La internacionalización es un gran paso, sobre todo para las pequeñas empresas, ya que siempre representa un gran riesgo. Sin embargo, internacionalizar tu negocio te permitirá acceder a nuevos mercados, incrementar los beneficios y consolidar tu marca. La clave radica en implementar las estrategias de internacionalización adecuadas, que te permitan minimizar los riesgos y entrar rápidamente en el mercado local.
El proceso de internacionalización es complejo, demanda gestionar múltiples detalles, por lo que es conveniente que designes a las personas más capacitadas de tu equipo para llevar adelante este proyecto. Ese equipo tendrá la función de guiar la internacionalización de la empresa a través de las diferentes fases, desde la selección del mercado correcto hasta la búsqueda de los canales de comercialización más rentables y el contacto con posibles socios locales.
En un proyecto internacional, el seguimiento es esencial para lograr los objetivos a largo plazo. Lo ideal es que te plantees objetivos modulares que se puedan alcanzar a corto plazo y que te permitan ir evaluando el desarrollo del proyecto y el retorno de la inversión. Esos objetivos también mantendrán más motivado a tu equipo, aumentando su compromiso con el proceso de internacionalización.
Entre toda la gama de productos y servicios de tu pyme, debes elegir los más adecuados para el nuevo mercado. No solo es fundamental que cumplan los estándares de calidad que se aplican en el país, sino que puedan ser fácilmente comercializados y brinden un margen comercial interesante. Una vez que tengas los productos, tendrás que valorar si es necesario adaptar algunas de sus características al nuevo mercado, para facilitar su introducción.
Dado que las pymes no suelen contar con muchos recursos, una estrategia de internacionalización consiste en establecer relaciones con otras empresas. Puede tratarse de una relación accionarial, como cuando se abre el capital a nuevos accionistas, o de cooperación, estableciendo alianzas estratégicas. Contar con otros socios, te brindará la posibilidad de utilizar sus recursos y tecnología, aprovechar su experiencia en mercados extranjeros y/o apoyarte en sus canales de distribución, lo cual puede ser determinante para el éxito internacional.
La internacionalización es un proceso complejo a lo largo del cual, probablemente, encontrarás diferentes barreras, desde aquellas lingüísticas y culturales hasta otras de carácter legislativo o estructural. Apoyarte en un equipo local que esté asentado en el territorio y conozca de primera mano todos los riesgos y obstáculos que pueden existir, te ayudará a penetrar con mayor rapidez y eficacia en ese mercado.
Un estudio realizado por la Oficina Española de Patentes y Marcas reveló que el 89,9 % de las empresas internacionalizadas reconocen que la marca desempeña un papel protagónico en la estrategia de internacionalización. Cada vez más emprendedores ven la marca como un activo clave, por lo que es importante que trabajes desde el primer momento en el branding y la diferenciación de tus productos en el nuevo mercado. Eso implica pasar de una simple estrategia de distribución a realizar acciones de marketing y publicidad encaminadas a posicionar tu marca.
La estrategia que elijas para comercializar tus productos será esencial para el éxito de la internacionalización. Si decides que necesitas tener presencia física para la venta, lo mejor es que cuentes con un socio local, pero ten en cuenta que esto complica la logística e incrementa los gastos. Si optas por apoyarte en un distribuidor comercial externo, ganarás en funcionalidad y disminuirás los riesgos, de manera que podrás realizar envíos más grandes y sistemáticos.
Recuerda que entrar a un nuevo mercado suele ser un proceso largo y complejo, pero si lo planificas bien, puede generar frutos muy interesantes para la empresa, no solo en términos de crecimiento y ganancias sino también en reconocimiento de marca, prestigio y profesionalidad.