Si estás pensando en darte de alta como autónomo o abrir una pyme, es probable que uno de los aspectos que más te preocupe sea el tema contable.
No obstante, llevar la contabilidad de un autónomo o de una empresa pequeña no es tan complicado como parece, solo tendrás que registrar todos los movimientos económicos para elaborar los estados contables.
Para llevar la contabilidad de pymes y autónomos es obligatorio guardar todos los documentos, desde las facturas recibidas y emitidas hasta las nóminas, recibos de los pagos a Hacienda, tickets de compras y recibos de la Seguridad Social. Es conveniente que digitalices toda esa información para que no se extravíe.
Todos esos documentos se reflejan en los libros de contabilidad. El corazón de la contabilidad de las pymes y autónomos es el libro diario, donde debes realizar los asientos contables; es decir, las anotaciones de cada una de tus operaciones económicas. Generalmente se lleva mes a mes e incluye datos como la fecha de la transacción, las cuentas asociadas a la misma, el importe y una breve explicación del movimiento. No obstante,
El libro diario se complementa con otros registros obligatorios.
Es donde registras las facturas emitidas siguiendo un orden cronológico. Gracias a ese libro sabrás cómo va tu facturación de manera mensual, trimestral y/o anual. Recuerda que Hacienda exige que las facturas estén numeradas y no permite duplicados ni saltos.
Otro aspecto fundamental para llevar bien la contabilidad básica es el control de los gastos, para lo cual necesitarás tres libros diferentes.
Es donde reflejas todas las facturas que te hacen tus proveedores cada vez que recibes un producto o servicio.
En este libro debes anotar los bienes que adquieras durante la actividad, que no se consumen a lo largo de un ejercicio y cuyo coste supera los 300 euros. Debes distribuir ese coste a lo largo de diferentes ejercicios siguiendo la clasificación de los bienes de inversión y el tiempo de amortización mínimo y máximo de Hacienda.
Es donde reflejas los comprobantes de pago o recibos bancarios que demuestren los desembolsos realizados. Puedes incluir la cuota de autónomos que pagas mensualmente a la Seguridad Social o los gastos de combustible, pero dado que te permite desgravar el IVA, esos gastos tienen que estar directamente relacionados con tu actividad económica.
La contabilidad de una empresa también implica la presentación de los impuestos. Los modelos tributarios difieren si trabajas como autónomo o pyme. El modelo 347, por ejemplo, es una declaración informativa, mientras que el modelo 303 es de autoliquidación.
Con todos estos datos podrás realizar un balance anual que incluya tanto la facturación y los gastos como tus activos y las deudas contraídas, el cual te facilitará una instantánea del funcionamiento de tu negocio para que corrijas el rumbo si es necesario.
La buena noticia es que puedes agilizar este trabajo usando los softwares contables que facilitan llevar la contabilidad de una empresa.