En el mercado actual, las empresas que quieran mantener un nivel competitivo están obligadas a innovar. La innovación empresarial es fundamental para mejorar e impulsar el crecimiento del negocio, además de aportar un valor añadido a los clientes. Sin embargo, las empresas innovadoras también tienen que afrontar más costes, por lo que necesitan una mayor inversión en la empresa.
Las necesidades de financiación de las pymes que están innovando son superiores a la media, como constató el VIII Informe de Financiación de la Pyme. El año pasado, el 48,8 por ciento de las pymes innovadoras necesitaron financiación, en comparación con el 34,1 por ciento de aquellas que no innovan. Las garantías exigidas a los proyectos de emprendimiento innovadores también son mayores. ¿Cuáles son los motivos?
En muchos casos la innovación empresarial demanda invertir en nuevas maquinarias o programas, así como en el diseño y prueba de nuevos modelos que, a su vez, deben ser patentados y obtener las certificaciones de calidad correspondientes. Todos esos procesos suelen demandar una inversión considerable.
La innovación implica un cambio en la manera tradicional de hacer las cosas, por lo que es probable que sea necesario formar al personal, lo cual representa costes añadidos.
A diferencia de un negocio tradicional, en el que el emprendedor ya tiene los costes controlados, al innovar es habitual que aparezcan sobrecostes, generalmente dados por imprevistos, incidentes y fallos.
A veces una idea innovadora puede encontrar cierta resistencia por parte de los consumidores, lo cual significa que será necesario realizar una labor educativa, a través de nuevas campañas de marketing, para que comprendan el valor del producto o servicio.
No avanzar en el camino de la innovación empresarial suele ser más caro. A largo plazo, la inversión en innovación se amortiza, ya que la empresa logra ser más rentable e incluso aumentará sus ganancias.
La innovación empresarial suele traer consigo una mayor eficiencia en el trabajo, ya sea en la fabricación de los productos o en la gestión organizacional.
Cuando una idea es realmente innovadora, puede posicionar la marca en el Top of Mind del consumidor, generando una gran fidelización. También puede redefinir el mercado, eliminando gran parte de la competencia y/o convirtiéndose en un referente.
La cultura de innovación en la empresa contribuye a atraer el talento y retenerlo, mejorando la contratación, las tasas de retención y la motivación de los empleados.
Existen diferentes ayudas, subvenciones, deducciones fiscales y bonificaciones a las que solo pueden acceder las empresas innovadoras, ya que están diseñadas para impulsar proyectos I+D+i.