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Selección De Personal: Selección de personal
Cuando los autónomos ganan nuevos clientes o deciden emprender proyectos más ambiciosos, tienen que empezar a pensar en la contratación de personal. Es habitual que acaben empleando a familiares que ya les echaban una mano en el negocio de manera puntual. Esos trabajadores podrían entrar dentro de la categoría “autónomos colaboradores”, una figura que se beneficia de algunas bonificaciones, lo que te permitirá seguir creciendo con el apoyo de personas de confianza mientras alivias la carga económica inicial que implica ampliar la plantilla.
¿Qué es un autónomo colaborador?
Los autónomos colaboradores son los familiares directos de los autónomos titulares, que trabajan para él y conviven bajo su mismo techo. Esta figura representa el 5,2% del total de los autónomos, según los últimos datos de la Seguridad Social. Curiosamente, también ha sido el colectivo que más ha disminuido en términos absolutos en 2024, en comparación con el año anterior.
A efectos de la Agencia Tributaria, solo los siguientes familiares pueden catalogarse como autónomos colaboradores:
- Cónyuge, incluidas las parejas de hecho que estén inscritas en el registro correspondiente y puedan acreditar que han convivido al menos 5 años.
- Padres.
- Hijos mayores de 16 años.
- Otros familiares por consanguinidad o afinidad hasta el segundo grado, por lo que podría tratarse de abuelos, nietos, hermanos, cuñados, suegros y yernos o nueras.
Sin embargo, para formar parte de la categoría de autónomo colaborador no basta con ser familiar, también hay que cumplir otros requisitos:
- Vivir en el mismo hogar del autónomo titular y estar a su cargo.
- No estar dado de alta como trabajador por cuenta ajena.
- Que no sea una colaboración puntual, debe estar empleado por el autónomo titular de manera habitual, lo cual implica que el autónomo colaborador tiene que estar dado de alta un mínimo de 90 días en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social.
Vale aclarar que esta figura no tiene cabida cuando se trata de autónomos societarios que ejercen su actividad profesional a través de una Sociedad Limitada.
¿Qué bonificaciones tienen los autónomos colaboradores?
Los autónomos colaboradores no pueden disfrutar de la tarifa plana que se aplica a quienes comienzan a trabajar por cuenta propia. Tampoco tienen la posibilidad de aprovechar la denominada “cuota cero” con la que algunas Comunidades Autónomas cubren al 100% las cuotas a los autónomos que inicien su actividad en sus territorios.
Sin embargo, en 2015 se aprobó una normativa en materia de autoempleo que incluyó bonificaciones para los autónomos colaboradores. El objetivo de esta medida, que se mantiene vigente, es favorecer la cotización de los familiares de los autónomos que trabajan en el negocio familiar.
De hecho, si decides incorporar a un familiar a tu actividad, debes tener en cuenta que tiene que cotizar a la Seguridad Social independientemente de las horas trabajadas, aunque tienes la posibilidad de aprovechar la siguiente bonificación durante los primeros dos años.
- Bonificación del 50% de la cuota de autónomos durante los 18 meses después de haberse dado de alta en la Seguridad Social. Con esta bonificación podrás contratar a un familiar pagando solo 156,5 euros al mes, en vez de los 314 euros que representa la cuota de estos autónomos en 2025.
- Bonificación del 25% desde el mes 19 al 24 después del alta en la Seguridad Social. Esta subvención de seis meses tiene el objetivo de facilitar la transición al pago de la cuota completa, para que puedas ir ajustando tus cuentas. En este periodo pagarás 234,75 euros.
Cabe aclarar que dicha bonificación se aplica a la base por contingencias comunes correspondiente a la cuota mínima. Desde 2023, el autónomo colaborador cotiza por la base mínima de 1.000 euros porque, como es difícil conocer con certeza sus rendimientos netos, cuando entró en vigor del nuevo sistema de cotización por ingresos reales, la Seguridad Social determinó una base y cuota mínima para este tipo de afiliados.
A lo largo de 2025 la base mínima de 1.000 euros no debería variar, aunque es probable que aumente ligeramente debido al Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), cuya cotización subirá un 0,1% para nutrir el Fondo de Reserva de las pensiones.
Por otra parte, es importante recalcar que estas bonificaciones solo se aplican a la base de cotización mínima. Los autónomos colaboradores que escojan un nivel base superior, cotizarán al tipo general del 31,3% por la diferencia restante.
También debes saber que este incentivo solo se puede aprovechar una vez, no se podrá solicitar si el autónomo colaborador ya se ha beneficiado de este descuento en las cuotas a la Seguridad Social.
¿Cómo darse de alta como autónomo colaborador?
