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                                La conciencia medioambiental está creciendo. No solo existen leyes ambientales más restrictivas, sino que los consumidores son cada vez más exigentes, de manera que las empresas se enfrentan al reto de lograr que su actividad sea más sostenible.
En este sentido, una encuesta realizada por Appinio reveló que el 81 % de los consumidores ha comprobado en alguna ocasión que una empresa respete el medio ambiente y un 58 % ha dejado de usar una marca porque consideraba que no se preocupaba lo suficiente por el cuidado del planeta. Esa tendencia también se traslada al mercado laboral. Un informe realizado por el Institute for Business Value de IBM reveló que dos de cada tres personas prefieren trabajar en empresas sostenibles. En ese contexto, la sostenibilidad se convierte en un valor añadido y una ventaja competitiva para los negocios.
¿Cómo puede ser sostenible una empresa?
- Diseñar una estrategia empresarial de sostenibilidad
- Seguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
- Solicitar el sello B Corp
El primer paso para lograr que tu negocio sea sostenible consiste en diseñar una estrategia empresarial con un enfoque verde. Intenta comprender cómo la sostenibilidad puede aportar valor al negocio, partiendo del impacto de la actividad empresarial en la sociedad y el medio ambiente. De hecho, la sostenibilidad no implica únicamente la protección de la naturaleza, sino también el cuidado de la comunidad y la sociedad, por lo que a menudo demanda un cambio en la gestión y la propia identidad corporativa.
Por consiguiente, la estrategia de desarrollo sostenible debe partir de una evaluación del impacto económico, social y ambiental de tu empresa. Determina las áreas del negocio que se pueden mejorar, identifica nuevas oportunidades para reducir el desperdicio, consumir menos energía y fabricar de manera más limpia. Busca proveedores cuyos valores se alineen con los de tu negocio, contrata servicios sostenibles, implementa programas sociales, utiliza la banca ética y fomenta la transparencia publicando tu huella fiscal, hídrica y de carbono, lo cual aumentará la confianza en tu negocio.
En 2015, los líderes mundiales acordaron un conjunto de objetivos globales para promover un desarrollo sostenible y un futuro más positivo para todos. Se trata de 17 objetivos y 169 metas específicas que deberíamos alcanzar en los próximos 15 años, enfocadas en temas como la desigualdad, la degradación ambiental, el clima y la prosperidad.
El cumplimiento de los ODS es un buen indicador del nivel de compromiso medioambiental de las empresas. Un informe de Deloitte reveló que el 40 % de las grandes empresas españolas cotizadas en el IBEX 35 ya contemplan los ODS en sus informes de sostenibilidad y páginas web, aunque solo la mitad de ellas mide el impacto de esas acciones. Si quieres aplicar estos objetivos, la Organización de Naciones Unidas ha creado una herramienta gratuita llamada SDG Action Manager, con la que podrás medir la contribución de tu negocio a los ODS, de manera que puede convertirse en una brújula para redirigir la gestión interna.
Contar con un sello que acredite que tu negocio es sostenible te abrirá muchas puertas. B Corp es el estándar global más prestigioso que reconoce a las empresas con propósito. Creado por personas de todo el mundo, va más allá de la certificación de un producto o servicio porque su objetivo es promover un nuevo modelo de negocio en el que las empresas generen una economía más sostenible e inclusiva para las personas y el planeta.
A diferencia de los negocios que persiguen únicamente las ganancias económicas, las B Corps siguen férreos estándares de desempeño social y ambiental, transparencia pública y responsabilidad legal. También se les exige que tengan en cuenta a sus trabajadores, clientes, proveedores, comunidad y el medio ambiente en la toma de decisiones empresariales. Si te interesa obtener este sello, puedes evaluar el impacto de tu negocio a través de B Impact Assessment, una herramienta online, gratuita y confidencial que garantiza que tu estrategia está teniendo repercusiones positivas reales en el planeta y la sociedad. Para obtener el sello, que por el momento solo ostentan 4 400 empresas en todo el mundo, se deben alcanzar al menos 80 puntos en esa evaluación.
 
                                Uno de los principales objetivos de los emprendedores es aumentar la facturación de su negocio. Para lograrlo, existen diferentes estrategias, desde aplicar precios flexibles hasta utilizar productos gancho, aunque una de las más eficaces es la venta cruzada, que se sustenta en un fenómeno psicológico conocido como efecto Diderot.
