando las facturas en papel e importándolas al sistema de cuentas a pagar. Eso elimina las tareas repetitivas, reduce el margen de error humano y agiliza el procesamiento.

Herramientas de IA que están revolucionando la Logística

Durante el transporte, almacenamiento y entrega de los productos, se genera un gran volumen de datos, la IA los aprovecha para optimizar el proceso logístico de distintas maneras.

  1. Locus Robotics.

    Estos robots autónomos colaborativos o cobots se utilizan en almacenes para optimizar el picking de productos. De hecho, la empresa acaba de superar el hito de 5 mil millones de unidades recogidas a nivel mundial. Se mueven independientemente, con la ayuda de la IA, para guiar a los trabajadores hasta las ubicaciones y evitar desplazamientos innecesarios.

  2. Blue Yonder.

    Líder en Soluciones de Planificación de la Cadena de Suministro, esta plataforma impulsada por IA permite prever la demanda, optimizar inventarios y automatizar decisiones logísticas. Utiliza el machine learning para adaptarse dinámicamente a los cambios del mercado o en el comportamiento del consumidor, y sincroniza la previsión, cumplimiento, almacenamiento, transporte, mano de obra y entrega a través de múltiples canales.

  3. Wise Systems.

    Esta plataforma de logística autónoma utiliza el machine learning para optimizar cada etapa del proceso de entrega. No solo planifica las rutas al inicio, sino que también las ajusta en tiempo real según el tráfico, retrasos, cancelaciones o nuevas órdenes. Además, aprende del historial de entregas para potenciar la eficiencia, rapidez y puntualidad.

No cabe duda de que la IA está transformando la logística gracias a la automatización de las tareas repetitivas, la optimización de procesos y la reducción de costes operativos. Como resultado, brinda a las pymes la posibilidad de adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y tomar decisiones estratégicas basadas en datos, que les aporten más seguridad en su operativa cotidiana y apuntalen un crecimiento sólido.

Foto: Freepik
Categoría: Tecnología
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Los consumidores son cada vez más exigentes y ya no hacen grandes distinciones entre la tienda física y online. Demandan una gran flexibilidad y no toleran fallos en ninguno de los canales. Además, un 82% de los clientes eligen las marcas que les brindan experiencias altamente personalizadas. En ese contexto, contar con el mejor CRM ya no es opcional, sino que se ha convertido en una necesidad de primer orden para gestionar la relación con los clientes de principio a fin.

¿Qué es un CRM y para qué lo usan las pymes?

Un CRM (Customer Relationship Management) es un programa que permite gestionar las relaciones con los clientes durante todas las etapas del proceso de ventas. Su principal objetivo es centralizar los datos del cliente para ponerlo en el centro de las operaciones. Como resultado, optimiza las interacciones, dispara la productividad del equipo de ventas y aumenta la satisfacción con la experiencia de compra.

En la empresa, un CRM suele ser útil para:

  1. Calificar prospectos o clientes potenciales. Podrás definir reglas que te ayuden a detectar los clientes potenciales con mayor probabilidad de conversión para que asignes tus recursos de manera más eficiente.

  2. Monitorizar negociaciones y oportunidades de venta. Cuando das seguimiento a todas las interacciones, puedes personalizar los contactos, lo que se traduce en más ventas cerradas.

  3. Comprender mejor a los clientes. Centralizar el historial de compras e interacciones saca a la luz patrones de comportamiento y consumo, así como las necesidades específicas de tu audiencia.

  4. Automatizar tareas repetitivas. Los mejores CRM para pymes optimizan flujos de trabajo y simplifican procesos, como la entrada de datos o la calificación de leads, para que tu equipo se dedique a tareas más valiosas. 

  5. Personalizar las ventas. Con la información que proporciona el CRM, podrás segmentar mejor tu base de datos de clientes para diseñar campañas de marketing más personalizadas y eficaces.

¿Cuáles son los mejores CRM para pymes?

  1. Zendesk. Con una versión para pequeñas empresas, este software es flexible y fácil de usar. Te permitirá gestionar las ventas, automatizar las campañas de email marketing y tener informes sobre el rendimiento de tu equipo. También ofrece herramientas para captar, segmentar y retener a clientes, que puedes adaptar a tu flujo de trabajo.

  2. HubSpot. Cuenta con un paquete inicial para startups y pymes que integra herramientas de marketing, ventas y servicio al cliente. Es sencillo de configurar y unifica todas las interacciones con los clientes en cada etapa del recorrido. Actualiza los registros automáticamente, facilita la gestión de campañas de ventas e integra un software analítico para medir el rendimiento.

  3. Salesforce. Es uno de los mejores CRM para pymes gracias a su Starter Suite “todo incluido”. Esta versión es bastante completa, ya que brinda una visión global de los clientes que incluye todos los departamentos, desde marketing y ventas hasta comercio electrónico y atención al cliente. Además, ofrece soluciones a medida para más de una decena de sectores.

