A la hora de emprender un negocio, hay que tener en cuenta muchísimos factores, desde la financiación y la fuerza de la competencia hasta los márgenes y la promoción de los productos o servicios. Un detalle que a menudo se pasa por alto, pero que es trascendental en un mercado donde los productos compiten por atraer la atención de los consumidores en estanterías abarrotadas y tiendas en línea es el packaging.
La presentación influye enormemente en la percepción de los clientes, por lo que puede impulsar las ventas o, al contrario, obstaculizarlas. El packaging contribuye de manera decisiva al éxito de un producto pues, aunque cuente con una buena campaña de publicidad, el consumidor suele tomar la decisión de compra cuando se encuentra delante del producto. Y en ese momento, lo que ve es el diseño del embalaje.
¿Qué es el packaging?
El packaging o empaquetado engloba todas las actividades dirigidas a preparar los productos para distribuirlos, almacenarlos, venderlos y usarlos con seguridad. Sin embargo, va más allá de lo funcional, ya que también incluye un elevado componente de marketing.
Además de proteger los productos y brindar información relevante sobre los mismos, otro de sus objetivos es captar la atención de los consumidores, generando un impacto visual a través de diseños atractivos que los animen a comprar y refuercen la identidad de marca.
Ventajas de elaborar un buen packaging
El diseño de las latas de sopa Campbell es tan emblemático que inspiró la icónica obra del arte pop de Andy Warhol. La mayoría de las personas también reconoce de un vistazo una caja de cigarrillos Marlboro, el frasco del perfume Chanel No. 5 o la cajita Happy Meal de McDonald’s. Todos esos ejemplos muestran que un buen packaging puede convertirse en un activo estratégico para la marca.
- Genera demanda. Un empaquetado bien pensado consigue llamar la atención del consumidor y despertar su interés. Un estudio publicado en la revista Psychology & Marketing reveló que un diseño atractivo provoca una actividad cerebral intensa en las zonas relacionadas con la recompensa, lo cual estimula las compras por impulso.
- Diferencia las marcas. En el mercado existen miles de productos que compiten por la atención de los consumidores. El packaging ayuda a la marca a distinguirse de la competencia y posicionarse en el top of mind. Al ser reconocible, el cliente también puede diferenciar el producto rápidamente, lo que facilita el acto de compra.
- Comunica los valores empresariales. Un diseño bien pensado crea una narrativa visual que transmite los valores esenciales de la marca o del producto, como calidad, tradición, sostenibilidad o responsabilidad social. Es una vía de comunicación rápida que ayuda a los consumidores a elegir, mientras fomenta una conexión más profunda con los principios que defiende la empresa.
- Incrementa el valor percibido del producto. El packaging no solo es una herramienta de marketing, también puede facilitar el uso del producto. El tubo distintivo de Pringles, por ejemplo, protege mejor las patatas que las bolsas tradicionales, además de facilitar su consumo y almacenamiento. Ese valor añadido es un elemento diferenciador que puede inclinar la balanza a su favor en el momento de la compra o, incluso, hacer que los consumidores estén dispuestos a pagar un precio mayor.
A la larga, un buen diseño del embalaje o empaquetado logrará que la marca sea más memorable y contribuirá a fidelizar a los clientes e incrementar las ventas.
Siete ideas para diseñar un packaging inolvidable
Para diseñar el envase o envoltura, primero debes tener en cuenta las características físicas del producto, desde su composición y tamaño hasta su forma, peso y fragilidad. El segundo factor clave es tu buyer persona, necesitas conocer sus preferencias y los motivos que guían la compra. Con esos datos en mente, puedes aplicar diferentes estrategias de marketing:
- Diseña un packaging con facing. Lo que no se ve, no se vende. Asegúrate de que el paquete pueda colocarse de pie en los estantes, de manera que los consumidores vean la cara principal. De poco te servirá diseñar un envase original, si no se mantiene en pie, como ocurre con muchos envoltorios de plástico.