¿Qué es el efecto Diderot?
En 1765, la emperatriz rusa Catalina la Grande supo que el filósofo francés Denis Diderot tenía problemas económicos. Para ayudarle, compró toda su biblioteca, aunque le pidió que la custodiara en su propia casa. Diderot decidió darse un pequeño lujo con aquel regalo caído del cielo, de manera que se compró un precioso albornoz escarlata.
Sin embargo, aquella prenda de lujo desentonaba en su humilde hogar, de manera que comenzó a reemplazar sus viejos grabados sin marcos por otros nuevos, tiró la vieja silla de paja y su escritorio para comprar otros más acordes con su nuevo estatus. En poco tiempo había redecorado toda la casa, que estaba a tono con su albornoz, pero también dilapidó todo el dinero.
A esa espiral de consumo se le conoce como “efecto Diderot” y todos la hemos vivido en alguna ocasión. Ese fenómeno psicológico hace referencia al hecho de que una venta puede impulsar la adquisición casi automática de otros productos relacionados con el primero y que lo complementan, lo cual dispara el gasto de los consumidores.
En el hogar, por ejemplo, comprar unas cortinas nuevas puede conducir a reemplazar todo el mobiliario. En el sector de la moda, la adquisición de una camisa puede conllevar a comprar un “total look” y en el ámbito de la tecnología, la compra de un móvil conduce inevitablemente a adquirir una funda y un protector de pantalla. El efecto Diderot se basa en la necesidad de sentir que los productos se encuentran alineados con la nueva imagen que deseamos transmitir.
La venta cruzada, una estrategia con la que todos ganan
La venta cruzada o cross selling se basa precisamente en el efecto Diderot. Consiste en proponer a los consumidores productos complementarios al que han adquirido, con el objetivo de aumentar el ticket de compra. Esta práctica es bastante común en las tiendas online de moda, en la que proponen otras prendas para completar el look.
El propio Amazon reconoce que el cross selling, que propone de manera sugerente indicando que los “clientes que compraron este artículo también compraron” o “comprados juntos con frecuencia”, representa al menos el 35 % de sus ventas.
Una de las principales ventajas de la venta cruzada es que disminuye los costes logísticos pues suele ser más económico gestionar un pedido que contenga varios productos. También mejora la eficiencia de inventario y aprovecha para introducir productos menos conocidos o deshacerse del stock residual, lo cual permite ampliar la oferta a los clientes.
Con la venta cruzada el cliente también gana. Cuando la tienda agrega valor anticipándose a sus necesidades, mejora la experiencia de usuario y su nivel de satisfacción, aumentando las probabilidades de que esa persona se convierta en un cliente habitual.
Las reglas de oro para aplicar el efecto Diderot a la venta cruzada
El filósofo Diderot terminó arrepintiéndose de sus compras. Como regla general, solo la primera compra genera satisfacción, mientras que las adquisiciones vinculadas suelen producir cierto desasosiego. Para evitar ese fenómeno y lograr que el cliente se sienta satisfecho es importante seguir estas reglas:
- Recomendar solo aquellos elementos necesarios para que el producto o servicio funcione mejor, como un soporte para colocar el navegador GPS en el coche.
- Sugerir artículos que mejoren la comodidad o el aspecto del producto principal, como una funda para guardar los auriculares de diadema.
- Confeccionar paquetes con los productos que se suelen comprar juntos, como puede ser un soldador con el alambre de soldadura, de manera que el cliente no tenga que buscar los accesorios que necesita por separado.
- Aplicar un descuento en los artículos complementarios para animar al cliente a adquirirlos de inmediato, reafirmando la idea de que ha tomado una buena decisión de compra.
 
                                Si estás pensando en abrir un negocio online, el dropshipping es uno de los modelos más interesantes, pues demanda una inversión inicial pequeña y disminuye los riesgos que representa la apertura de una actividad empresarial. De hecho, el dropshipping no es un modelo nuevo, minoristas como Zappos comenzaron a aplicarlo a finales de 1990 y otras grandes empresas del comercio electrónico, como Amazon y Sears, también lo usan desde hace tiempo.
