La mayoría de las pymes necesitan inversión, ya sea al inicio para poner en marcha el negocio o más adelante para afrontar problemas de liquidez, internacionalizar su actividad o ampliar su capacidad productiva. En muchos casos el emprendedor no puede afrontar esa inversión con recursos propios y necesita buscar financiación externa.
El primer paso para buscar financiación para un negocio consiste en determinar sus necesidades reales. Así podrás calcular el capital que necesitas y no caer en un sobreendeudamiento. En ese cálculo preliminar debes considerar todos tus gastos, desde los gastos de personal hasta los costes fijos como el alquiler del local, seguros, recibos de suministros y pagos a proveedores.
Si aún no has puesto en marcha la actividad, al buscar financiación para una idea de negocio tendrás que tener en cuenta los gastos de apertura del local, las licencias y trámites iniciales, así como los gastos de constitución de la empresa y la inversión inicial destinada a la compra de suministros y/o mercancía.
Buscar financiación para empresas o proyectos de negocio suele implicar llamar a la puerta de entidades financieras o inversionistas. Tendrás que presentarles un plan de negocio sólido y fiable que les convenza y anime a invertir.
Ese plan de negocio debe dejar clara tu propuesta de valor única, eso que te diferencia de la competencia y hace que las personas quieran contratar tus servicios o comprar tus productos. También debes esbozar la viabilidad económica de tu proyecto, detallando tanto tu modelo de negocio como la previsión de costes y ganancias a corto, medio y largo plazo.
Existen diferentes formas de financiación, la elección de una u otra puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso de un proyecto empresarial. Si tienes una empresa tecnológica, por ejemplo, las líneas de financiación de proyectos I+D+i del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial pueden ser una excelente opción, así como las aceleradoras e incubadoras de startups o el Venture Capital.
Si tienes un negocio más tradicional o ya consolidado, además de los préstamos bancarios puedes recurrir a las líneas ICO, las cuales contribuyen a mejorar la liquidez de las pymes o las ayudan a crecer y/o internacionalizarse. Existen otras estrategias de financiación, como el leasing, que te permite usar determinados bienes o inmuebles pagando una renta durante cierto periodo de tiempo y, al terminar el contrato, puedes comprarlos pagando el precio residual.
Buscar financiación para tu proyecto implica que tendrás que preparar diferentes documentos. Si ya tienes una pyme, el pool bancario es fundamental, pues en este documento se detallan todos los productos de financiación bancaria que tienes contratados y las entidades con las que trabajas.
También tendrás que demostrar tu capacidad de reembolso, aportando la documentación económica y financiera de tu negocio. Puedes justificarla recurriendo a facturas proforma, previsiones de crecimiento, declaración de bienes, certificados de valores y/o los saldos en cuenta de la empresa.
Cuando decidas cuál es la fuente de financiación más adecuada para suplir las necesidades de tu negocio, habrá llegado la hora de la negociación. Contar con el aval de una SGR te allanará el camino.
Si te interesa la información acerca de la situación de las pymes españolas y las personas que trabajan por cuenta propia (autónomos/as) en relación con la financiación ajena, puedes descargar aquí el último Informe sobre la financiación de la pyme en España, realizado por Cesgar.
No solo podrás brindar una imagen más profesional y solvente, sino que también te permitirá ampliar tu capacidad de endeudamiento para tener acceso a préstamos que inicialmente no estaban a tu alcance. Un aval para buscar financiación para tu negocio también puede reducir los costes financieros de la operación, ya que este disminuye el riesgo de cara a las entidades financieras. Además, te permitirá negociar plazos de devolución más ventajosos y/o acceder a tasas de interés más bajas.