Los trámites para darse de alta como autónomo colaborador son bastante sencillos ya que no tiene que darse de alta en Hacienda, solo en la Seguridad Social.
Tendrá que presentar la Solicitud de alta en el régimen especial de autónomos como “Familiar colaborador del titular de la explotación” a través del modelo TA0521/2. Deberá presentar además el libro de familia o certificado que acredite la relación, DNI y una copia del alta en Hacienda del autónomo titular del negocio.
Al completar este proceso, el familiar colaborador quedará registrado en la Seguridad Social y podrá comenzar a cotizar.
¿Qué obligaciones tienen el autónomo titular y el colaborador?
Cuando incorporas a un colaborador a tu actividad, las reglas del juego cambian. Ya no solo tendrás que gestionar tu trabajo, también deberás asumir otras responsabilidades. Para evitar sorpresas desagradables y mantener todo en orden, es fundamental que tanto el autónomo titular como el colaborador conozcan sus respectivas obligaciones.
El autónomo titular que contrate a un familiar como colaborador tiene los mismos deberes que para con el resto de sus trabajadores. Eso significa que tendrás que afrontar las cuotas a la Seguridad Social del autónomo colaborador y pagarle el salario estipulado, conforme a su categoría profesional y el convenio aplicable.
En cambio, el autónomo colaborador solo tiene la obligación de presentar su declaración de IRPF anual. No debe realizar declaraciones ni impuestos trimestrales de IVA e IRPF ya que estos corren a cargo del autónomo titular. El autónomo colaborador tiene una nómina que tributa como rendimiento del trabajo, al igual que cualquier otro trabajador asalariado, no como una actividad económica por cuenta propia. Tampoco tendrá que llevar su contabilidad ni emitir facturas, como hace un autónomo tradicional.
No obstante, eso significa que tampoco puede realizar ningún trabajo por su cuenta, ya que para ello tendría que darse de alta en Hacienda y comunicar la actividad que va a realizar. El autónomo colaborador depende directamente del autónomo titular, ese es el motivo por el que tiene pocas obligaciones contables y fiscales, pero también queda sujeto a ciertas limitaciones.
Resumiendo, la figura del autónomo colaborador es ideal para regular la colaboración de los familiares en los pequeños negocios en el marco de la ley. Por tanto, si estás pensando en dar de alta a un familiar bajo este régimen, comprueba los requisitos para que puedas aprovechar las bonificaciones en la cuota de autónomos y ahorres costes. Recuerda que los gastos que supone el autónomo colaborador son partidas deducibles de tu actividad, así que planifica con cuidado y consulta a un asesor fiscal si tienes dudas. La gestión correcta de todo el proceso podrá ahorrarte muchos dolores de cabeza en el futuro.
Outsourcing: La manera de ampliar tu pyme
Si tu negocio está afrontando problemas en su funcionamiento, tiene costes elevados o simplemente quieres aumentar su productividad profesionalizando algunos servicios, el outsourcing puede ser la mejor solución. Externalizar algunas funciones de tu pyme te ayudará a dinamizar las operaciones, ahorrar costes, ser más eficiente y crecer.
¿Qué es el outsourcing?
El outsourcing es un proceso mediante el cual una empresa externaliza ciertos servicios o procesos, generalmente para lograr una mayor rentabilidad y eficiencia. Mediante la externalización se identifican aquellos procesos o servicios que podría desarrollar de manera más eficiente una empresa externa, aprovechando sus conocimientos, tecnología y experiencia. De esta manera, la empresa libera recursos importantes que puede destinar a promover el crecimiento de su negocio.
Ventajas del outsourcing para las pymes
Ahorrar costes. Externalizar algunos servicios te permitirá ahorrar costes, sobre todo en términos de personal, implantación de nuevos desarrollos e inversiones en activos. Un informe de Expansión reveló que las empresas que apuestan por el outsourcing pueden incrementar su productividad hasta un 30 % y disminuir sus gastos fijos en un 20 %.
Mejorar los servicios y/o productos. La externalización te permitirá aprovechar el conocimiento y la infraestructura de las empresas que contrates, de manera que puedas ofrecer un servicio o producto de mayor calidad a tus clientes.
Ganar en competitividad. Al externalizar determinados servicios podrás centrarte en especializar a tu pyme, lo cual te dará una ventaja frente a tus competidores. El outsourcing también dotará a tu empresa de una estructura más flexible que facilitará la adaptación ante los cambios del mercado.
Ampliar tu empresa. Con los recursos que ahorras al externalizar los servicios y el tiempo que tendrás a tu disposición, podrás hacer crecer tu empresa, invirtiendo en las actividades clave para el negocio. De hecho, si planeas ampliar tu negocio, recuerda que puedes contar con el aval de una SGR.