¿Qué es el dropshipping?
El dropshipping es un modelo de negocio en el cual el minorista toma los pedidos para pasarlos al mayorista, que es quien se encarga del almacenamiento de los productos y la gestión logística hasta que el producto llega a las manos del cliente final.
Por consiguiente, el minorista no manipula los productos, no almacena stock ni se preocupa por la logística, sino que se encarga fundamentalmente de la venta a través de Internet, enfocándose más en las actividades de promoción y el marketing.
Las principales ventajas del dropshipping para los emprendedores
- Inversión inicial más pequeña. En comparación con otros modelos de negocio, el dropshipping no demanda una gran inversión inicial, pues el minorista no tiene que comprar mercancías por adelantado. Tampoco tiene que alquilar grandes almacenes, pagar depósitos o comprar maquinaria costosa.
- Apertura sencilla. Es más fácil poner en marcha una actividad de dropshipping que un negocio convencional porque el emprendedor no tendrá que lidiar con los permisos que implica la apertura de un local o almacén, la recepción y almacenaje de mercancías, el envío de productos, el control de inventario, las devoluciones o la contratación de personal.
- Menos gastos fijos. Los gastos fijos que genera un negocio tradicional pueden convertirse en un agujero negro que ponga en jaque su rentabilidad. En cambio, los costes de una actividad de dropshipping son infinitamente más pequeños, ya que generalmente se limitan al hosting del e-commerce, la creación de contenidos y el marketing.
- Mayor escalabilidad. Otra de las grandes ventajas del dropshipping es que facilita la expansión del negocio. Aunque el aumento de las ventas siempre implica un trabajo adicional, sobre todo en materia de atención al cliente, si el minorista quiere incluir nuevos productos en la tienda online, solo tiene que cerrar tratos con otras marcas, no tendrá que realizar costosas pruebas de productos. Asimismo, la inversión para acceder a nuevos mercados será mínima en comparación con los costes de la internacionalización tradicional para las empresas.
- Reducción del riesgo. Emprender un negocio de dropshipping implica menos riesgos, ya que la inversión inicial es mínima y los costes de ampliación son reducidos. Si un producto no funciona, basta con buscar otras opciones más atractivas para el público, sin que ello represente una pérdida considerable para el negocio.
¿Cuáles son los mejores productos para dropshipping?
Con el dropshipping no es necesario comprar la mercancía con antelación, por lo que podrás ofrecer una amplia gama de productos a tus clientes potenciales. Si los proveedores los tienen en existencia, puedes incluirlos en tu tienda online. Sin embargo, no vale cualquier mercancía. El éxito del dropshipping depende, en gran medida, de la elección de los productos, por lo que es importante que encuentres un nicho rentable donde tu negocio supere el umbral de rentabilidad y pueda crecer.
Enfócate en un sector que no esté saturado en el que exista una necesidad real que no ha sido completamente satisfecha. Sectores como el de los productos electrónicos, suministros técnicos, estilo de vida, complementos para mascotas, y belleza y salud han presentado una demanda creciente en los últimos años, por lo que podrías encontrar productos interesantes menos comercializados.
Puedes centrarte en productos poco comunes cuya demanda esté aumentando, como los soportes de móvil para cuello, fundas a prueba de agua para teléfonos, impermeables para mascotas, cinturones de corrección de postura o freidoras de aire. Tan solo recuerda que los productos que elijas deben dejar un margen de beneficio interesante.
Tendencias 2022: Invertir en ETF
 
                                Los fondos cotizados llegaron a España hace más de una década, pero ahora se han consolidado despertando el interés tanto de los particulares como de los gestores institucionales. Los ETF brindan un amplio abanico de posibilidades a los inversores, permitiéndoles tomar exposición a diferentes países, sectores y clases de activos realizando una simple operación en Bolsa, la cual se produce en tiempo real y tiene un coste inferior al que suponen otras formas de inversión.
¿Qué son los ETFs?
Los fondos cotizados, también conocidos como ETF (exchanged traded funds), “son instrumentos de inversión híbridos entre los fondos y las acciones, que reúnen la diversificación que ofrece la cartera de un fondo con la flexibilidad que supone poder entrar y salir de ese fondo con una simple operación en bolsa”, según la Bolsa de Madrid.