- Elige los colores adecuados. Un estudio realizado en la South East European University reveló que el 79 % de los consumidores reconoce que el color del packaging influye en sus decisiones de compra. Para elegir los colores correctos, considera las sensaciones que quieres transmitir y las asociaciones entre ciertos colores y productos. El negro, plateado y dorado, por ejemplo, se asocian a productos gourmet, mientras que el verde y el marrón a productos ecológicos.
- Usa las imágenes para transmitir mensajes. Una imagen vale más que mil palabras. No es casual que, en ese mismo estudio, el 84 % de los consumidores señalara que el diseño del producto influía en la compra. Por tanto, recurre a imágenes originales que te permitan diferenciarte y transmitan un mensaje claro, en sintonía con tu marca.
- Narra una historia. Cada producto tiene una historia detrás, por lo que puedes intentar contarla a través del envoltorio. Ya sea el proceso de creación, la inspiración detrás del producto o el impacto que quiere generar, el storytelling agrega profundidad y significado, contribuyendo a la diferenciación.
- Sé transparente. En una era caracterizada por una mayor conciencia del consumidor, la transparencia es fundamental. Indica en el envase detalles como los ingredientes, el origen del producto o el proceso de fabricación. Incluye certificados oficiales, porcentajes específicos en vez de enunciados vagos y afirmaciones verificables. Eso fomentará la confianza y la lealtad hacia la marca.
- Aporta valor con el envase. Una estrategia de diferenciación consiste en lograr que el envase aporte un valor añadido al producto. Un sistema de cierre, dosificación o que permita cortar fácilmente el producto pueden ser la clave para captar clientes y fidelizarlos. Otra estrategia para añadir valor consiste en dar un doble uso al envase, de forma que los consumidores puedan reutilizarlo.
- Implica al consumidor. Cuando la persona interactúa con el producto, aumentan las probabilidades de que lo compre. Una manera original para fomentar la implicación consiste en incluir códigos QR en el envase para brindar información adicional o promocionar ofertas y descuentos.
¿Cómo medir el éxito de tu packaging?
Un buen packaging no solo es atractivo visualmente, sino que debe cumplir objetivos claros, como captar la atención del consumidor, comunicar los valores de la marca y, sobre todo, impulsar las ventas. Por ese motivo, es fundamental que midas el éxito de la presentación de tu producto para que sepas si está funcionando según lo previsto.
- Análisis de las ventas. Una de las formas más directas de evaluar el impacto del packaging consiste en observar cómo han evolucionado las ventas desde su implementación. Si el diseño ha mejorado la percepción del producto o ha llamado más la atención, tus ganancias deberían aumentar.
- Estudios de mercado y encuestas. Recopilar la opinión de tu público objetivo también te ayudará a saber si el packaging que has elegido es el más adecuado. Puedes preguntar a tus clientes qué opinan sobre el diseño, la funcionalidad y el mensaje que transmite el envoltorio o envase, realizando encuestas rápidas en los puntos de venta o las redes sociales.
- Métricas en redes sociales. Un buen packaging destaca por ser instagrameable; es decir, los clientes lo comparten en sus perfiles o, incluso, disfrutan haciendo unboxing. Por tanto, monitoriza hashtags, menciones y publicaciones relacionadas con tu producto para saber qué nivel de engagement genera su diseño.
- Impacto en la fidelidad del cliente. ¿El nuevo diseño está animando a tus clientes a volver a comprar? Si notas un incremento en la retención de clientes tras un cambio en el packaging, es probable que esté cumpliendo su función.
- Coste-beneficio. Por supuesto, también es vital que analices si la inversión en el diseño y la producción de tu packaging se justifica, en función del retorno económico que genera. Un envase o embalaje exitoso no solo debe ser atractivo, sino también rentable.
En resumen, si el packaging no está en tu lista de prioridades, es hora de replanteártelo porque es la carta de presentación de tu producto. Invertir tiempo y esfuerzo en su diseño no es un lujo, sino una necesidad en los tiempos que corren. Asegúrate de que tu propuesta no solo envuelva y proteja el producto, sino que cuente una historia, conecte con los valores de tu público y atraiga a tus clientes potenciales. Y si necesitas hacer un rediseño o comenzar desde cero, recuerda que Con Aval Si ofrece tanto avales financieros como técnicos para que puedas poner en marcha o hacer crecer tu negocio.