Ningún negocio puede mantenerse y crecer sin incurrir en gastos, pero tampoco sobrevive si no los mantiene bajo control. Los costes operativos forman parte del engranaje empresarial, permitiendo que todo funcione correctamente. Sin embargo, si no los revisas y optimizas, pueden dispararse y lastrar la rentabilidad. Por eso, es fundamental que conozcas los principales gastos de una empresa.
Dos tercios de las nuevas empresas nunca llegan a generar ganancias, según Harvard Business Review. Más allá de la pertinencia del modelo de negocio elegido, la gestión de las finanzas es crucial para el éxito o el fracaso. Por desgracia, muchos emprendedores cometen el error de enfocarse demasiado en las ventas, olvidando que el control de gastos es igual de importante.
Los gastos de una empresa, también conocidos como egresos, son todos los costes o salidas de dinero destinados a la gestión y el funcionamiento diario del negocio. Incluyen desde los costes operativos, como salarios, suministros, alquileres o servicios, hasta los desembolsos por emergencias. Administrarlos de forma eficiente es clave para asegurar la sostenibilidad y rentabilidad de la organización a largo plazo.
Para tomar buenas decisiones económicas, no basta con saber cuánto gastas. También debes entender en qué estás gastando. Las empresas incurren en distintos costes, pero no todos tienen el mismo peso ni propósito. Saber distinguirlos te proporcionará una visión más clara del funcionamiento de tu negocio y te permitirá diseñar estrategias financieras más eficaces.
Los principales gastos empresariales se pueden clasificar en distintas categorías, teniendo en cuenta aspectos como su sistematicidad o imputación al producto/servicio.
Son imprescindibles para que la empresa pueda funcionar, tienen un carácter recurrente y se mantienen constantes, con independencia de las fluctuaciones en el volumen de clientes, ventas o producción. Dentro de estos se incluyen:
Estos egresos dependen del volumen de producción o los servicios prestados, por lo que guardan una relación directa con la actividad del negocio y su crecimiento o mengua. Entre ellos se pueden mencionar:
Son desembolsos no habituales que surgen de manera puntual e imprevista durante el desarrollo de la actividad empresarial. No se incluyen dentro de los costes operativos diarios y generalmente tampoco están contemplados en el presupuesto regular. Algunos ejemplos son:
Esta categoría engloba todos los egresos que guardan una relación directa con la fabricación del producto, la prestación del servicio o el desarrollo de un proyecto específico. Por tanto, oscilan en dependencia de las ventas o el volumen de producción. Algunos de los más habituales son:
Estos costes no se imputan directamente a un producto, servicio o proyecto, pero son imprescindibles para el funcionamiento general del negocio. Suelen repartirse entre diferentes áreas o actividades y tienen un carácter relativamente estable. En esta categoría se encuentran:
Por último, cabe aclarar que muchos de estos gastos son deducibles, siempre que estén relacionados con la actividad empresarial, queden debidamente registrados en los Libros Contables y cuenten con factura. En cambio, también existen gastos no deducibles, como las multas, sanciones, recargos o donativos. Conocer la naturaleza de cada gasto en tu empresa no solo te evitará problemas con Hacienda, sino que también te permitirá mantener tus cuentas saneadas para que tu negocio vaya viento en popa.