El contrato mercantil es un documento esencial para que los autónomos puedan trabajar con otras empresas. Poner por escrito todos los detalles de la relación comercial te brindará más tranquilidad ya que representa un resguardo desde el punto de vista legal. Por tanto, si estás pensando en darte de alta como autónomo, deberías conocer este tipo de contrato.
El contrato mercantil determina las pautas de la prestación de servicios entre dos personas físicas o jurídicas. Se trata de un acuerdo mutuo, voluntario y en igualdad de condiciones en el que la parte contratante, normalmente una empresa, se compromete a pagar cierta suma a quien presta los servicios, generalmente el autónomo.
A diferencia del contrato laboral, con el contrato mercantil el autónomo actúa como un trabajador independiente, no depende de la empresa ni está bajo su dirección. Eso implica que la empresa no tiene que realizar pagos a la Seguridad Social, ya que estos corren a cargo del autónomo, y que no recibirá una indemnización por la finalización del contrato, a menos que este sea rescindido unilateralmente y en sus cláusulas prevea una penalización.
Trabajar para clientes sin un contrato firmado implica que la relación comercial se puede romper en cualquier momento sin previo aviso, lo cual puede dejar al autónomo en una posición de precariedad. Con un contrato mercantil de autónomo te blindas ante esa posibilidad ya que puedes incluir una cláusula de penalización económica en caso de que la empresa decida prescindir de tus servicios antes del tiempo previsto por causas ajenas a ti. Así tendrás una mayor estabilidad laboral y unos ingresos más estables.
A diferencia del contrato laboral, con un contrato de autónomo eres tu propio jefe, de manera que tienes cierta libertad para planificar el trabajo y la jornada laboral, siempre dentro de los límites pactados en el contrato. Esa autonomía te permitirá conciliar mejor tu vida laboral y personal.
Dado que puedes firmar diferentes contratos mercantiles con distintas empresas, según tu capacidad de trabajo, la posibilidad de aumentar los ingresos a fin de mes es mayor. Los contratos a autónomos también representan un ahorro para las empresas ya que eliminan los costes que representa un empleado, por lo que pueden pagarte más por tus servicios. Y si tu cartera de clientes crece, puedes contratar otros empleados como autónomo.
Existen diferentes tipos de contratos mercantiles, según el tipo de relación comercial que se establece. En los contratos de cambio, por ejemplo, se intercambia un bien o servicio por otro, pero también existen contratos de préstamo, seguros o de garantía.
En el día a día del autónomo los contratos de colaboración son los más comunes. Son aquellos en los que una parte se compromete a realizar una actividad para la otra con el objetivo de conseguir un resultado específico. Los más comunes son los contratos de comisión, edición o agencia.
Otro tipo de contrato comercial común que han subscrito 188.000 autónomos en España, según datos de la Agencia EFE, es el TRADE (Trabajadores Autónomos Económicamente Dependientes). Este contrato se firma cuando el autónomo recibe un 75% o más de sus ingresos de un solo cliente, por lo que tiene una dependencia de este. A diferencia de otros contratos mercantiles, en este caso el autónomo tiene derecho a cobrar una prestación por desempleo si es despedido o si el cliente incumple su parte del acuerdo. También puede disfrutar de 18 días de vacaciones no remuneradas y de permiso de maternidad.
Para que el contrato mercantil sea legítimo debe contener al menos esta información:
- Identificación de las partes implicadas. El contrato mercantil debe tener el NIF, nombre comercial, razón social y domicilio de la empresa y el autónomo, así como la firma de ambos.
- Objeto del contrato. El documento debe dejar claro cuáles son los servicios brindados.
- Obligaciones y derechos. El contrato mercantil debe recoger las condiciones con las que ambas partes se comprometen, así como las posibles penalizaciones en caso de incumplimiento de las mismas.
- Duración. Es conveniente indicar el periodo de validez del contrato, señalando la fecha de inicio y fin de la relación comercial.
- Forma de pago. El contrato comercial debe reflejar la forma de pago, el precio total del servicio incluidos los impuestos, la manera en que se abona y los plazos de pago.
Dado que la empresa no cotiza por el autónomo ni le paga una nómina mensual, debes emitir una factura cuando termines el trabajo. Esas ganancias están sujetas a los impuestos y debes pagar las cuotas a la Seguridad Social.