  4. Salesflare. Este CRM se enfoca en las pequeñas y medianas empresas que venden B2B. Permite consolidar leads recopilando datos de diferentes fuentes, como redes sociales y firmas de correo electrónico, así como dar seguimiento automático a tus clientes potenciales. También podrás registrar las interacciones con tus clientes y programar acciones de seguimiento desde cualquier sitio porque se vincula a calendarios y dispositivos móviles.

  5. Zoho. Esta herramienta se enfoca en la automatización de ventas a través de diferentes funciones. Admite integraciones de comunicación multicanal y flujos de venta automatizados. Con esos datos, elabora informes en tiempo real del rendimiento y realiza análisis predictivos para que tomes mejores decisiones y estés un paso por delante de la competencia.

El mejor CRM no es el más complejo, sino el que se adapta como un guante a tu negocio. Valora tanto las funciones que vas a utilizar como su capacidad para crecer contigo en el futuro. Elegir bien puede marcar la diferencia en los resultados de tus equipos comerciales y de marketing.

 
Categoría: Tecnología
El mapa actual de la financiación de la pyme en España

La mayoría de las empresas necesitan financiación en algún momento de su vida, ya sea al inicio para poner en marcha el negocio, más adelante para cubrir las necesidades de circulante puntuales o cuando llega el momento de expandir sus actividades. El acceso a esos recursos económicos y las condiciones pueden marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso.

¿Cómo le está yendo a las pymes españolas?

El “XIV Informe sobre Financiación de la pyme en España”, realizado por CESGAR, desveló un escenario más positivo en 2024, marcado por una reducción del nivel de endeudamiento y de los gastos financieros.

  • El 21% de las pymes afirma estar creciendo y mejorando económicamente.
  • Un 43,6% se encuentra en una posición estable.
  • Un 26,2% considera que su situación ha empeorado en el último año. De ellas, un 2,2% son empresas vulnerables, lo que supone una reducción de 1,7 puntos porcentuales con respecto a  2023.

No obstante, pese a que muchas pymes aumentaron su facturación, no han visto un incremento de los beneficios, probablemente debido al crecimiento de los costes operativos.

Radiografía de las necesidades de financiación en las pymes

En 2024, cinco de cada diez pymes (47,7%) necesitaron financiación, lo que representa más de 1,6 millones de negocios. Aunque supone una disminución de 6 puntos porcentuales respecto al año anterior, supera con creces dichas necesidades antes de la pandemia, por lo que siguen siendo relativamente elevadas, en especial entre las empresas pequeñas y medianas.

Los instrumentos financieros a los que más recurrieron las pymes fueron:

1.     Líneas de crédito (21,3%)

2.     Préstamo bancario (18,4%)

3.     Líneas ICO (15,5%)

4.     Crédito comercial (14,9%)

5.     Leasing (10,4%)

6.     Subvenciones (6,5%)

Cabe destacar un ligero aumento en el uso de productos bancarios, subvenciones, crédito comercial, así como avales y garantías de las SGR, acompañados de un descenso en las líneas ICO.

En cuanto al destino de la financiación:

-       El 64,6% se dedicó a cubrir el circulante, una necesidad que sigue perdiendo peso.

-       El 53,4% se dirigió a inversiones, especialmente en equipo productivo.

En menor medida, las pymes también necesitaron financiación para emprender procesos de expansión en el mercado nacional o extranjero, aunque esta exigencia ha cedido terreno, junto a la digitalización y la sostenibilidad.

En general, 2024 fue un año más favorable para obtener financiación externa. El 38,3% de las pymes accedió con facilidad, frente al 23,4% en 2023. Aun así, siguen existiendo dos obstáculos principales en el acceso a financiación:

-        Coste de la financiación, señalado por el 38,1% de las pymes, aunque su incidencia ha disminuido de manera considerable con respecto a 2023.

-        Falta de garantías solicitadas, mencionado por el 23,4% de los negocios.

En cuanto al acceso a financiación bancaria, un 36,5% de las pymes señala haberla requerido en 2024. Y la respuesta de los bancos ha sido muy positiva, ya que el 90% de las pymes con necesidades de financiación bancaria la ha obtenido y aceptado.

Necesidad de avales en las pymes

Los negocios que tuvieron necesidad de presentar garantías o avales pasaron del 16,2% en 2023 al 18,1% en 2024, representados fundamentalmente por las medianas y pequeñas empresas, aunque también aumentó el número de autónomos que las necesitaron.

Las garantías demandadas se destinaron fundamentalmente a acompañar las solicitudes de financiación bancaria destinada al circulante. No obstante, las peticiones de avales técnicos crecieron de manera notable (del 33,5% en 2023 al 47,3% en 2024).

Por tanto, no es extraño que cada vez más pymes conozcan los servicios de las Sociedades de Garantía,   sobre todo entre las pymes que han tenido necesidades de financiación (39,1%) y aquellas que han tenido necesidades de garantías (62,5%).

