La mayoría de los accidentes laborales se deben al sobreesfuerzo físico y a los golpes contra objetos, un riesgo que en España está aumentando. Durante el primer trimestre del año se han producido 191.238 accidentes de trabajo que han causado baja, un incremento del 4% respecto al mismo periodo del 2017. De esos accidentes, 1.256 fueron graves, un 4,6% más que el año anterior, según reveló el último informe del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
La Ley General de la Seguridad Social señala que “se entiende por accidente de trabajo toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena”.
Esto significa que para que se considere un accidente laboral se debe producir una lesión como resultado de un incidente que se pueda vincular de manera indiscutible con el trabajo. Puede tratarse de un incidente directo, como cuando sufres una caída en el puesto de trabajo, o puede ser un incidente indirecto, como cuando tienes un accidente de tráfico de camino al trabajo.
No se considerará accidente laboral si se comprueba que ha habido engaño, fraude o simulación. Tampoco si se debe a una imprudencia temeraria del trabajador, a menos que su comportamiento se pueda justificar con la confianza ganada debido a la experiencia.
Son aquellos accidentes que el trabajador sufre mientras va o regresa de su lugar de trabajo. Deben ocurrir en un momento próximo a la hora de entrada o salida y producirse en el trayecto habitual hacia o desde su casa. También se considera accidente de trabajo el fallecimiento del trabajador fuera del horario laboral si los primeros síntomas surgieron en el trabajo.
Son los accidentes que se producen mientras el trabajador cumple funciones ajenas a su actividad profesional encargadas por el empresario o en aquellas tareas que realice espontáneamente para facilitar el funcionamiento de la empresa.
Como regla general, la enfermedad profesional suele ser un proceso lento y progresivo, mientras que el accidente de trabajo es repentino. En este caso, es necesario demostrar que la enfermedad está causada exclusivamente por la realización del trabajo, y la misma no puede estar incluida en el cuadro de enfermedades profesionales que prevé la Seguridad Social. También se considerará accidente de trabajo, por ejemplo, un cuadro de depresión o ansiedad debido a un ambiente laboral conflictivo.
Son los accidentes que puede sufrir el trabajador mientras desempeña funciones sindicales, incluyendo los incidentes mientras se desplaza con estos fines.
Se trata de accidentes ocurridos mientras el trabajador realiza actos de salvamento vinculados directamente con su trabajo.
Se consideran accidentes laborales aquellas enfermedades o defectos que el trabajador ya padecía pero que se han agravado como resultado de un incidente, afectando su capacidad para desempeñar sus tareas habituales. Por ejemplo, si un trabajador sufre una enfermedad cardiovascular, no basta con que fallezca en la empresa para catalogar el infarto como un accidente de trabajo, es necesario que ocurra mientras esté realizando algún tipo de actividad o esfuerzo físico o intelectual.
Se refiere a las enfermedades que agravan las consecuencias del accidente en el trabajo y que han sido provocadas por este o han aparecido durante el proceso de convalecencia