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Jornada Intensiva: qué es, horarios y beneficios

29/04/2025
mujer disfrutando de la jornada intensiva

El mundo laboral ha cambiado mucho en los últimos años, aguijoneado en gran medida por las nuevas expectativas y necesidades de los trabajadores. Hoy, la flexibilidad laboral es una condición necesaria para el 45% de los empleados y el 37% incluso se plantearía cambiar de empleo si la organización no les ofreciera un trabajo flexible, según Randstad. Para satisfacer esas demandas, muchas empresas están aplicando diferentes fórmulas, como la jornada intensiva.

¿Qué es la jornada intensiva?

También conocida como jornada continuada, es aquella jornada laboral que se completa sin realizar pausas largas en el ritmo de trabajo, por lo que el empleado concentra su labor en un periodo de tiempo más corto.

Sin embargo, eso no significa que no existan pausas. El Estatuto de los Trabajadores indica que “siempre que la duración de la jornada diaria continuada exceda de seis horas, deberá establecerse un periodo de descanso durante la misma de duración no inferior a quince minutos”.

Por tanto, la gran distinción entre la jornada intensiva y la jornada partida es que no hay pausa para comer. Así, la franja laboral se reduce una hora. Si dos trabajadores entran a las 8:00, el de jornada partida saldrá a las 17:00 debido al descanso para comer, mientras que el de la jornada continuada terminaría a las 16:00.

¿Cuáles son los horarios de la jornada continuada?

Típicamente, este tipo de jornada arranca temprano y acaba al inicio de la tarde. Hay distintos horarios, pero lo habitual es que discurra de 8:00 a 16:00. En cambio, la jornada intensiva en verano suele abarcar de 8:00 a 15:00, aunque algunas empresas comienzan antes, a las 7:00. Estos horarios suelen aplicarse de julio a agosto o septiembre.

No obstante, existen diferentes variantes. En la jornada intensiva flexible, por ejemplo, los trabajadores tienen cierta libertad para ajustar su horario de entrada y salida dentro del marco de tiempo que ha definido la empresa, que suele empezar entre las 7:00 y las 9:00.

Otras organizaciones aplican una jornada intensiva parcial, limitada solo a algunos días, generalmente los viernes. Así, los trabajadores disponen de más tiempo libre antes del fin de semana y los lunes vuelven al trabajo más descansados.

Los beneficios de la jornada intensiva para la empresa y los trabajadores

La jornada continuada no solo es una fórmula para salir antes de la oficina, sino también una estrategia organizativa que mejora el bienestar de los empleados y optimiza el rendimiento. Cuando se aplica adecuadamente, todos ganan.

  1. Mayor productividad. Trabajar de manera continua elimina la pausa para comer y evita el descenso de energía de la tarde. Eso facilita un ritmo de trabajo más constante y concentrado, lo que suele traducirse en una mayor productividad y calidad.
  2. Mejora el bienestar y la conciliación. Terminar antes la jornada permite a los trabajadores disponer de más tiempo libre por la tarde para dedicarlo a hacer ejercicio, cuidar de su familia o simplemente descansar. A la larga, eso favorecerá su bienestar y salud mental.
  3. Reducción del absentismo y el estrés. Una jornada más compacta reduce la fatiga acumulada y elimina desplazamientos innecesarios. Los trabajadores descansan más, lo que contribuye a reducir las bajas médicas por agotamiento o enfermedades relacionadas con el estrés.
  4. Ahorro económico para las empresas. Menos horas en la oficina suele implicar menos consumo, ya sea de electricidad o climatización. También reduce los gastos asociados a comedores o dietas. A largo plazo, estos ahorros pueden llegar a ser significativos, sobre todo en las grandes empresas.
  5. Mejora el clima laboral y atrae talento. Un horario más flexible mejora la marca empleadora al reforzar el compromiso de la empresa con sus trabajadores. De hecho, esa medida permite atraer y retener talento, sobre todo en las nuevas generaciones, que priorizan la conciliación y la flexibilidad laboral.

Si estás pensando en implementar la jornada continuada en tu negocio, empieza analizando su viabilidad, según el tipo de actividad que desarrollas y los picos de demanda. Habla con tu equipo para conocer sus necesidades y diseña un plan piloto para ir adaptando los horarios a lo que mejor funcione. A fin de cuentas, la jornada intensiva es mucho más que un cambio de horario: es una transformación en la cultura organizativa.

Imagen vía freepik

Categoría: Recursos Humanos
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