El informe también indica los principales beneficios de las SGR señalados por las pymes:   

-        Mejorar el acceso a la financiación bancaria (86,2%)

-        Obtener mayores importes de financiación (76,4%)

-        Recibir un asesoramiento financiero adecuado (74,1%)

-        Optar por mayores plazos de devolución de la financiación (74,1%)

Perspectivas de las pymes para 2025

El informe de CESGAR reveló una tendencia al alza en las perspectivas de crecimiento a corto plazo de las pymes. El 43,9% de ellas espera que su facturación aumente en los próximos doce meses y solo un 2,4% prevé una gran disminución.

Sin embargo, ese crecimiento no se trasladará al empleo, ya que solo un 10,8% afirma que creará puestos de trabajo en los próximos doce meses. Ese contraste revela que, aunque la recuperación se consolida y hay optimismo, las decisiones estratégicas siguen marcadas por un contexto de volatilidad. Por tanto, la financiación seguirá siendo clave para sostener el tejido empresarial español.

 

 

 

Categoría: Finanzas
Requisitos de la tarifa plana para autónomos

España es uno de los países de la Unión Europea con más autónomos: a inicios de 2025 había más de 3,3 millones de afiliados al RETA, lo que representó un incremento del 1,22% con respecto al mismo periodo del año anterior, de acuerdo con el Ministerio de Trabajo. Y es que, trabajar por cuenta propia es cada vez más interesante, sobre todo por la libertad que brinda para organizar la jornada laboral.

Con la ley de medidas de apoyo al emprendedor aprobada en 2013, el gobierno puso en marcha una serie de cambios dirigidos a incentivar el autoempleo y facilitar el emprendimiento, entre ellos la aplicación de una tarifa plana para los autónomos.

En aquel momento, el RETA ganó 44.000 cotizantes solo durante el primer semestre, lo que supuso un incremento del 2,2 %, según publicó Cinco Días. Ese dato confirmó que la medida animó a muchas personas a poner en marcha su propio negocio, por lo que se ha mantenido a lo largo del tiempo, aunque con algunas variaciones.

¿Qué es la tarifa plana para autónomos?

La tarifa plana para autónomos consiste en una reducción del pago mensual en las cuotas a la Seguridad Social. En vez de abonar la totalidad de cotización que te correspondería según tus ingresos, sólo tendrás que pagar una parte del importe.

Al inicio, eran 50 euros mensuales durante el primer año de emprendimiento, aunque en la actualidad ha aumentado a 80 euros, a los cuales hay que añadir la cotización correspondiente al Mecanismo de Equidad Intergeneracional (0,8%), por lo que asciende a un total de 87,60 euros, como explica la Seguridad Social.

No obstante, sigue siendo una bonificación muy interesante porque disminuye bastante los costes que debes afrontar como autónomo cuando des tus primeros pasos. En 2025, la base mínima por la que tendrías que cotizar es de 653,59 euros, aunque podría ser mayor según tus ingresos.

En el caso de que cotizaras por el tramo más bajo, sin la tarifa plana tendrías que pagar todos los meses 205,23 euros. La bonificación te ahorraría 125,23 euros mensuales, para un total de 1.502 euros al cabo de un año o incluso más, si puedes disfrutar del periodo de ampliación.

¿Cuáles son las condiciones de la tarifa plana para autónomos?

Los requisitos de la tarifa plana para autónomos han ido cambiando para permitir que más personas puedan beneficiarse de ella, de manera que ya no se aplica únicamente a los menores de 30 años, sino a todos aquellos que comiencen una actividad por cuenta propia y cumplan las siguientes condiciones:

  • No haber estado dado de alta como autónomo en los últimos dos años, o tres si ya habías disfrutado de esta bonificación en el pasado. Existe una excepción: las mujeres que hayan cesado su actividad debido a la maternidad, proceso de adopción, guarda con fines de adopción, acogimiento y tutela que quieran retomar su negocio profesional, siempre que no hayan pasado más de dos años desde el día del cese.
  • No trabajar como autónomo colaborador, ya que para ese perfil existen bonificaciones específicas, aunque la tarifa plana sí aplica a las cooperativas de trabajo asociado.
  • Si estás en condición de pluriactividad; es decir, trabajas por cuenta propia y ajena, tendrás que elegir entre la tarifa plana para autónomos o las bonificaciones por pluriactividad.
  • No tener deudas pendientes con la Seguridad Social y la Agencia Tributaria.

La buena noticia es que, aunque tengas trabajadores a tu cargo, podrás disfrutar de la tarifa plana, algo imposible en el pasado.

¿Y si eres autónomo societario?

Desde 2020, los autónomos que tengan una sociedad mercantil también pueden optar por la tarifa plana. En un principio, la ley los excluía, pero unas sentencias del Tribunal Supremo sentaron jurisprudencia y ahora estos profesionales pueden solicitarla cumpliendo sólo dos requisitos:

  • Si es la primera vez que te das de alta en el RETA o han transcurrido 2 años sin haber trabajado como autónomo (3 años en el caso de que ya hubieras aprovechado la tarifa plana).
  • No tener deudas con la Seguridad Social y Hacienda.

Los autónomos societarios, incluso, tienen la posibilidad de solicitar la tarifa plana con efecto retroactivo, siempre que el alta fuera posterior a septiembre de 2016.

