Cuando una empresa decide dar el paso hacia la internacionalización, no solo debe tener en cuenta los factores logísticos, sino también los detalles legales. Los contratos internacionales son una herramienta para solventar las disparidades legislativas y lograr que las relaciones comerciales fluyan mejor, de manera que las empresas puedan realizar transacciones y hacer negocios con más seguridad y eficacia. De hecho, si estás pensando en operar fuera de las fronteras nacionales, debes conocer los principales tipos de contratos del comercio internacional.
Es el contrato internacional más habitual, sobre todo en las pymes que están dando sus primeros pasos fuera de España. Este tipo de contrato de compraventa internacional es el que se utiliza cuando se entregan bienes o servicios. Recoge qué clase de producto se entrega y describe sus características, número de unidades, modo de envasado y embalaje, así como su etiquetado.
En este contrato de compraventa internacional también se debe indicar el plazo para recoger el producto cuando se recibe la orden de compra, el precio y el método de pago, así como las condiciones del mismo. También incluye los Incoterms, las normas que determinan las condiciones de entrega de la mercancía y delimitan los derechos y obligaciones de las respectivas empresas.
Este tipo de contrato de comercio internacional se utiliza cuando un franquiciador cede el uso de su marca y comparte su saber hacer con un asociado, a cambio de una compensación económica. Este documento refleja las obligaciones de ambas partes, desde el uso de la marca y la formación y asistencia, hasta las condiciones de suministro o el compromiso de no competencia.
Especiífica, además, las características de la estructura que el asociado creará en su mercado y la posibilidad de establecer una multifranquicia o subfranquiciar la actividad a terceros. Las cláusulas de este contrato internacional suelen prever el calendario de aperturas, establecer topes máximos de precios para los productos o servicios, y determinar el sistema de control sobre la gestión del franquiciado.
Este tipo de contrato de comercio internacional se utiliza cuando un fabricante llega a un acuerdo con otra empresa que adquirirá el producto y se encargará de comercializarlo en una zona geográfica determinada, asumiendo los riesgos que impliquen las operaciones. En este documento, se determinan las condiciones de compraventa de los productos, el modo de entrega y el plazo de pago.
Además, refleja el periodo de garantía concedido, las características del servicio de posventa, así como el stock y los recambios mínimos que el distribuidor debe tener en todo momento. Las cláusulas de este contrato internacional también recogen un acuerdo de exclusividad y no competencia, un volumen mínimo de ventas que la empresa comercializadora debe cumplir, así como una obligación de confidencialidad sobre la propiedad industrial.
Este tipo de contrato internacional se utiliza para regular la relación entre una empresa que encarga a otra agencia la promoción de ciertos productos o servicios en un territorio geográfico concreto para aumentar su cartera de clientes, a cambio de una remuneración económica. En este documento, se especifican los productos o servicios con los que se trabajará, las actividades a desempeñar y el territorio de actuación.
Las cláusulas de este contrato internacional también suelen incluir una prohibición de competencia y los derechos de exclusividad de ambas partes, regulando además el uso de la marca e indicando la prohibición de divulgar secretos comerciales. También debe indicar si el agente está autorizado a firmar contratos en nombre de la empresa o a recibir pagos de los clientes, especificando los incumplimientos que dan pie a la rescisión del contrato.
Este contrato internacional regula la relación entre las empresas que se unen para alcanzar objetivos comerciales comunes. Las cláusulas principales se enfocan en precisar qué aporta cada empresa, ya sea en términos de capital, tecnología, materia prima, canales de distribución, saber hacer o productos.
Asimismo, establece las obligaciones fiscales y la distribución de beneficios, especificando el procedimiento y las reglas del reparto según las aportaciones. Se recoge el sistema de financiación y se determina el cuórum necesario para tomar decisiones importantes. Además, suele establecer obligaciones de confidencialidad y prohibición de competencia entre las empresas.
Los contratos internacionales proporcionan protección legal, ya que especifican las obligaciones de cada parte e incluyen los términos y las condiciones de pago, pero es fundamental que estén bien redactados y contengan todos los términos y disposiciones necesarios. Por esa razón, es importante que las empresas implicadas: