Cinco de cada diez pymes (47,7%) necesitaron financiación en 2024, el equivalente a más de 1,6 millones de negocios, según el “XIV Informe sobre Financiación de la pyme en España”. Cada vez que una empresa solicita un préstamo o crédito, tiene que presentar varios documentos que acrediten su situación financiera, uno de ellos es el pool bancario.
El pool bancario es una especie de “radiografía” de la deuda financiera que tiene la empresa o el autónomo. Este informe refleja todos los préstamos, créditos y avales, así como los límites de cada producto financiero y sus respectivos plazos de vencimiento. Por tanto, es esencial para conocer el nivel de endeudamiento y la solvencia del negocio.
Por ejemplo, una pyme podría tener un pool bancario en el que figure una línea de crédito con su banco principal, un préstamo a largo plazo con otra entidad para financiar la compra de maquinaria o un proceso de internacionalización y un aval técnico para presentarse a licitaciones.
Cabe aclarar que el pool bancario complementa la información que los bancos pueden obtener de la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE), una base de datos pública que recopila las deudas vigentes o impagadas superiores a 6.000 euros que los clientes han contraído con las entidades de crédito.
El pool bancario no es un simple documento que refleja las obligaciones económicas, es una herramienta estratégica que revela la salud del negocio, su capacidad de negociación y su margen de maniobra ante imprevistos. A continuación, resumimos los aspectos principales que hacen del pool bancario un documento clave para las empresas.
El pool bancario agrupa todas las operaciones de financiación que la empresa mantiene abiertas con distintas entidades, por lo que permite conocer rápidamente su estado de endeudamiento.
Al mostrar el capital pendiente de amortizar en cada instrumento, así como el calendario de pago y la carga financiera futura, favorece la identificación de concentraciones de vencimientos o escaladas de costes que demanden una refinanciación.
El pool bancario aporta datos objetivos que la empresa puede utilizar para negociar mejores condiciones con las entidades financieras, ya sea reducir los tipos de interés o ampliar los plazos de pago. Además, demuestra que el negocio gestiona adecuadamente su pasivo, lo que mejora la credibilidad y disminuye el riesgo.
Un pool bancario claro y actualizado facilita las auditorías y due diligence, ya que presenta un registro ordenado de pasivos, garantías y cumplimiento de condiciones. En el caso de los inversores, bancos o auditores, eso se traduce en tiempos de revisión más cortos y una mayor confianza en la gestión.
Tener una visión global de las deudas empresariales permite entender mejor los pilares financieros en los que se sustenta la actividad. Así será más fácil tomar decisiones estratégicas que fomenten la sostenibilidad del negocio y su crecimiento a lo largo del tiempo.
Aunque parece complicado, hacer un pool bancario es relativamente sencillo. El primer paso consiste en recopilar todos los datos de los préstamos, créditos, avales u otros tipos de financiación que la empresa tenga. Con esa información, incluye en el informe:
Entidades bancarias. Todos los bancos con los que el negocio ha contraído obligaciones de pago.
Tipo de deuda. Señalar si se trata de préstamos, líneas de crédito, leasing o cualquier otro tipo de deuda a corto o largo plazo.
Saldos pendientes. Indicar el capital que se debe pagar a cada entidad y el total de la deuda.
Tipos de interés. Reflejar las tasas que se aplican a cada producto financiero para calcular los intereses.
Fechas de vencimiento. Apuntar cuándo vence cada deuda y las fechas de los pagos correspondientes.
Garantías y avales. Si la empresa tiene garantías asociadas a las deudas, también debe especificarlas en el pool bancario.
Por último, no olvides verificar esa información con tus registros contables y tus movimientos bancarios para identificar y corregir posibles discrepancias.
Este ejercicio te aportará una visión más clara de la situación de tu negocio, por lo que es conveniente que realices el pool bancario trimestralmente, aunque solo sea para uso interno. Así podrás evitar sorpresas desagradables y gestionar mejor la relación con los bancos.