¿Cuánto dura la tarifa plana?

La tarifa plana se aplicará durante un periodo de 12 meses, que puedes prorrogar por otros 12 meses adicionales, en el caso de que tus rendimientos económicos no superen el salario mínimo interprofesional. Obviamente, tendrás que acreditarlo con la declaración sobre la previsión de tus rendimientos netos.

No obstante, existen algunas situaciones que prevén una reducción específica, como señala la Seguridad Social. En estos casos, la tarifa plana se aplicará inicialmente por 24 meses y existe la posibilidad de prorrogarla durante otros 36 meses, siempre que la previsión de los rendimientos netos sea inferior al salario mínimo interprofesional.

  • Personas con discapacidad. Tendrán que acreditar un grado de discapacidad igual o superior al 33% con una resolución del órgano competente o del INSS.
  • Víctimas de violencia de género. Deberán demostrar su condición de víctima de violencia de género, presentando una certificación de los Servicios Sociales o una orden del Ministerio Fiscal, así como una sentencia condenatoria por dicho delito, una orden de protección u otra resolución judicial que refleje una medida cautelar a favor de la víctima.
  • Víctimas de terrorismo. Será necesario certificar la condición de víctima de terrorismo con el Certificado del Ministerio del Interior.

Comunidades autónomas con cuota cero para autónomos

Desde hace algunos años, varias comunidades autónomas han puesto en marcha lo que se conoce como “cuota cero” para sus nuevos autónomos. Se trata de una ayuda con la que se bonifica el 100% de la cuota de los trabajadores por cuenta propia que inicien su actividad. Las comunidades que han confirmado su renovación en 2025 son:

  • Andalucía.
  • Aragón
  • Baleares
  • Cantabria
  • Castilla-La Mancha
  • Extremadura
  • Galicia
  • Madrid
  • Murcia

Esa ayuda puede aplicarse durante 1 o 2 años, en dependencia de las bases reguladoras y los requisitos específicos, los cuales difieren de una comunidad autónoma a otra. Por tanto, si emprendes en alguna de esas comunidades, no tendrás que pagar la cuota de seguridad social.

Cotización por tramos: ¿cómo influye en la tarifa plana?

Antes de aprobar las cuotas por tramos, un sistema de cotización en función de los ingresos reales, la tarifa plana se iba eliminando gradualmente, aplicando bonificaciones del 50 y el 30% hasta completar los dos años. Con el nuevo sistema, una vez finalizada la tarifa plana, la cuota a pagar dependerá directamente de los rendimientos netos mensuales que declares.

También debes saber que, si te decantas por la tarifa plana, cotizarás por lo mínimo durante el primer año. Eso aliviará tu carga económica al comienzo del negocio, pero las prestaciones serán menores. No obstante, tienes la posibilidad de renunciar en cualquier momento a la cotización reducida, y el mes próximo comenzarás a cotizar en el tramo que te corresponda, según tus ingresos reales.

¿Cómo solicitar la tarifa plana para autónomos?

Si cumples con los requisitos para acceder a la tarifa plana para autónomos, debes darte de alta en la Agencia Tributaria, rellenando el modelo 037y en la Seguridad Social bajo el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, mediante el modelo TA-0521. Si tienes un certificado digital, podrás realizar estos trámites por vía telemática.

Cuando te des de alta en la Seguridad Social, se aplicará automáticamente la tarifa plana sin que tengas que hacer nada más. Cuando termine el primer año, si tus rendimientos no superan el salario mínimo interprofesional, tendrás que presentar una segunda solicitud para seguir disfrutando de la cotización reducida, la cual irá acompañada de la declaración sobre los ingresos de los ejercicios correspondientes.


Categoría: Contabilidad
autonomo realizando una proyeccion financiera

En un entorno económico marcado por la incertidumbre y la volatilidad, la capacidad de adaptación es clave, pero no suficiente. Las empresas que prosperan son capaces de complementar esa flexibilidad con herramientas de anticipación estratégica. En ese contexto, la proyección financiera se convierte en una herramienta esencial para estimar el desempeño de la organización de cara al futuro.

¿Qué es la proyección financiera de un negocio y para qué sirve?

La proyección financiera es una estimación del rendimiento económico de una empresa en el futuro. Ese pronóstico, basado en datos históricos, permite prever los ingresos, gastos y ganancias en un período determinado, generalmente el próximo año o durante los siguientes cinco o diez años. Funciona como un “termómetro financiero” que la empresa puede utilizar de diferentes maneras para garantizar su sostenibilidad y crecimiento a lo largo del tiempo.

