Con el nuevo año, también suelen llegar novedades fiscales sobre las que los autónomos deben estar informados. 2022 no será la excepción, la cuota de autónomos ha vuelto a subir, encadenando una década en la que la cotización por la base mínima ha experimentado un incremento total del 15%, lo cual ha supuesto casi 500 euros más al año. Como resultado, en ese periodo de tiempo ha aumentado la brecha entre la carga que soportan los autónomos en España por el pago de sus seguros sociales y la de otros países de la Unión Europea.
Todos los trabajadores autónomos están obligados a cotizar en el RETA pagando la cuota correspondiente entre la base mínima y la máxima. Sin embargo, esa cuota no tiene una cuantía fija, sino que suele aumentar cada año.
El Real Decreto-ley 28/2018, de 28 de diciembre prevé un aumento progresivo de los tipos de cotización, aplicables por contingencias profesionales y por cese de actividad a los trabajadores autónomos, incluidos en el Régimen Especial de la Seguridad Social de los Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos y en el Régimen Especial de la Seguridad Social de los Trabajadores del Mar.
Esos incrementos estaban previstos hasta 2021, momento a partir del cual el tipo de cotización sería el que estableciera la Ley de Presupuestos Generales del Estado. De hecho, el aumento de la cuota de autónomos es independiente de las revisiones de las bases mínimas de cotización al RETA, que suele realizarse cada año cuando se presentan los Presupuestos Generales del Estado.
Esa subida anual se debe a una recomendación realizada en el Pacto de Toledo, en el cual se recogen diferentes acuerdos sobre el sistema de la Seguridad Social para estabilizar las reformas que se vayan introduciendo, independientemente del partido político que gobierne. El objetivo es ir acercando las cotizaciones de los autónomos a las de los trabajadores asalariados, una medida que ha contado con el apoyo de las organizaciones de autónomos más representativas.
Por consiguiente, desde el 1 de enero de 2019 todos los autónomos tuvieron que cotizar por contingencias profesionales, cese de actividad y formación bonificada. Por eso se produjo un aumento del tipo general y de la base de cotización. Sin embargo, la ley también incluyó un aumento progresivo durante los próximos años por:
Tipo por contingencias profesionales del 0,9 % del año anterior, al 1,1 % en 2020 y al 1,3% en 2021
Cese de actividad, pasando del 0,7 % actual al 0,8 % en 2020 y el 0,9 % en 2021
Eso significa que en 2019 la cuota de autónomos a la Seguridad Social subió un 0,3 %. Para un trabajador que cotizara por la mínima, ese incremento suponía 2,84 euros al mes, un total de 34,2 euros más anuales. En el caso de los autónomos societarios, la subida mensual era de 3,64 euros, sumando 43,7 euros más al año.
Sin embargo, en 2021 la subida de la cuota de autónomos que estaba prevista se paralizó durante gran parte del año, primero por la llegada de la pandemia para aliviar los problemas económicos que estaba sufriendo este sector y más tarde por la subida del Salario Mínimo Interprofesional, una condición que suele suponer una actualización de las cuotas, pero cuyo aumento no llegó a materializarse. En 2022, con la entrada en vigor de los Presupuestos Generales del Estado, se aplican las nuevas cuotas de autónomos.
En los Presupuestos Generales del Estado se contempla la subida de las cuotas de autónomos a la Seguridad Social. Específicamente, pasarán del 30,3% al 30,6% de la base de cotización debido a que se producen dos aumentos importantes:
Esa subida representará un aumento de entre 36 y 149 euros para los autónomos que sean personas físicas y de entre 44 y 149 para los autónomos societarios.
En cambio, las contingencias comunes y la formación profesional no sufrirán cambios: se mantendrán con un 28,3% y un 0,1% de la base de cotización, respectivamente.
La nueva cuota de autónomos también prevé un incremento de las bases de cotización. Los Presupuestos Generales del Estado establecen la subida tanto de la base de cotización mínima, que pasa de 944,40 euros mensuales a 960,60, como de la base de cotización máxima, que aumenta de 4 070,10 a 4 139,40 euros al mes. Por consiguiente, se trata de una subida adicional de unos 60 euros anuales para los trabajadores autónomos y aproximadamente 76 euros al año para los societarios.
La Asociación de Trabajadores Autónomos ha calculado que las nuevas cuotas implicarán un aumento de entre 96 y 225 euros al año. Como resultado, en 2022 un autónomo que cotice por la base mínima tendrá que pagar un total de 294 euros al mes, lo cual implica 8 euros más que la cuota de 2021. Quien cotice por la base máxima pagará 1 266,66 euros mensuales. Los autónomos societarios que coticen por la base mínima pagarán 377,87 euros al mes.
La OCDE ha recomendado eliminar la posibilidad de que los autónomos elijan sus bases de cotización, una medida que avala el actual gobierno, que ya se había propuesto aplicar un sistema de pago según los ingresos reales del autónomo.
Este cambio podría beneficiar a los autónomos que no alcancen los ingresos necesarios para equipararse al Salario Mínimo Interprofesional, los cuales pagarían una cuota más reducida. Sin embargo, es probable que suponga un aumento de las bases de cotización para muchos otros autónomos que cotizan por la base mínima, pero que en realidad ganan más.
Según un informe de PwC, el 86,3% de los autónomos persona física cotizan por la base mínima pero el 70 % declaran un salario superior al salario mínimo interprofesional, por lo que este cambio supondría una subida de las cotizaciones para la mayoría de estos profesionales, si bien es una medida compleja de poner en práctica.
Con la reforma de las pensiones que se ha propuesto desde el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, se pretende implantar un nuevo modelo de cuotas de los autónomos que se empezaría a aplicar de forma progresiva a partir de 2023 y que tendría en cuenta los ingresos reales de los autónomos.
De hecho, esas cuotas para los autónomos no se aplicarían inmediatamente, sino de manera paulatina hasta 2030 y siempre ajustándolas a la inflación. Durante el periodo transitorio, se establecerá una cotización intermedia por tramos, cuya cuantía irá aumentando progresivamente para los profesionales con más ingresos, pero también se reducirá para aquellos que ganen menos del salario mínimo interprofesional.
Aunque todavía está pendiente de negociar, los primeros bocetos hacen referencia a 13 tramos de ingresos que se asociarían a diferentes cuotas. Si se aprueba la reforma, a partir de 2031 un autónomo que gane menos de 3 000 euros anuales pagaría una cuota de 90 euros mensuales y aquellos que ingresen más de 48 841 euros al año tendrían que desembolsar 1 220 euros al mes.
En ese caso, los autónomos tendrían la posibilidad de elegir provisionalmente su base de cotización entre esos 13 tramos, teniendo en cuenta sus previsiones de rendimientos, y podrían cambiar la elección seis veces a lo largo del año para ajustarla a sus ganancias reales.