Los ETF replican y rastrean un índice, como el iShares Core S&P 500, que versiona el S&P 500, o el Eurozone Government Bond, que sigue un índice de renta fija. En cambio, fondos cotizados como el Ishares Oil Gas Explr&prod o el Wisdomtree Physical Gold están diseñados para imitar la rentabilidad del petróleo y el oro, respectivamente.
A lo largo del tiempo, la ampliación de la oferta de índices ha producido una diversificación de los ETFs, de manera que en la actualidad existen muchos otros fondos cotizados sectoriales que siguen la industria petrolífera, tecnológica o farmacéutica. También hay ETFs para invertir en divisas y fondos inversos que ganan con la caída de cierto índice.
Las principales ventajas de los fondos cotizados
Los ETFs cotizan en cualquier Bolsa, de manera que se pueden comprar y vender como las acciones. Ofrecen una gran flexibilidad operativa, pues a diferencia de un fondo de inversión tradicional, los fondos cotizados funcionan como acciones, de manera que su valor se calcula en tiempo real, no se determina al cierre del día. Eso significa que no tendrás que esperar a valorar la cartera del fondo y tener un precio al finalizar la sesión, sino que puedes comprar y vender en cualquier momento de la sesión bursátil.
Los fondos cotizados también son una opción de inversión interesante por su transparencia, pues al representar a un índice, podrás conocer en todo momento la composición del ETF y acceder a información en tiempo real de sus cotizaciones. Puedes comprobar sus precios fácilmente durante el horario de contratación. El mercado te ofrece toda la información que necesitas, desde los precios y volúmenes hasta la composición diaria de la cartera del fondo, el valor liquidativo diario y el indicativo en tiempo real.
Los costes de invertir en ETF y su fiscalidad
Otra de las principales ventajas de los ETFs es que sus comisiones de gestión oscilan entre el 0,1 y el 0,9 %, bastante bajas si se comparan con las que aplican los fondos de inversión clásicos, en los que la máxima es de un 2,25 % en España. A las inversiones tradicionales también debes sumar la comisión de depósito, que puede ser de un 0,2 %, más las comisiones de suscripción de hasta el 5 % y de éxito, que alcanza el 18 % respecto a las plusvalías.
Al ser fondos de gestión pasiva, la figura del gestor no es tan importante, de manera que los ETFs no tienen grandes costes internos añadidos. De hecho, algunos brókeres ofrecen tarifas especiales para varios fondos cotizados. Incluso existen productos sin costes de intermediación negociados en determinados mercados. Otros intermediarios tienen una tarifa plana o sin comisiones de custodia.
Sin embargo, una de las principales desventajas de los ETFs es que no permiten aplazar el pago de impuestos si traspasas el dinero. En las inversiones clásicas, solo tributas cuando haces el reembolso de las participaciones en caso de plusvalía, pues es en ese momento cuando se genera un rendimiento positivo que supone una ganancia patrimonial.
En cambio, si quieres cambiar de ETF o trasladar el dinero a un fondo de inversión tradicional, tendrás que pagar la tasa correspondiente, que oscila entre el 19 y el 27 %. Eso se debe a que la Agencia Tributaria aplica a los fondos cotizados la normativa de las acciones, de manera que no hay exención por reinversión. No obstante, hace poco comenzó a diferenciar entre los fondos cotizados nacionales y extranjeros: a los primeros se les aplica la fiscalidad de las acciones y a los segundos la de los fondos.
Por último, debes saber que actualmente en España cotizan cinco ETF ligados al Ibex, pero la mayoría de los brókeres brindan acceso a casi todos los fondos cotizados de la Unión Europea.
Microsegmentación, ¿la nueva manera de triunfar?
 
                                En un mercado tan saturado y competitivo como el actual, muchos emprendedores están encontrando un espacio gracias a la microsegmentación. Tal es el caso de Shared Practices, un negocio que se enfoca en los dentistas recién graduados para brindarles las herramientas que necesitan para poner en marcha su primera clínica, o Design Cuts, que propone recursos y herramientas de calidad a los diseñadores web a precios muy competitivos.
¿Qué es la microsegmentación?