  • Toma de decisiones estratégicas. La proyección financiera ayuda a simular escenarios favorables o adversos para tomar mejores decisiones basadas en datos. Por tanto, reduce la vulnerabilidad del negocio y preserva su estabilidad operativa.
  • Optimización de recursos. Facilita una asignación más eficiente del capital y los recursos en áreas prioritarias, por lo que contribuye a evitar gastos superfluos y optimiza el retorno de la inversión.
  • Acceso a la financiación. Contar con una proyección financiera sólida aumenta la credibilidad ante bancos e inversionistas, por lo que la empresa parte de una postura más sólida para negociar mejores condiciones crediticias.
  • Control financiero proactivo. Tener una hoja de ruta financiera brinda la posibilidad de detectar rápidamente las desviaciones entre lo planificado y la realidad para ajustar las operaciones y tomar medidas correctivas antes de que los problemas escalen.
  • Planificación a largo plazo. Visualizar el futuro del negocio en horizontes de 3, 5 o incluso 10 años facilita la planificación de reinversiones, fondos de reserva y estrategias de salida para que la pyme no se limite a mantenerse a flote, sino que prospere a lo largo del tiempo.
  • Ventaja competitiva. En entornos empresariales dinámicos, la capacidad de proyectar el futuro proporciona una clara ventaja sobre quienes operan sin un forecast financiero. Una empresa con proyecciones sólidas podrá aprovechar rápidamente las oportunidades y resistir mejor las crisis.

¿Cómo se realizan las proyecciones financieras?

Elaborar proyecciones financieras es un ejercicio de planificación estratégica complejo, que requiere articular variables macroeconómicas e indicadores sectoriales con las capacidades operativas internas para llegar a un modelo financiero integrado que permita evaluar la viabilidad de las estrategias de negocio.

  1. Recopilación de datos históricos. Parte de los estados financieros de los últimos 3 o 5 años de tu negocio y fíjate en los ingresos, gastos, flujo de caja o inversiones realizadas. Con esa información, calcula el crecimiento anual y el margen de beneficio.
  2. Define los supuestos clave. En base al contexto macroeconómico y los movimientos del mercado, plantea hipótesis realistas sobre aspectos como la demanda en tu sector, tu capacidad operativa o los cambios regulatorios que podrían producirse.
  3. Proyección de ingresos. Estima cuánto dinero generará tu negocio teniendo en cuenta tu crecimiento anual y margen de beneficio, sin olvidar las tendencias del mercado y los supuestos más probables.
  4. Estima los gastos. Calcula cuáles podrían ser los gastos fijos y variables en los que incurrirá tu negocio, así como las inversiones que podría necesitar, ya sea en equipo, ampliación de espacios o I+D+i.
  5. Proyecta el flujo de caja. Ten en cuenta las entradas y las salidas actuales para estimar qué liquidez necesitará tu empresa en el futuro para seguir haciendo frente a sus obligaciones.

    Con esa información, elabora un estado de resultados futuro o cuenta de pérdidas y ganancias proyectada, para saber si tendrás utilidades o pérdidas en el periodo. También conviene crear el balance proyectado, una especie de foto anticipada de los activos, pasivos y patrimonio en una fecha futura. Y no olvides realizar un análisis de escenarios en los que pruebes tres versiones: optimista, pesimista y realista.

Por último, recuerda que la proyección financiera se debe hacer anualmente. Aunque, si operas en un sector muy dinámico o en gran crecimiento, deberías realizarla más a menudo. Además, es recomendable que monitorees los resultados y ajustes las previsiones trimestralmente o cuando se produzcan cambios disruptivos.

Imagen vía freepik

Categoría: Contabilidad
contingencias comunes

En España, el sistema de la Seguridad Social se sustenta en las aportaciones periódicas que realizan tanto las empresas como sus empleados y autónomos. A cambio, los trabajadores tienen derecho a recibir asistencia sanitaria y ciertas prestaciones económicas cuando lo necesiten. Esa cotización engloba diferentes conceptos, pero uno de los más importantes son las contingencias comunes.

Contingencias comunes en la nómina: ¿qué es?

Las contingencias comunes son aportaciones periódicas que realizan la empresa y el trabajador para poder acceder a determinadas coberturas cuando se produzcan ciertas circunstancias. Básicamente, se destinan a cubrir los casos de incapacidad laboral que no estén directamente relacionados con el trabajo, pues para garantizar la protección ante enfermedades profesionales o accidentes laborales, existen las contingencias profesionales. 

Por ejemplo, una neumonía o una fractura en una pierna debida a un accidente doméstico, que obliguen al empleado a quedarse en casa, así como una enfermedad degenerativa, se encuentran dentro de las contingencias comunes. En cambio, un accidente al ir o al volver del trabajo o como resultado de la actividad que se desempeña se consideran contingencias profesionales.

Obviamente, las contingencias comunes influyen en la nómina del empleado, ya que se deducen del salario neto, aunque la empresa también tiene la obligación de contribuir a la seguridad social de sus trabajadores.

¿Qué cubren las contingencias comunes exactamente?

Esta prestación comprende diferentes situaciones en las que el trabajador no puede desempeñar sus funciones con normalidad, según la Seguridad Social:

  • Incapacidad laboral temporal por enfermedad común o accidente no laboral
  • Baja de maternidad y paternidad
  • Riesgos y complicaciones durante el embarazo y la lactancia
  • Jubilación
  • Asistencia sanitaria
  • Prestaciones farmacéuticas
  • Incapacidad laboral permanente total, absoluta y gran invalidez
  • Protección a la familia: prestaciones de viudedad, orfandad, pensión y subsidio a favor de familiares y auxilio por defunción. 

