La cuenta de resultados, también conocida como cuenta de pérdidas y ganancias, es uno de los documentos contables más importantes de una empresa. Muestra la utilidad o pérdida del negocio durante cierto periodo de tiempo, ya sea un mes o un año, por lo que es esencial para entender su rendimiento, comparar su desempeño con la competencia y tomar decisiones estratégicas de cara al futuro.
La cuenta de resultados es uno de los cinco estados financieros más importantes de una empresa. Revela cómo los ingresos se transforman en beneficio según se restan los gastos. Por consiguiente, proporciona una visión rápida de los gastos más relevantes, para identificar las áreas o procesos en los que se puede recortar para eliminar costes innecesarios.
La cuenta de resultados también es una herramienta muy valiosa para medir la rentabilidad del negocio. Gracias a esa información, podrás saber si tu empresa tiene resultados positivos o negativos y determinar el margen que obtienes en las diferentes áreas. Además, podrás comparar su rendimiento con el de otras empresas del sector para determinar si es necesario aplicar alguna acción correctiva.
Este documento también es muy valioso para los inversores, quienes lo usan para calcular el valor del negocio. Asimismo, las entidades bancarias utilizan la cuenta de resultados para determinar la capacidad de endeudamiento de una empresa y la facilidad con que podría devolver el préstamo.
La cuenta de resultados contiene todas las operaciones y transacciones realizadas en cierto periodo de tiempo. Dado que cada empresa es única, debe operar con información diferente en cuanto al nivel de detalle y clasificación, por lo que es difícil hacer referencia a una estructura o formato estándar para elaborar la cuenta de resultados.
Para tener una información fidedigna que facilite la gestión y el control de tu actividad, la cuenta de resultados debe reflejar todas las líneas de negocio, tipos de clientes, proveedores y, en general, el sector donde opera. No obstante, en sentido general, este documento se estructura alrededor de estos conceptos contables:
El punto de partida para interpretar la cuenta de resultados es comprobar si arroja un resultado positivo o negativo. No obstante, desde el punto de vista financiero, ese resultado no implica que la empresa tenga más o menos liquidez o tesorería, ya que muchas veces los ingresos o los gastos tienen plazos de cobro y pago distintos, y generan posiciones de liquidez que difieren de las cifras indicadas en la cuenta de resultados.
Por esa razón, más allá del saldo positivo o negativo, es fundamental que analices otros indicadores que te permitan comprender cómo mejorar los ingresos y a qué coste. Evaluar los ingresos y gastos de forma desagregada, por ejemplo, te permitirá conocer el umbral de rentabilidad de tu negocio y determinar si la gestión está dando los resultados esperados.
La cuenta de resultados de la empresa también permite comprobar los costes máximos de estructura que puedes mantener, según las ventas y tus costes directos fijos y variables. Si te fijas en los costes financieros del negocio, podrás saber si el endeudamiento está bajo control o es excesivo, en cuyo caso es probable que termine ahogando las ganancias y provocando pérdidas.
Por último, el análisis de la cuenta de resultados también revela los beneficios para que puedas fijar el reparto entre los propietarios o destinarlo a nuevas inversiones que contribuyan al ulterior crecimiento del negocio. Con esa visión general, podrás tomar decisiones estratégicas para optimizar el funcionamiento de tu empresa, minimizando los gastos y pérdidas, y maximizando las ganancias y rentabilidad.