En el contexto económico actual, marcado por elevadas tasas de interés, una gran competencia de mercado y un laberinto de opciones de inversión, muchas empresas están reevaluando sus estrategias financieras. Una práctica, en especial, destaca por ser una poderosa herramienta para optimizar la gestión de efectivo y liquidez: el cash pooling.
El cash pooling es un recurso contable al que suelen recurrir los grupos empresariales para gestionar de forma centralizada su tesorería. También conocido como “caja única” o “agrupación de efectivo”, su principal objetivo es equilibrar las distintas cuentas de las empresas que conforman el grupo.
Las organizaciones que lo aplican pueden aprovechar varios beneficios:
El cash pooling es un proceso complejo que demanda una gestión meticulosa y una planificación estratégica. De hecho, antes de implementarlo, el grupo empresarial debe clarificar su estructura y la manera en que las entidades gestionarán los fondos.
Con esos detalles claros, generalmente al final de cada jornada laboral o un día específico de cada mes, se “barren” los saldos (completos o el límite fijado de antemano) de las cuentas subsidiarias hacia o desde la cuenta central para consolidar los fondos.
A continuación, se compensan los saldos, aunque en el caso del notional cash pooling se realiza una compensación virtual para el cálculo de intereses, sin mover los fondos, como explica el Banco Central Europeo. Luego, se calculan los intereses sobre los saldos consolidados, lo que puede generar un ahorro neto de costes en términos de intereses para el grupo empresarial.
Por supuesto, esta herramienta también demanda supervisar constantemente los saldos de todas las cuentas para mantenerlos dentro de los límites establecidos y asegurarse de que la liquidez esté disponible donde y cuando se necesite.
Por último, cabe recordar que concentrar todo el efectivo aumenta el riesgo, si no se gestiona adecuadamente. Además, una entidad con problemas financieros puede afectar al resto del grupo. No obstante, si se aplica correctamente, el cash pooling permite simplificar procesos, aprovechar mejor los recursos empresariales, reducir costes y mejorar la capacidad de respuesta ante los imprevistos, lo que terminará fortaleciendo la posición financiera del grupo.