Cabe aclarar que las contingencias comunes no cubren la prestación por desempleo, ya que esta se abona como un concepto independiente en la cotización.

¿Cómo se calculan las contingencias comunes en la nómina?

La base de cotización por contingencias comunes se obtiene sumando tres elementos: el salario base, los complementos salariales y la prorrata de las pagas extras, por lo que la fórmula sería:

Base de cotización por contingencias comunes = Salario base + Complementos salariales + Pagas extraordinarias. 

Al resultado se le debe aplicar el porcentaje establecido por el régimen de la Seguridad Social al que pertenezca el trabajador, que tiene en cuenta el tramo salarial y el puesto de trabajo.

No obstante, como regla general laSeguridad Social señala que, en 2025, un trabajador por cuenta ajena tendrá que aportar el 4,7% de su base de cotización a la Seguridad Social para contingencias comunes y la empresa contribuirá con el 23,6%. En el caso de los autónomos, la diferencia radica en que deben cotizar el total (28,30%) de su base de cotización.

Por ejemplo, para un trabajador con un salario base de 1.500 €, que cobra dos pagas extra al año de 1.500 € cada una y un plus de disponibilidad de 200 € mensuales, habrá que

  1. Prorratear las pagas extraordinarias: (1.500 x 2) / 12 = 250 €
  2. Calcular la base de cotización de contingencias comunes, sumando todos los conceptos: 1.500 + 200 + 250 = 1.950 €

En ese caso, el empleado tendría que abonar el 4,7% de 1.950 €, lo que equivaldría a 91,65 €. La empresa, en cambio, debe pagar 460,20 € porque asume el 23,60%. En total, por ese trabajador se pagaría 551,85 € por concepto de contingencias comunes a la Seguridad Social.

Por último, es importante destacar que la empresa debe deducir de la nómina de sus trabajadores las cotizaciones por contingencias comunes y los otros conceptos que componen la cuota de la Seguridad Social. En el caso de los autónomos, son los responsables directos de abonar sus cotizaciones a la Seguridad Social.

 

 

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Categoría: Recursos Humanos
mujer disfrutando de la jornada intensiva

El mundo laboral ha cambiado mucho en los últimos años, aguijoneado en gran medida por las nuevas expectativas y necesidades de los trabajadores. Hoy, la flexibilidad laboral es una condición necesaria para el 45% de los empleados y el 37% incluso se plantearía cambiar de empleo si la organización no les ofreciera un trabajo flexible, según Randstad. Para satisfacer esas demandas, muchas empresas están aplicando diferentes fórmulas, como la jornada intensiva.

¿Qué es la jornada intensiva?

También conocida como jornada continuada, es aquella jornada laboral que se completa sin realizar pausas largas en el ritmo de trabajo, por lo que el empleado concentra su labor en un periodo de tiempo más corto.

Sin embargo, eso no significa que no existan pausas. El Estatuto de los Trabajadores indica que “siempre que la duración de la jornada diaria continuada exceda de seis horas, deberá establecerse un periodo de descanso durante la misma de duración no inferior a quince minutos”.

Por tanto, la gran distinción entre la jornada intensiva y la jornada partida es que no hay pausa para comer. Así, la franja laboral se reduce una hora. Si dos trabajadores entran a las 8:00, el de jornada partida saldrá a las 17:00 debido al descanso para comer, mientras que el de la jornada continuada terminaría a las 16:00.

¿Cuáles son los horarios de la jornada continuada?

Típicamente, este tipo de jornada arranca temprano y acaba al inicio de la tarde. Hay distintos horarios, pero lo habitual es que discurra de 8:00 a 16:00. En cambio, la jornada intensiva en verano suele abarcar de 8:00 a 15:00, aunque algunas empresas comienzan antes, a las 7:00. Estos horarios suelen aplicarse de julio a agosto o septiembre.

No obstante, existen diferentes variantes. En la jornada intensiva flexible, por ejemplo, los trabajadores tienen cierta libertad para ajustar su horario de entrada y salida dentro del marco de tiempo que ha definido la empresa, que suele empezar entre las 7:00 y las 9:00.

Otras organizaciones aplican una jornada intensiva parcial, limitada solo a algunos días, generalmente los viernes. Así, los trabajadores disponen de más tiempo libre antes del fin de semana y los lunes vuelven al trabajo más descansados.

Los beneficios de la jornada intensiva para la empresa y los trabajadores

La jornada continuada no solo es una fórmula para salir antes de la oficina, sino también una estrategia organizativa que mejora el bienestar de los empleados y optimiza el rendimiento. Cuando se aplica adecuadamente, todos ganan.

