Si tienes una pequeña empresa con empleados a tu cargo, es probable que hacer las nóminas sea una de tus principales preocupaciones. Entre las bases de cotización a la Seguridad Social, las pagas extraordinarias y las retenciones, es fácil equivocarse e incurrir en problemas fiscales o jurídicos. Saber cómo calcular una nómina y comprender su estructura te permitirá gestionarlas mejor.
La nómina es el documento que refleja la liquidación y pago de los salarios. La empresa debe facilitársela a sus empleados cada mes, especificando el sueldo recibido por el trabajo realizado y desglosando diferentes conceptos que siguen una estructura precisa para facilitar el cálculo de la nómina.
Debes indicar los datos de tu negocio, como el nombre legal de la empresa, NIF, domicilio y el código de Cuenta de Cotización (CCC) en la Seguridad Social. También debes recoger los datos del trabajador, como su nombre y NIF, número de afiliación a la Seguridad Social y su grupo profesional y de cotización. Debes señalar además la fecha de inicio y fin del periodo de liquidación en el mes trabajado, así como el total de días trabajados.
En esta sección de la nómina se incluyen todos los importes que suman para calcular cuánto debe cobrar el trabajador, tales como el salario base, la retribución por horas extraordinarias o complementarias en el caso de los contratos a tiempo parcial las pagas extraordinarias, así como el salario en especie y los complementos salariales debidamente detallados, como puede ser un plus por nocturnidad, productividad, peligrosidad o antigüedad.
Si procede, debes indicar las indemnizaciones o gastos suplidos; cualquier percepción extra para compensar los gastos en los que ha incurrido el empleado, como las dietas o transporte; las prestaciones e indemnizaciones de la Seguridad Social; y las indemnizaciones por traslados, suspensiones o despidos.
En esta sección se incluyen todos los importes que se restan a los devengos, como el IRPF, anticipos en caso de que hayas adelantado parte del salario al empleado, la cotización a la Seguridad Social, el valor de los productos recibidos en especie y, en sentido general, cualquier otra deducción que proceda, como las cuotas sindicales o préstamos que el trabajador deba devolver a la empresa.
En el apartado final de la nómina debes reflejar las bases de cotización a la Seguridad Social y los conceptos de recaudación conjunta y aportación de la empresa. Al hacer la nómina, considera que existen tres grupos de bases de cotización: la base de cotización por contingencias comunes, la base de cotización por contingencias profesionales y de recaudación conjunta, y la base sujeta a la retención de IRPF.
Calcular la retención de IRPF es un proceso complejo, pues no solo depende del sueldo del empleado, sino también de su situación personal, de manera que puedes apoyarte en esta calculadora de la Agencia Tributaria. Por último, en la nómina debes indicar lo que paga la empresa por el empleado por estos conceptos.
Para calcular la nómina, al total devengado, que es lo que el trabajador cobra en bruto, se le restan las deducciones y los importes a abonar a la Seguridad Social y Hacienda. Así se obtiene el líquido a percibir, que es la cantidad que finalmente ingresará el trabajador.
Dado que calcular una nómina no es precisamente sencillo, puedes agilizar este proceso utilizando un programa de gestión de nóminas. Gracias a estos programas, podrás llevar un control más preciso de las nóminas de tus empleados, ahorrarás tiempo, evitarás cometer errores y podrás mantenerte actualizado en materia legislativa.
En cualquier caso, recuerda que cada trabajador debe recibir su nómina, ya la entregues en mano o la envíes por correo electrónico. Como norma, la nómina debe ajustarse al modelo oficial que brinda el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, a menos que el convenio colectivo indique lo contrario.