El año pasado, el 51,2 % de las pymes que solicitaron financiación bancaria consideran que la obtuvieron en mejores condiciones en comparación con dos años atrás, sobre todo porque ha mejorado el tiempo de respuesta de la entidad financiera y el volumen de financiación, según el informe CEPYME.
No cabe duda de que las condiciones de financiación han mejorado para las pequeñas empresas, pero los préstamos para iniciar un negocio siguen siendo una asignatura pendiente ya que sin historial crediticio y un balance de cuentas que mostrar, muchas entidades bancarias se resisten a conceder un préstamo.
Existen diferentes modelos de financiación a los que puedes recurrir para obtener esa primera inversión que necesitas para poner en marcha tu idea de negocio. El préstamo bancario es una de las alternativas más comunes ya que te permitirá mantener el control total sobre el capital. Estos préstamos suelen estar sujetos a intereses que oscilan entre el 3,5 % y 7,5 % anual, en función del banco, el capital solicitado y el nivel de riesgo que represente tu proyecto.
Para aumentar las probabilidades de que te concedan el préstamo para abrir un negocio es recomendable que:
Tengas un buen historial crediticio. El banco lleva un registro de tus actividades financieras, incluidos los préstamos y el uso de la tarjeta de crédito. Si ya has solicitado otros préstamos, aunque sea a nivel personal, y has pagado en tiempo, la entidad bancaria lo valorará positivamente y es más probable que financie tu idea de negocio.
Presentes un plan de empresa detallado mediante el cual demuestres la viabilidad de tu idea de negocio. Describe tus productos o servicios, realiza un estudio de mercado en el que analices concienzudamente a la competencia y especifica los recursos que necesitarás para poner en marcha tu actividad. Un buen plan de empresa demuestra que tienes las ideas claras y que cuentas con un proyecto sólido que te permitirá pagar la deuda contraída.
Muestres un contrato con un cliente. Contar con un cliente antes de poner en marcha el negocio es una garantía adicional que el banco valorará positivamente ya que demuestra que existe un público interesado en tus productos o servicios, lo cual disminuye el nivel de riesgo que representa el crédito.
Consigas un aval fiable. El 46,7 % de las pymes que solicitan un crédito se ven obligadas a presentar garantías, una solicitud más común a las empresas con menos de 5 años de vida, según reveló el último informe de CESGAR. Contar con un aval no solo te permitirá brindar una imagen más profesional, sino que disminuirá el riesgo al que se expone el banco y aumentarán las probabilidades de que te concedan el préstamo para iniciar tu negocio.
Según el mismo informe, el 18 % de las pymes considera que la falta de garantías solicitadas por los bancos es uno de los principales obstáculos para acceder a la financiación. Las SGR pueden ayudarte a conseguir tu primera inversión actuando como avalistas de tu proyecto.
Con el aval de una SGR no solo podrás tener acceso al préstamo para abrir un negocio, sino que también tendrás la oportunidad de mejorar sus condiciones. De hecho, el informe de CESGAR también indica que el 34,7 % de las pymes aún lamenta que los plazos de devolución son demasiado cortos y el 32,1 % indica que los gastos y comisiones que se exigen son muy altos. Con la ayuda de una SGR podrás negociar una reducción de los tipos de interés y la ampliación de los plazos de amortización.
Antes de solicitar un aval de una SGR es importante que te informes sobre sus requisitos. Cada SGR tiene sus propias exigencias para avalar un proyecto de negocio, aunque por lo general demandan que la pyme no se encuentre en concurso de acreedores y esté al corriente de los pagos en la Seguridad Social y la Agencia Tributaria.
Para conocer los requisitos específicos, tendrás que enviar tu solicitud a la SGR que hayas elegido a través del portal ConAvalSí. Una vez que presentes la documentación, la SGR valorará tu proyecto y te informará sobre los costes de la operación.