  1. Mayor productividad. Trabajar de manera continua elimina la pausa para comer y evita el descenso de energía de la tarde. Eso facilita un ritmo de trabajo más constante y concentrado, lo que suele traducirse en una mayor productividad y calidad.
  2. Mejora el bienestar y la conciliación. Terminar antes la jornada permite a los trabajadores disponer de más tiempo libre por la tarde para dedicarlo a hacer ejercicio, cuidar de su familia o simplemente descansar. A la larga, eso favorecerá su bienestar y salud mental.
  3. Reducción del absentismo y el estrés. Una jornada más compacta reduce la fatiga acumulada y elimina desplazamientos innecesarios. Los trabajadores descansan más, lo que contribuye a reducir las bajas médicas por agotamiento o enfermedades relacionadas con el estrés.
  4. Ahorro económico para las empresas. Menos horas en la oficina suele implicar menos consumo, ya sea de electricidad o climatización. También reduce los gastos asociados a comedores o dietas. A largo plazo, estos ahorros pueden llegar a ser significativos, sobre todo en las grandes empresas.
  5. Mejora el clima laboral y atrae talento. Un horario más flexible mejora la marca empleadora al reforzar el compromiso de la empresa con sus trabajadores. De hecho, esa medida permite atraer y retener talento, sobre todo en las nuevas generaciones, que priorizan la conciliación y la flexibilidad laboral.

Si estás pensando en implementar la jornada continuada en tu negocio, empieza analizando su viabilidad, según el tipo de actividad que desarrollas y los picos de demanda. Habla con tu equipo para conocer sus necesidades y diseña un plan piloto para ir adaptando los horarios a lo que mejor funcione. A fin de cuentas, la jornada intensiva es mucho más que un cambio de horario: es una transformación en la cultura organizativa.

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Categoría: Recursos Humanos
ejemplo de cuadro de mando integral

En un entorno que cambia las reglas del juego constantemente, las empresas necesitan saber adaptarse. Sin embargo, tomar decisiones sin datos claros es como conducir en la oscuridad: te mueves, pero no sabes si vas por el camino correcto. En ese contexto, el cuadro de mando integral es un instrumento fundamental para tener una visión completa del negocio.

Cuadro de mando integral: ¿qué es?

El cuadro de mando integral (CMI) o balanced scorecard es una herramienta de gestión empresarial que proporciona una visión global del rendimiento del negocio. Inicialmente solo incluía los indicadores financieros, pero con el paso del tiempo ha evolucionado incorporando otras áreas clave.

  • Perspectiva financiera

Esta dimensión analiza los ingresos, márgenes, beneficios, rentabilidad o eficiencia financiera para asegurar que las decisiones estratégicas se reflejen positivamente en los resultados económicos de la empresa. Por ejemplo, si una pyme implementa un nuevo canal de ventas y aumenta sus ingresos, el CMI lo reflejará con claridad. Esa información es imprescindible para saber si las acciones realmente están generando el valor previsto.

  • Perspectiva del cliente

Esta área se centra en la relación de la empresa con sus clientes y cómo satisface sus expectativas y necesidades. Incluye información sobre la satisfacción, la fidelidad o la rentabilidad de los distintos segmentos de clientes. Estos datos no solo permiten entender cómo se percibe un producto o servicio, sino también detectar oportunidades de mejora o puntos de contacto en los que sea necesario reforzar la relación. Una caída en la fidelidad, por ejemplo, puede anticipar problemas económicos que aún no se han reflejado en los ingresos.

  • Perspectiva de procesos internos

Los negocios que sobreviven y crecen son aquellos capaces de optimizar sus procesos internos para ser más competitivos. Esta dimensión analiza cómo se llevan a cabo las operaciones del día a día: desde la atención al cliente hasta la innovación de productos, la gestión logística o la responsabilidad corporativa. Evaluar estos aspectos permite identificar cuellos de botella, reducir ineficiencias que pueden estar frenando el crecimiento y asegurarse de que los procesos realmente están alineados con los objetivos estratégicos empresariales.

  • Perspectiva de aprendizaje y crecimiento

Este punto se enfoca en los activos intangibles de la empresa, que sostienen e impulsan su rendimiento a largo plazo, como el capital humano, en especial todo lo relacionado con su formación, competencias y motivación. También incorpora la cultura corporativa y la capacidad organizativa, así como la disposición a innovar y aprovechar las ventajas de la tecnología. Es una forma de tomarle el pulso al negocio y medir su potencial de cara al futuro.

¿Para qué sirve el cuadro de mando integral?

Muchas organizaciones cuentan con informes financieros, encuestas de clientes o métricas internas, pero carecen de una estructura que conecte toda esa información con la estrategia. El cuadro de mando integral agrupa y organiza todos los indicadores clave para fomentar la eficiencia.

