A lo largo de su vida la mayoría de las pymes necesitan recurrir a la inversión externa, ya sea para poner en marcha el negocio, hacerlo crecer o financiar el circulante. Elegir la modalidad de financiación correcta puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso de un negocio.
El crédito comercial es el instrumento financiero más utilizado por las pymes españolas, seguido por las líneas de crédito y el préstamo bancario, opciones a las que recurren el 28,2 y 20,6 % de las empresas, según el informe sobre la financiación de la pyme de 2018. Conocer las diferencias entre crédito y préstamo te permitirá elegir el instrumento más adecuado para tu modelo de negocio.
El crédito o línea de crédito es un contrato entre una entidad crediticia y la empresa, mediante el cual se cede cierta cantidad de dinero durante un periodo de tiempo establecido. La entidad crediticia, que suele ser un banco, pone a disposición de la empresa cierta suma, de manera que esta decide cuánto necesita y en qué momento, teniendo flexibilidad a la hora de devolver las cantidades utilizadas, las cuales vuelven a estar disponibles hasta que termine el periodo del crédito.
Un préstamo es una operación financiera en la que una entidad, generalmente un banco, concede una cantidad de dinero fija a la empresa, que esta debe devolver dentro de un límite de tiempo determinado. La empresa firma un contrato en el que se indican los intereses que debe pagar y los detalles para la devolución de las cuotas, que suelen tener un carácter regular, ya sea mensual, trimestral, semestral o anual.
Grado de flexibilidad. El crédito es un instrumento financiero más flexible que el préstamo, ya que la pyme podrá disponer del dinero cuando lo necesite, dentro del periodo de tiempo establecido en el contrato. Las condiciones de devolución también suelen ser más cómodas, no son tan rígidas como las cuotas y plazos que imponen los préstamos.
Pago de intereses. Como regla general, las líneas de crédito suelen tener intereses más altos que los préstamos, pero debes tener en cuenta que solo pagarás por la cantidad que uses efectivamente, no por la totalidad del dinero, si bien en algunos casos se puede cobrar una pequeña comisión sobre el saldo que no se ha utilizado. En el caso de los préstamos, los intereses se aplican desde el primer momento sobre la totalidad de la suma recibida.
Posibilidad de realizar aplazamientos. Otra diferencia entre crédito y préstamo se refiere a los aplazamientos. Si has pedido un préstamo, cuando hayas amortizado todo el capital a través del pago de las cuotas, se dará por concluida la operación, sin posibilidad de acceder a más dinero, a menos que pidas otro préstamo. De hecho, solicitar el aplazamiento de un préstamo suele implicar renegociar las condiciones originales del contrato, de manera que es probable que termines pagando intereses más altos. Si has solicitado una línea de crédito, es más probable que puedas renovarla cada año o que la puedas ampliar.
Finalidad. El destino del capital suele ser otra diferencia entre crédito y préstamo. Las líneas de crédito se suelen usar como un colchón financiero, al cual recurrir cuando afrontes una falta de liquidez debido al retraso de pagos de los clientes, para financiar el circulante. Los préstamos, al contrario, se suelen utilizar para financiar actividades de mayor envergadura, como una ampliación del almacén o un proceso de internacionalización.
Necesidad de garantías. Dado que los préstamos se usan para cubrir necesidades mayores de las pymes y autónomos, suele tratarse de cantidades más elevadas que las que otorgan los créditos, por lo que también es más probable que las entidades bancarias soliciten garantías y avales que reduzcan el riesgo de la operación. Considera que aportar esa documentación también suele representar un coste adicional que correrá a cargo de la empresa.