El alquiler de oficinas sigue creciendo, impulsado por la creación de empleo y las buenas previsiones económicas. La superficie de oficinas contratada encadena varios años en alza, en 2017 superó los 892.000 m2 firmados en Madrid y Barcelona, lo cual representa un incremento interanual del 21 % para ambas ciudades, según reveló el informe de la consultora JLL.
El incremento de las operaciones y la disminución de las oficinas de alquiler disponibles han hecho que, en ciudades como Madrid, el precio medio haya crecido un 8,4 %, sobre todo en los distritos de negocios y los mejores inmuebles de las zonas periféricas. Por tanto, si tienes un negocio y estás pensando en alquilar una oficina, será mejor que te prepares para negociar.
Los contratos de alquiler de oficinas se rigen por la Ley de Arrendamientos Urbanos, en la cual se especifica que “en la regulación de los arrendamientos para uso distinto al de vivienda, la ley opta por dejar al libre pacto de las partes todos los elementos del contrato”. Esto significa que pueden existir diferentes tipos de contratos de alquiler pues dependen del acuerdo al que llegues con el arrendador. Para no dar un paso en falso, es conveniente que compruebes una serie de detalles antes de firmar el contrato.
Si el local albergaba una actividad similar y no vas a realizar grandes obras, solo tendrás que hacer el cambio de titularidad de la licencia, un trámite bastante sencillo. Si el local no tiene licencia, es conveniente que pidas información al Ayuntamiento y solicites en el registro de la propiedad los estatutos de la comunidad de la finca donde se encuentre el local para comprobar que se puede utilizar como oficina.
Si planeas reformar el local para adaptarlo a las necesidades de tu negocio, un técnico tendrá que elaborar un informe en el que certifique que todos los cambios cumplen la normativa. Debes adjuntar ese informe a los documentos para solicitar la licencia de apertura y al (al o el?) contrato de alquiler.
La variación del precio y la duración del contrato de la oficina en alquiler son dos detalles importantes, sobre todo si haces obras y quieres amortizar esa inversión. Los propietarios suelen pedir un mínimo de duración, generalmente tres años, periodo antes del cual no podrás desistir del arrendamiento y, si lo haces, tendrás que pagar una penalización, según los términos del contrato.
Durante ese tiempo, el precio del alquiler se suele actualizar, por lo que debes tener claro si esa subida estará ligada al IPC o a otros valores como la renta de mercado. Lo más conveniente es acordar un límite en esa variación, para que no se produzca un aumento excesivo del alquiler que luego no puedas afrontar. También puedes negociar una renta escalonada, la cual te dará un respiro durante el primer año, sobre todo si has hecho reformas.
Antes de firmar el contrato de alquiler de la oficina, verifica a cargo de quién corren los diferentes gastos del local y la carga mensual que representan. Si es posible, pactad un límite máximo. En el caso de las oficinas, lo habitual es que los gastos de la comunidad corran a cargo del propietario, los cuales suelen incluir la conservación y el mantenimiento exterior, aunque no siempre es así. Y no olvides comprobar si el contrato prevé la cesión y subarriendo.
Los propietarios suelen pedir garantías para acceder al alquiler de oficinas. La fianza establecida legalmente es de dos meses, que se puede realizar mediante depósito, con aval bancario o con el aval de una SGR para alquilar un local, el cual también te brindará una posición más ventajosa a la hora de negociar.
Algunos municipios han puesto en marcha sus propias ayudas para facilitar el alquiler de una oficina o local comercial. Estas ayudas no solo pretenden incentivar el autoempleo sino también revitalizar algunas zonas de la ciudad. Las modalidades difieren, algunas cubren los primeros seis meses o el primer año de alquiler del local a coste cero, para luego ir disminuyendo escalonadamente. Infórmate en el Ayuntamiento si existe alguna ayuda disponible para alquilar una oficina.