  1. Tener una visión global del negocio. El CMI reúne información de distintas áreas relevantes para mostrar una imagen completa y actualizada del estado de la empresa, lo que permite entender qué está funcionando y qué necesita más atención.
  2. Facilitar la planificación y toma de decisiones. Tener una visión general del negocio y contar con datos actualizados de la operativa cotidiana posibilita reaccionar rápidamente ante situaciones que requieren acciones inmediatas, así como diseñar estrategias sólidas a largo plazo.
  3. Reducir riesgos y anticipar tendencias. El análisis continuo de los indicadores del CMI permite detectar patrones y anticiparse a cambios del mercado, lo que contribuye a minimizar riesgos, prepararse mejor ante posibles escenarios adversos o aprovechar tendencias incipientes, anticipándose a la competencia.
  4. Mejorar la comunicación interna. Al compartir objetivos e indicadores de forma clara, el cuadro de mando integral favorece el entendimiento entre departamentos y mejora la coordinación interna para que todos remen en la misma dirección.
  5. Implicar al personal en la estrategia empresarial. El CMI también pone el foco en las personas, por lo que ayuda a detectar áreas de mejora y diseñar estrategias de formación o bienestar laboral que fomenten la retención del talento y motiven al equipo. Además, cuando los empleados entienden cómo contribuyen al crecimiento empresarial, su nivel de compromiso y satisfacción aumenta.

Por tanto, el cuadro de mando integral es un recurso valioso para evaluar el éxito de la estrategia empresarial. Esa capacidad de evaluación continua es esencial para corregir el rumbo cuando sea necesario y reforzar lo que está funcionando, en aras de seguir creciendo.

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Categoría: Negocios
numero de referencia NRC

En un entorno fiscal cada vez más digitalizado, es imprescindible que sepas cómo funcionan los instrumentos que garantizan la seguridad y validez de tus operaciones con la Agencia Tributaria. Uno de los elementos más desconocidos y, a la vez, importantes, es el NRC, un código que puede marcar la diferencia entre un pago bien hecho y una notificación inesperada.

¿Qué es el NRC?

“El NRC (Número de Referencia Completo) es el código que se genera como justificante para identificar un ingreso tributario”, según explica Hacienda. Está compuesto por 22 caracteres alfanuméricos que incluyen de forma cifrada datos como:

  • NIF del declarante
  • Importe a pagar
  • Modelo fiscal al que hace referencia
  • Ejercicio y periodo fiscal

Este código es necesario en las declaraciones y autoliquidaciones que demanden un ingreso, así como en aquellas en las que no se haya seleccionado como método de pago la domiciliación bancaria.

¿Para qué sirve el NRC?

En un sistema fiscal que recibe pagos de millones de personas, autónomos y empresas, es fundamental garantizar el control y la trazabilidad de cada operación. En ese punto, entra en juego el NRC, una pieza clave para que todo funcione con precisión y brindar garantías a los contribuyentes. De hecho, sus principales funciones son:

  • Confirmar los pagos. El NRC es una especie de “justificante digital” único que certifica el pago de un impuesto o tasa y garantiza su transferencia a la Administración.
  • Seguimiento y trazabilidad. Mediante el NRC es posible dar seguimiento a los pagos efectuados. Tanto el contribuyente como la Agencia Tributaria pueden consultar ese identificador para verificar que el pago ha sido procesado, lo que facilita el control fiscal y contribuye a evitar incidencias como pagos duplicados o no reconocidos.
  • Vincular los pagos con las declaraciones. Cada NRC está asociado a una declaración tributaria o tasa concreta, lo que permite a Hacienda conectar el pago que realiza el contribuyente con la obligación fiscal correspondiente y comprobar que ha cumplido en tiempo y forma.
  • Facilitar los trámites administrativos. Al ser un identificador único, el NRC permite automatizar la verificación de pagos y agilizar la gestión de expedientes, lo que reduce la carga burocrática, evita errores de imputación y mejora la eficiencia tanto para el usuario como para la Administración.

¿Cómo obtener el NRC?

El NRC permite pagar a la Agencia Tributaria de forma sencilla a través de las entidades colaboradoras. Esta forma de pago apura el plazo de presentación y pago de los impuestos o tasas, en comparación con la domiciliación bancaria, por lo que es conveniente que sepas cómo usarla.

  1. Prepara la declaración del impuesto o la tasa a pagar rellenando los formularios correspondientes, como el modelo 100 para la declaración de la renta.
    1. Accede a la plataforma bancaria que colabora con la Agencia Tributaria para realizar el pago, ya que son estas quienes emiten el código NRC.
    2. Selecciona la opción de pago de impuestos dentro de la banca electrónica e introduce los datos de la declaración, como el importe a pagar, el modelo específico, tu NIF, el periodo impositivo y otra información relevante necesaria.
    3. Genera el NRC. Cuando hayas introducido esos datos, la plataforma bancaria generará el NRC automáticamente. El código aparecerá en la pantalla o podrías recibirlo en tu correo electrónico.
    4. Confirma y paga. Valida el pago una vez que hayas comprobado que los datos son correctos. El NRC se genera cuando el pago es procesado correctamente, dejando constancia del mismo.
    5. Por último, no olvides registrar el NRC en el modelo correspondiente, un paso esencial para que Hacienda vincule el pago con la declaración presentada. Si te equivocas, y el NRC que indicas no coincide con el pago registrado, la Agencia Tributaria no podrá validar tu declaración, así que tendrás que volver a presentarla con el código correcto. Y si lo extravías, puedes solicitar una copia en tu entidad bancaria.

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    Categoría: Contabilidad
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