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¿Qué es un avalista?

18/01/2022
Qué es un avalista

Si eres un autónomo o tienes una pyme, es probable que en algún momento necesites solicitar un préstamo para tu negocio, ya sea para financiar las necesidades de circulante, poner en marcha una nueva línea de productos, realizar inversiones en maquinaria, comprar un inmueble o emprender una estrategia de internacionalización.

Sin embargo, obtener esa financiación a veces se convierte en una carrera de obstáculos. El 18,2% de las pymes reconocen que la barrera más importante para acceder a la financiación es la falta de garantías solicitadas, específicamente la falta de avales, según indicó el XII Informe “La financiación de la pyme en España” elaborado por Cesgar.

Las necesidades de aportar garantías son mayores en las empresas innovadoras, exportadoras y las más jóvenes, aunque los negocios que ya han accedido a la financiación no siempre pueden respirar tranquilos, ya que las entidades bancarias o públicas también solicitan avales a la hora de renegociar la financiación. En ese contexto, contar con el respaldo de un avalista es la vía más segura para acceder a un préstamo o una línea de crédito con mejores condiciones.

¿Qué es un avalista?

El avalista es la persona o entidad que actúa como fiador, con el fin de garantizar o asegurar el cumplimiento de las obligaciones económicas que ha contraído el avalado. Mediante un aval, el avalista declara que está dispuesto a asumir los compromisos que ha adquirido el avalado frente al beneficiario, generalmente a través del pago de cierta cantidad de dinero.

La figura legal del avalista es muy amplia. Entre los particulares suele tratarse de una persona física de solvencia demostrada e ingresos estables, mientras que en el sector empresarial los propios bancos, las compañías aseguradoras o las Sociedades de Garantía Recíproca son quienes se encargan de avalar a las pymes y autónomos.

Cabe aclarar que, aunque los avalistas suelen garantizar la amortización de un préstamo, también pueden asegurar el cumplimiento de otras obligaciones cuando el autónomo o la pyme se presenta a un concurso público, subasta o ejecución de obra. En ese caso, tendrá que firmar un aval técnico.

¿Cuáles son los derechos y obligaciones del avalista?

La principal obligación del avalista consiste en hacer frente a los compromisos que ha contraído el avalado ante terceros. Si el avalado incurre en impagos de la deuda o no cumple con las condiciones del contrato, faltando a los servicios pactados, el avalista tendrá que asumir el coste económico. De hecho, el Código Civil indica que “las obligaciones del avalista se extinguen al mismo tiempo que las del deudor”, lo cual significa que su responsabilidad solo cesa cuando el avalado termina de pagar el préstamo o finaliza correctamente los servicios para los que había sido contratado.

Si el avalado incumple su compromiso, el beneficiario puede ejecutar el aval. Para ello, debe presentar el aval y los documentos que justifiquen el incumplimiento de las obligaciones del deudor principal. Como regla general, en el propio aval se especifican las condiciones para su ejecución, un detalle importante para el avalista, puesto que los avales a primer requerimiento obligan a satisfacer las condiciones garantizadas cuando el beneficiario las reclame, sin que tenga que acreditar mínimamente que el avalado no ha cumplido con sus obligaciones. Aunque el avalista puede defender sus derechos ante los Tribunales, probando que el deudor principal ha pagado o cumplido sus obligaciones.

Básicamente, el avalista puede ampararse en tres derechos fundamentales:

  1. Obligación del acreedor a dirigirse primero al deudor, de manera que la deuda o los perjuicios se reclamarán en un primer momento a éste.
  2. Posibilidad de señalar los bienes del deudor con los que se puede saldar la deuda contraída, de forma que estos sean confiscados para hacer frente a las obligaciones contraídas.
  3. Dividir la deuda entre las diferentes figuras obligadas al pago, en caso de que existan más avalistas.

Es importante destacar que, en el caso de los avales para los contratos financieros, estos derechos se suelen excluir, ya que se pacta una fianza solidaria. Esto significa que el avalista tiene la misma responsabilidad que el deudor en caso de impago, de manera que no puede obligar al acreedor a reclamar primero al deudor e intente incautar sus bienes.

Sin embargo, aunque el avalista tenga que hacer frente a la deuda que contrajo el beneficiario del aval, tiene derecho a reclamarle las cantidades abonadas, junto a los intereses de demora y una indemnización por los perjuicios causados.

En el caso de las personas que actúen como avalistas, deben tener claro que su fallecimiento no conduce a la extensión del aval. Las obligaciones del avalista siguen teniendo efecto y se transmiten a sus herederos, a menos que el aval tenga una duración determinada. En ese caso, pasado el plazo, el beneficiario no podría reclamar al avalista ni a sus herederos.

Por otra parte, las obligaciones del avalista cambian ligeramente cuando se trata de un aval técnico. Este tipo de aval garantiza que el avalado cumplirá con sus compromisos en forma y tiempo, asegurando además su capacidad técnica para desarrollar la obra o brindar el servicio pactado.

En estos casos, si el avalado incumple sus obligaciones, ya sea por problemas de calidad o plazos, el beneficiario tiene derecho a ejecutar el aval. El avalista técnico no tiene la obligación de sustituir al avalado en el compromiso contraído; o sea, no tiene que terminar la obra o brindar el servicio, pero está obligado al pago de una compensación económica.

Ventajas para las pymes y autónomos de tener un avalista

Muchos autónomos y pymes tienen que presentar un aval para acceder a los préstamos bancarios que necesitan para impulsar su negocio. En esos casos, contar con el respaldo de un avalista es muy ventajoso. No es casual que el 75,5 % de las pymes afirme lograr un crédito o préstamo mayor y con plazos de devolución más amplios gracias a los avales de las SGR.

El aval siempre representa una garantía adicional para las entidades bancarias o las organizaciones públicas, ya que, aunque el autónomo o la pyme que solicita la financiación tenga un buen historial crediticio, pueden producirse situaciones inesperadas que pongan en riesgo su negocio y le impidan cumplir con las obligaciones contraídas. En esos casos, la figura del avalista brinda una seguridad extra.

No obstante, las pymes y autónomos también se benefician de esa relación entre avalista y avalado:

  1. Permite ampliar la capacidad de endeudamiento. Con el apoyo de un avalista mejorarás tu capacidad para obtener financiación, tanto a corto como a largo plazo, de manera que podrás acceder a préstamos o líneas de crédito que inicialmente estaban fuera del alcance de tu negocio.
  1. Reduce los costes financieros del préstamo, pues contar con un avalista reduce el nivel de riesgo que representa la operación. Ello te coloca en una posición más ventajosa para negociar con la entidad bancaria tipos de interés más bajos que reduzcan los costes totales de la operación.
  2. Permite acceder a plazos de devolución más ventajosos para tu negocio, de manera que el préstamo no termine convirtiéndose en una carga asfixiante. Con el apoyo de un avalista, también puedes negociar otros detalles, como eliminar el coste por la amortización anticipada si las cosas van bien y decides saldar antes la deuda.
  3. Brinda una imagen más profesional. Contar con un avalista transmite una imagen más profesional y solvente, que te facilitará el acceso al crédito o a proyectos de mayor envergadura para que tu negocio pueda seguir creciendo.
  4. Asesoramiento financiero personalizado. En el caso de las SGR, éstas no solo brindan avales financieros y técnicos, sino que también ofrecen un servicio de asesoramiento, realizando un estudio detallado del funcionamiento de tu negocio para ayudarte a elegir la línea de financiación que mejor se ajuste a tus necesidades.
Categoría: Legal
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