El precio de la luz no solo preocupa a las familias españolas sino también a los autónomos. No es para menos, puesto que el precio de la electricidad abrió este año con un incremento del 25 % respecto al 2018, según datos de la OCU.
Las subidas de la luz pueden encarecer los costes de producción, y si el autónomo no puede repercutir ese incremento en el costo final de su producto o servicio, perderá poder adquisitivo. Por eso, es fundamental aplicar fórmulas de ahorro que permitan tener una factura de la luz barata.
No dejes los equipos funcionando en stand-by. Dejar los aparatos conectados sigue consumiendo energía. En un hogar medio, puede representar el 6,6 % del consumo total en la factura de la luz, según el último informe de IDAE. Una estrategia sencilla para ahorrar consiste en conectar los equipos a una regleta con interruptor que puedas apagar cuando termine tu jornada laboral.
Contrata la potencia adecuada. Si te fijas en tu factura de la luz, notarás que una parte de lo que pagas es fijo, independiente del consumo. Un porcentaje de esos gastos fijos cubren la potencia que tienes contratada, por lo que una estrategia para tener luz más barata y no incurrir en sobrecostes innecesarios consiste en ajustar la potencia. Para saber qué potencia necesitas solo debes sumar la potencia de todos los equipos que tienes y multiplicar el resultado por 0,3, lo que se conoce como factor de simultaneidad. El resultado te indicará, aproximadamente, la potencia eléctrica que necesitas contratar para tu negocio.
Apuesta por equipos de bajo consumo. Si por las características de tu trabajo necesitas tener los equipos encendidos durante mucho tiempo, una manera para ahorrar en la factura de la luz consiste en apostar por modelos de bajo consumo que sean más eficientes. Tendrás que realizar una inversión inicial, pero puedes desgravar esos costes y, a la larga, amortizarás una parte con el ahorro en términos de energía. Considera que solo cambiando las bombillas incandescentes por unas LED podrías ahorrar un 80 % de la energía que destinas a la iluminación.
Regula la temperatura del local. ¿Sabías que cada grado adicional representa un incremento de los costes de la electricidad que oscila entre un 7 y un 11%? Por tanto, asegúrate de regular los grados de la calefacción y el aire acondicionado. La temperatura ideal para trabajar en una oficina es de 20º C.
No olvides el mantenimiento de los equipos. Cuando los equipos están sucios, no solo consumen más energía, sino que existen más probabilidades de que sufran una rotura. La falta de lubricación o unos filtros sucios harán que el motor trabaje más, lo cual aumentará el gasto de electricidad. Eso significa que, si quieres ahorrar en la factura de la electricidad, debes cerciorarte de que todos los equipos están en óptimas condiciones.
Otra alternativa para tener acceso a una luz más barata consiste en cambiar de comercializadora de energía. En el mercado libre existen muchas opciones interesantes para los autónomos, puesto que las comercializadoras han diseñado diferentes planes de energía adaptados a distintos tipos de negocios.
Existen tarifas especiales para los comercios que abren solo durante las mañanas y las tardes, los negocios de restauración y aquellos que trabajan más durante el verano o los fines de semana, por ejemplo. Solo necesitas comparar diferentes tarifas y elegir la que mejor se adapte a tus necesidades. Si analizas con detenimiento tus necesidades energéticas y los precios del mercado, podrás evitar sobresaltos en la factura de la luz y disminuir los costes energéticos.