En España la mayoría de las pymes son empresas familiares, aproximadamente el 70 por ciento, pero todas las empresas familiares no son pymes puesto que también existen grandes empresas familiares que forman parte del IBEX 35, como Inditex, Ferrovial y Acciona.
Es importante que tengas claro si diriges una pyme o una empresa familiar, ya que en algunas situaciones se aplica un tratamiento fiscal distinto.
La principal diferencia entre las pymes y las empresas familiares radica en la naturaleza de su propiedad. Para que una empresa sea considerada familiar desde el punto de vista fiscal debe estar constituida como una SL o SA y el grupo familiar debe poseer una participación mínima del 20 por ciento o un 5 por ciento a nivel individual.
Lo usual es que este tipo de negocios comiencen siendo una pyme debido a que durante las primeras etapas es muy difícil acceder a la financiación necesaria para ampliarse. Más adelante, si la familia sabe detectar buenas oportunidades, asume riesgos y encuentra nuevas fuentes de financiación para la pyme y puede seguir creciendo.
No obstante, las diferencias entre las pymes y las empresas familiares no se limitan únicamente a la propiedad. Se ha constatado que las empresas familiares suelen crecer de manera más estable y constante a lo largo del tiempo, son más rentables en comparación con las pymes y se gestionan de manera más eficiente y transparente.
Las pymes pueden beneficiarse de programas de apoyo público a los que no pueden acceder las grandes empresas, como las ayudas estatales, los fondos estructurales y los programas comunitarios. Con el objetivo de impulsar el crecimiento de las pymes, el Estado les brinda algunos beneficios fiscales, como la posibilidad de deducir totalmente los gastos en inversiones siempre y cuando contraten a nuevos empleados o poder compensar las bases imponibles negativas aplicando una reducción fiscal de hasta un millón de euros a la base imponible positiva.
Todas las empresas familiares que se cataloguen como pymes, lo cual significa que no deben tener más de 50 trabajadores y su nivel de su facturación no puede superar los 5,7 millones de euros, pueden aprovechar esos beneficios fiscales.
La empresa familiar puede acogerse a un beneficio fiscal adicional que no se aplica al resto de las pymes: reducciones de hasta el 95 o el 99 por ciento en comunidades como Madrid de la base imponible en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.
Esta reducción se aplica a los descendientes directos o al cónyuge, aunque no es obligatorio que el heredero que asuma la dirección haya tenido participación previa en el negocio. En algunos casos, las acciones de las empresas familiares también pueden estar exentas del Impuesto sobre el Patrimonio.