La globalización provocó una profunda reestructuración de las economías en todo el mundo, impactando en diferentes áreas de las organizaciones, sobre todo en la gestión de las cadenas de suministro, la manufactura y los servicios. Como resultado, las industrias de los países más desarrollados, en especial Estados Unidos y las naciones europeas, deslocalizaron gran parte de su proceso productivo, apostando por un modelo offshore.
Sin embargo, los tiempos están cambiando y, aunque las empresas siguen sufriendo la presión de reducir costes para ser más competitivas en un mercado global saturado, se está apreciando un fenómeno diferente: el nearshore. Esta alternativa ha cobrado auge en las dos últimas décadas, fundamentalmente de la mano de empresas del Reino Unido, Francia, Italia y Dinamarca.
El nearshore, también conocido como nearshoring, es un tipo de subcontratación o externalización de algunos de los servicios o actividades de la empresa hacia países que permiten reducir gastos, generalmente debido al menor coste salarial, aunque también puede ser conveniente por las materias primas de mayor calidad, ciertas ventajas fiscales o el acceso a habilidades técnicas.
A diferencia del offshore, la empresa que elige el nearshore se decanta por países cercanos para beneficiarse de su proximidad geográfica, los vínculos económicos y políticos, así como las similitudes culturales y legales. En Europa, los principales destinos nearshore son: España, Portugal, República Checa, Hungría, Polonia, Eslovaquia, Rumanía y Bulgaria.
Un estudio sobre los procesos de deslocalización y relocalización de las empresas reveló que los negocios que eligieron el modelo offshore tardan una media de 12,6 años en relocalizar su producción o realizar el nearshoring. Sus principales motivaciones son: reducir los costes, optimizar la estrategia de negocio y acceder a la tecnología.
De hecho, la disponibilidad de las nuevas tecnologías está influyendo en la decisión de acercar la producción a la empresa matriz, puesto que contribuye a disminuir drásticamente los costes operativos de la manufactura y, al mismo tiempo, demanda personal más cualificado, que posea habilidades y conocimientos tecnológicos más especializados.
Por consiguiente, las ventajas del nearshore son cada vez más interesantes para las empresas:
El 80 % de las empresas que se deslocalizan pretenden ahorrar costes, según señaló un estudio realizado en la Universidad de Navarra. El principal beneficio del nearshore es que permite disminuir los costes fijos, sobre todo en términos de salarios y cargas sociales. Con esta estrategia de outsourcing podrás tener una plantilla más pequeña y dedicar menos tiempo y recursos a la gestión del personal, lo cual representa un ahorro por partida doble.
El nearshore también representa un ahorro adicional en términos de instalaciones, ya que, al contar con recursos remotos, podrás reducir los costes que implica mantener unas instalaciones físicas en el país de la empresa matriz.
El nearshore representa una doble ventaja para las empresas. Por una parte, la cercanía geográfica permite ahorrar costes en el envío de mercancías, así como evitar los típicos obstáculos y tasas aduaneras que se generan al comerciar con países fuera de la Unión Europea. También implica una reducción del tiempo de transporte y un servicio más eficaz al cliente.
Por otra parte, el hecho de que no existan más de tres o cuatro horas de diferencia, facilita la comunicación y el control de los tiempos, además de ser un factor esencial para empresas que necesitan un call center, por ejemplo.
El ahorro económico que representa el nearshore se puede reinvertir en otras áreas del negocio para hacerlo crecer. La externalización de algunos servicios también te permitirá ganar escalabilidad, de manera que podrías poner en marcha una estrategia de internacionalización sólida que incremente los ingresos de tu pyme.
La posibilidad de externalizar algunos de los procesos confiere una estructura más flexible a tu negocio, por lo que podrás responder de manera más ágil a los cambios del mercado. Eso te permitirá ser más competitivo en comparación con las grandes empresas que tienen estructuras más rígidas. Además, la reducción de costes que implica el nearshore te brinda la posibilidad de bajar los precios y ganar una mayor cuota de mercado.
Cuando una empresa se deslocaliza, el equipo de trabajo se encuentra lejos, de manera que el acceso es más limitado, lo cual puede afectar a la eficiencia de la estructura de gobernanza. Sin embargo, la cercanía geográfica que aporta el nearshore permite estar más cerca del equipo, por lo que es más fácil supervisar su trabajo y garantizar los estándares de calidad necesarios.
De hecho, un estudio realizado en los centros de llamadas reveló que, en el 45 % de los casos, la calidad del servicio se ve afectada por el offshoring. Las ubicaciones lejanas pueden tardar el doble en resolver una consulta, lo cual afecta a la calidad del servicio. En cambio, el modelo nearshore mejora la calidad del servicio y, por ende, el nivel de satisfacción de los clientes.
El modelo nearshore ya no se limita a la manufactura, también está llamando la atención de las empresas tecnológicas. De hecho, es una alternativa muy interesante para ampliar su fuerza laboral captando talento de países cercanos. Además, tener una cultura o idioma similar facilita la integración de esos profesionales en el flujo de trabajo de la empresa matriz, reduciendo el periodo de inserción.
Las diferencias culturales e idiomáticas pueden convertirse en un obstáculo sustancial para las empresas. En cambio, tener una cultura similar facilita el proceso de externalización, contribuyendo a evitar retrasos, problemas de comunicación y malentendidos.
La existencia de lazos económicos entre los países también agiliza el proceso burocrático. Si el país que eliges para el nearshore cuenta, además, con una normativa mercantil y fiscal similar a la que se aplica en España, evitarás sanciones por el desconocimiento de la ley.
La tecnología informática, los call centers y la contabilidad son las actividades más deslocalizadas, aunque eso no significa que no puedas apostar por el nearshore para externalizar otras operaciones de tu pyme. Puedes contratar los servicios nearshore para:
Inditex y Mango son dos grandes empresas españolas que aplican el nearshore. Ambas han incorporado a Turquía como parte del engranaje de sus cadenas de valor. Inditex, por ejemplo, ha reducido su apuesta offshore en países como China, Camboya y Bangladés para aumentar en más de un 6 % el número de proveedores y en casi un 2 % sus fábricas en Turquía en 2020.
Mango también mantiene una fuerte alianza con Turquía, sobre todo desde el punto de vista productivo. En la actualidad, cuenta con 210 fábricas en dicho país, que se ha convertido en su segundo proveedor. De hecho, esta empresa textil tiene un 40 % de su producción en cercanía.
Fexco, una fintech que proporciona servicios de tecnología financiera con sede en Irlanda, es otro ejemplo de nearshoring en España. En 2016, necesitaba modernizar su base tecnológica y reemplazar su software, heredado en las instalaciones, con soluciones basadas en la nube, de manera que contrató a desarrolladores de España y Polonia, con los que todavía mantiene equipos internos trabajando en varios proyectos.