Si eres una pyme o autónomo y no sabes qué es el compliance penal, podrías tener un problema en el horizonte. Esta herramienta surgió en Estados Unidos en la década de 1970 como un mecanismo de defensa ante las multas que tuvieron que asumir las grandes empresas por los escándalos de corrupción. Más tarde se extendió al resto del mundo, incluyendo España, hasta el punto que hoy se considera un factor clave para el buen funcionamiento y la reputación de cualquier negocio.
El compliance penal es un conjunto de herramientas dirigidas a evitar que se infrinjan las normas penales. Implica la identificación de las áreas donde se pueden cometer delitos en tu negocio, así como el establecimiento de protocolos para evitarlos o detectarlos rápidamente, junto a un sistema disciplinario.
Al designar funciones específicas dentro de tu empresa puedes delimitar mejor las responsabilidades y evitar posibles sanciones por acciones que hayan cometido tus empleados o representantes. Eso significa que en el cumplimiento normativo, como también se conoce al compliance penal, se incluyen desde las medidas de seguridad laboral hasta las comunicaciones corporativas, la protección de datos y la gestión del capital.
Aunque el objetivo principal del compliance penal es prevenir los delitos en tu negocio, los modelos actuales van un paso más allá convirtiéndose en un sistema de gestión empresarial que te permitirá tener un mayor control sobre las operaciones y te ayudará a tomar mejores decisiones, reduciendo los riesgos legales y de reputación.
El cumplimiento normativo también funciona como una especie de aval ante terceros ya que mejora la credibilidad de tu negocio al demostrar tu compromiso con la legalidad y las buenas prácticas del sector en el que operas. Por tanto, puede ayudarte a ganar clientes, sobre todo en procesos de contratación pública o con grandes empresas.
Toda actividad empresarial encierra una serie de riesgos que implican responsabilidades sociales, jurídicas y/o penales. Los autónomos y las pymes no escapan a esa realidad. De hecho, el artículo 31 bis del Código Penal señala la obligación de las personas jurídicas de contar con un modelo de prevención de riesgos penales.
Como persona jurídica, eres responsable ante la ley por los delitos que se cometan en tu nombre o a tu cuenta, ya se trate de tus representantes legales o de las personas a quienes has autorizado para tomar ciertas decisiones. La ley considera que, si se comete un delito en tu negocio, es porque no has cumplido con tu deber de supervisión, vigilancia y control. El compliance penal puede eximirte de esa responsabilidad, o al menos atenuarla.
La buena noticia es que el compliance para pymes y autónomos es más sencillo. Si eres el administrador único y director de cumplimiento normativo, podrás reducir los costes y simplificar su implantación en tu actividad empresarial y/o profesional.
En España se ha adoptado la normativa UNE 19601, que regula todo lo relacionado con el diseño y aplicación del cumplimiento normativo. A través de la Asociación Española de Normalización puedes solicitar un certificado, con una validez de tres años, para demostrar que has puesto en marcha el compliance penal en tu negocio.