Inconvenientes del outsourcing
Mayor vulnerabilidad de la información confidencial ya que al externalizar determinados procesos tendrás que compartir datos con otras empresas, ya sea información contable, de recursos humanos o del propio proceso de fabricación.
Problemas de comunicación dados por malentendidos o retrasos en la transmisión de información con la empresa contratada, que pueden llegar a representar una pérdida económica o un daño reputacional de cara a tus clientes.
Pérdida de calidad ya que en muchos casos las empresas subcontratadas trabajan simultáneamente con varios clientes, por lo que existe el riesgo de que se produzcan retrasos en las entregas, lo cual puede dañar la confianza de los clientes y representar un problema para fidelizarlos.
¿Qué servicios puedes externalizar?
Las empresas suelen externalizar sus servicios “secundarios”, aquellos que no conforman el núcleo duro de la actividad económica de la pyme. Como regla general, podrás externalizar servicios administrativos, de seguridad y limpieza o incluso de logística, tecnología o comercialización.
Para decidir qué servicios puedes externalizar en tu pyme, debes tener en cuenta tres factores esenciales:
- Frecuencia de uso. Si se trata de una actividad puntual, que tu pyme demanda solo una vez al mes, no tiene sentido que contrates a personal para que la realice, por lo que es probable que sea más rentable externalizarla.
- Costes de la operación. Pregúntate si el outsourcing es una alternativa más económica en comparación con la inversión que demanda realizar la actividad al interno de la empresa. Analiza los costes a largo plazo de ambas opciones, tanto a nivel de infraestructura como de personal.
- Cualificación del personal. Si necesitas personal cualificado para determinadas actividades, pero su costo es muy elevado, es probable que sea más conveniente externalizar ese proceso. Una de las mayores ventajas del outsourcing es que puedes contar con profesionales que te permitan nivelar la balanza con los grandes competidores de tu sector, sin tener que asumir grandes gastos.
Si eres autónomo o tienes una pequeña empresa (pyme), elegir bien a las personas que trabajarán contigo es esencial para que tu negocio continúe creciendo. En las grandes empresas existe un departamento de selección de personal que se encarga de elegir a la persona idónea para el puesto, pero si pretendes asumir las funciones del entrevistador laboral es importante que sepas cómo hacer una entrevista de trabajo de principio a fin.
1. Determina las demandas del puesto
Para preparar una entrevista de trabajo debes saber cuáles son exactamente las funciones y responsabilidades del puesto a cubrir, así como las habilidades y conocimientos necesarios. También debes tener claros los valores que promueves en tu negocio, ya que por mucha experiencia o cualificación que tenga una persona, si no encaja en tu empresa o no logra trabajar en equipo, podría convertirse en un problema. Tampoco es conveniente que selecciones a alguien sobrecalificado para el puesto pues es probable que apenas encuentre un trabajo mejor, se marche.
2. Planifica los temas de la entrevista
En una entrevista de trabajo la improvisación puede jugarte malas pasadas y transmitir una imagen poco profesional, por lo que deberías estructurarla en bloques de temas que te permitan seguir un guión. Así te aseguras de no pasar por alto ningún detalle importante, aunque también debes tener cierta flexibilidad a la hora de plantear las preguntas para lograr que la conversación fluya con naturalidad. Ten presente que el entrevistador laboral debe hablar solo un 20% del tiempo porque es el candidato quien debe darse a conocer.
3. Asume una actitud abierta y respetuosa
Es normal que los candidatos se sientan un poco nerviosos durante la entrevista de trabajo pero si asumes una actitud cálida, abierta y respetuosa les ayudarás a mostrar lo mejor de sí. Evita las críticas y la prepotencia ya que el candidato se sentirá atacado y no lograrás conocer a la persona que se encuentra detrás del profesional, un detalle que también es importante. Puedes romper el hielo explicando cuáles son las funciones del puesto, las características de tu negocio y tus expectativas para ese empleo.
4. Elige con objetividad
Si vas a entrevistar a muchos candidatos, es recomendable crear hojas de registro estandarizadas en las que puedas añadir cualquier dato que te haya parecido interesante o negativo. Tomar notas te ayudará cuando llegue el momento de decidir, aunque es mejor que lo hagas al finalizar la entrevista, para que no intimides al candidato ni interrumpas el flujo de la conversación.
A la hora de elegir, no te dejes llevar demasiado por el instinto, la simpatía o la primera impresión. Estos detalles son importantes pero no decisivos, por lo que es mejor que establezcas una serie de indicadores que te permitan realizar una selección más objetiva, en la que tengas en cuenta tanto la calidad humana como profesional.
Por último, no olvides contactar a todos los candidatos para informarles tu decisión, es un gesto de respeto que denota profesionalidad.