Si eres autónomo o tienes una pyme, es probable que la falta de liquidez sea uno de tus principales caballos de batalla, aunque tengas un negocio rentable. El retraso en los pagos de las facturas y las trabas para acceder a la financiación agudizan este problema.
Lo confirma el último informe anual del Banco de España, cuyas conclusiones indican que las pymes españolas se están recuperando pero siguen dependiendo excesivamente de los préstamos bancarios. Una fórmula alternativa más interesante para afrontar los gastos imprevistos son las pólizas de crédito.
La póliza de crédito es una herramienta para financiar el circulante. Se trata de un préstamo que el banco te concede, para que puedas recurrir a ese dinero cuando lo necesites. En práctica, la entidad bancaria te concede un derecho temporal a acceder a cierto límite de dinero, de manera que tendrás a tu disposición una reserva económica que podrás usar en casos de emergencia, cuando necesites liquidez.
La principal ventaja que reportan las pólizas de crédito para las pymes y autónomos es que representan un capital al que se puede recurrir inmediatamente, por lo que si un cliente se retrasa con los pagos, tu negocio podrá seguir funcionando sin dificultades. Dado que el crédito está tramitado de antemano, podrás acceder rápidamente al dinero que necesitas para afrontar las liquidaciones trimestrales del IVA, comprar materiales o pagar a tus proveedores.
A diferencia de un préstamo, cuando la entidad bancaria te concede una póliza de crédito lo que hace es abrir una línea de financiación. Eso significa que no se ingresará el capital solicitado en tu cuenta sino que se abre un acceso para que lo recibas cuando lo necesites. Por tanto, otra ventaja de las pólizas de crédito para autónomos y pymes es que solo debes pagar intereses por la cantidad que has usado y no por la totalidad del crédito, si bien algunos bancos aplican una pequeña comisión por la cantidad disponible.
Además del interés sobre la cantidad solicitada, las pólizas de crédito están sujetas a una serie de comisiones, que varían de una entidad bancaria a otra:
Es un porcentaje sobre el total del crédito solicitado, que normalmente oscila entre el 0,25 – 2 por ciento. Esta comisión se aplica independientemente de que uses el dinero o no.
Se aplica si decides renovar la póliza de crédito, generalmente sobre el total del capital.
Cuando llegue el momento de pagar los intereses, se aplicará un porcentaje sobre la cantidad que no has utilizado, aunque suele ser muy pequeño, del 0,1 por ciento.
Se aplica si superas el límite del crédito que te concedió el banco.
Para obtener una póliza de crédito, el banco o la entidad donde la solicites realizará una evaluación de los riesgos, que implica evaluar el funcionamiento de tu negocio, tu capacidad de endeudamiento y las necesidades económicas de tu actividad empresarial.
Así determina si el crédito es viable y el importe del mismo. Es usual que los bancos soliciten garantías o avales, como los que concede ConAvalSí, que también te permitirán negociar condiciones más ventajosas que supongan un ahorro en términos de comisiones bancarias.