A finales del año pasado, el Gobierno propuso una subida escalonada del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). En 2018 el sueldo neto de un trabajador no podrá bajar de los 736 euros mensuales en 14 pagas, lo cual representa un incremento del 4 por ciento.
Si la economía mantiene un ritmo anual de crecimiento del 2,5 por ciento, se prevé una subida escalonada de hasta el 20 por ciento, de manera que en 2020 el suelo neto alcance los 850 euros, una medida que repercute en los autónomos y las pymes.
La subida del Salario Mínimo Interprofesional implica que los autónomos y las pymes tendrán que soportar un mayor costo salarial. No solo tendrán que ajustar el sueldo neto de sus trabajadores, sino también el sueldo bruto, lo cual representa una pérdida de liquidez. Según indica la Seguridad Social, la base mínima de cotización se incrementa en un 4 por ciento, aplicándose sobre los 858,60 euros en doce mensualidades.
La cuota del autónomo societario también aumenta un 4 por ciento. La base mínima de cotización sobre el sueldo del autónomo societario pasará de los 1.152,90 euros actuales a 1.198,08 euros, por lo que incluso las sociedades unipersonales tendrán que pagar 14 euros más al mes.
Los autónomos como personas físicas corren con mejor suerte ya que su base mínima se congelará hasta que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado. Por el momento, seguirán abonando sobre el “salario del autónomo” básico, que son 919,8 euros al mes, pero es probable que más adelante se incremente hasta un 3 por ciento.
No cabe dudas de que la tarifa plana para autónomos facilita el emprendimiento durante el primer año, pero no se debe olvidar que en España hay medio millón de autónomos que no llegan al Salario Mínimo Interprofesional, para quienes pagar las cuotas de la Seguridad Social representa un problema, por lo que un incremento de las mismas podría suponer menos altas o incluso nuevas bajas.
Las pymes suelen tener márgenes de rentabilidad muy estrechos, por lo que un incremento de los costes puede tener una consecuencia directa en su competitividad. Por tanto, el aumento gradual del Salario Mínimo Interprofesional podría representar a medio y largo plazo una traba para la contratación de nuevos trabajadores, sobre todo para las pequeñas empresas que no están consolidadas.
Dado que el PIB está remontando y Bruselas acaba de elevar hasta el 2,6% su previsión de crecimiento para España en 2018, es probable que el impacto del incremento del Salario Mínimo interprofesional no se note tanto como en otros ejercicios, aunque sus consecuencias directas dependerán de la situación que atraviese cada pyme y autónomo.
En cualquier caso, el incremento del Salario Mínimo Interprofesional beneficiará al 3,5 por ciento de los trabajadores por cuenta ajena, unas 534.000 personas. El Gobierno prevé que esa medida estimule el consumo, que serviría para reactivar la economía y beneficiar los negocios de autónomos y pymes, sobre todo en el comercio minorista.