El ecosistema emprendedor en España ha mejorado mucho en los últimos años, atrayendo inversión extranjera que busca proyectos innovadores y rentables. Muchos de esos proyectos son impulsados por jóvenes emprendedores que no quieren simplemente un puesto de trabajo, sino que se sienten identificados con lo que hacen y desean aportar valor a la sociedad.
En España, 5,5 personas de cada 100 han emprendido algún proyecto empresarial en los últimos cinco años, según el I Informe sobre emprendimiento y empresas jóvenes que crean empleo. El 83,6 % de esas personas ejercen su actividad como empresarios individuales y el 16,4 % restante funge como socio en una empresa.
Los sectores en los que más se ha emprendido coinciden con aquellos que tienen más peso en la economía española: Comercio y servicios personales, Servicios a las empresas, Construcción y Hostelería y restauración. El sector de las Telecomunicaciones se queda rezagado ya que solo representa un 2,4 % de los nuevos proyectos empresariales.
El perfil del emprendedor revela que se trata de personas relativamente jóvenes. El 61,3 % de las personas emprendedoras tienen entre 25 y 45 años de edad y el 3,4 % tienen menos de 25 años.
La brecha de género todavía subsiste: el 62,4 % de los emprendedores son hombres. No obstante, en los últimos años esa distancia se ha reducido, las mujeres emprendedoras ya representan el 37,6 %. A pesar de que hay menos mujeres emprendedoras, sus tasas de abandono son 10 puntos porcentuales más bajas que las de los hombres. Eso significa que los negocios montados por mujeres suelen tener más éxito a lo largo del tiempo.
En lo que respecta a la formación, el 39,5 % de los emprendedores tienen, al menos, estudios primarios o han completado un ciclo formativo de grado medio. El 24,9 % tiene bachillerato o formación profesional y el 14,9 % posee una titulación, un máster o incluso un doctorado.
El emprendimiento sigue concentrándose en las urbes. El 51,5 % de las personas que emprenden viven en una ciudad de más de 40 000 habitantes. Sin embargo, esta tendencia cambia en algunas comunidades autónomas, donde el emprendimiento se enfoca en ciudades más pequeñas o zonas rurales.
Cuando pensamos en jóvenes talentos emprendedores acuden a nuestra mente la imagen de Steve Jobs o Mark Zuckerberg. Al igual que estos icónicos emprendedores, los jóvenes que deciden montar su propio negocio suelen tener ideas innovadoras que dan soluciones a problemas específicos y satisfacen demandas concretas del mercado.
Se trata de jóvenes que no temen al fracaso, uno de los principales obstáculos para el emprendimiento en España. A diferencia de los emprendedores convencionales, los jóvenes exploran nuevos modelos de negocio y formas de comunicación que les permitan acelerar el crecimiento de su empresa. Son capaces de establecer alianzas estratégicas con otros emprendedores o empresas que puedan aportar valor a su negocio.
También suelen recurrir a fuentes de financiación alternativas a la banca, como el crowdfunding. De hecho, suelen montar negocios responsables socialmente y son conscientes de la importancia del trabajo en equipo, por lo que crean entornos laborales colaborativos que atraen al talento.
Otra de las características del perfil del emprendedor joven es su flexibilidad para cambiar los planes iniciales. Se mantienen abiertos a nuevas ideas y propuestas que puedan mejorar el plan de negocio original. Los jóvenes emprendedores no solo son capaces de adaptarse a los cambios en las tendencias del mercado, sino que incluso las crean, lo que les permite ir un paso por delante de la competencia.