La microsegmentación consiste en dividir el target en grupos más pequeños que comparten cierta característica y/o necesidad común. El objetivo es encontrar la mejor manera para relacionarse con esos consumidores y satisfacer sus necesidades, mientras se maximiza su valor para el negocio.
El secreto radica en que esos segmentos de mercado no suelen representar un volumen considerable para las grandes compañías, por lo que suelen ser un nicho desatendido. No obstante, dado que tienen una necesidad insatisfecha y a menudo están dispuestos a consumir productos o servicios hechos a su medida e incluso pagar más por ellos, representan una cuota de mercado interesante para las pequeñas y medianas empresas que estén dispuestas a desarrollar una estrategia de comercialización personalizada y busquen un sector donde exista menos competencia.
¿Cuál es la diferencia entre la segmentación tradicional y la microsegmentación?
Existen diferentes estrategias de segmentación, pero en sentido general se puede hacer referencia a dos grandes tipos: la microsegmentación y la macrosegmentación. La diferencia entre ambas radica en el nivel de granularidad que demanda cada una. Mientras la macrosegmentación divide a la audiencia usando datos de carácter demográficos de carácter general, como el género, edad, idioma o ciudad, la microsegmentación utiliza variables mucho más específicas, como los productos preferidos, hábitos de compra o intereses.
Como resultado, los grupos de una estrategia de macro o micro segmentación difieren en tamaño y homogeneidad. La macrosegmentación genera segmentos más grandes con un mayor nivel de heterogeneidad, por lo que es más difícil personalizar los mensajes, productos y/o servicios. En cambio, la microsegmentación genera grupos más pequeños con una mayor homogeneidad, de manera que es más sencillo personalizar las estrategias de marketing y comercialización.
Las ventajas de microsegmentar para las pymes
- Identificar y satisfacer las necesidades de un segmento específico del mercado. Con un estudio de mercado podrás detectar los nichos desatendidos y profundizar en sus necesidades y demandas, descubriendo oportunidades de negocio que no han sido explotadas para crear productos y/o servicios a su medida.
- Personalizar la estrategia de marketing. Tener un perfil preciso de tu buyer persona te permitirá diseñar e implementar estrategias de marketing más específicas, lo cual aumenta su relevancia y eficacia, mejorando el retorno de la inversión.
- Aprovechar mejor los recursos. Con la microsegmentación podrás comprender mejor las características y demandas de tu buyer persona para delimitar las prioridades de tu negocio y asignar los recursos de forma más eficiente, en aras de alcanzar los objetivos que te has planteado.
- Facilitar el posicionamiento de marca. La microsegmentación te permitirá destacar entre tus competidores, posicionándote en el Top of Mind del consumidor. Y cuanto más mejore tu posicionamiento de marca, más crecerá tu empresa, convirtiéndose en un referente en el sector.
- Aumentar el índice de fidelización. Brindar productos y/o servicios con un mayor nivel de personalización mejorará la satisfacción de tus clientes, aumentará su identificación con tu marca y te ayudará a fidelizarlos.
¿Cómo aprovechar un nicho de mercado gracias a la microsegmentación?
Antes de poner en marcha un negocio, debes plantearte si el segmento de mercado que has detectado es lo suficientemente grande como para que tu empresa sea rentable. Elabora un plan de negocio que incluya una adecuada segmentación de mercado y una estimación realista de las ventas.
- Sé el primero. Para tener éxito con la microsegmentación, lo ideal es que seas pionero en el segmento de mercado que has elegido, o al menos uno de los primeros en ofrecer ese tipo de producto o servicio.
- Segmenta, segmenta, segmenta. Cuando determines tu target, realiza otra segmentación de mercado para perfilar dos o tres grupos, en base a los cuales podrás diseñar una estrategia de marketing diferenciada. Así concentrarás tus esfuerzos y recursos en el segmento de mercado más interesante.
- Especialízate. El secreto de la microsegmentación radica en la especialización. Necesitas diseñar productos o servicios especializados que atraigan a ese nicho de mercado dispuesto a pagar por cierta exclusividad.
- Apuesta por la calidad y la innovación. Prácticamente todos los productos o servicios se pueden copiar rápidamente, por lo que es importante que pongas en el centro de tu negocio la calidad y te mantengas innovando. Asegúrate, además, de que tu buyer persona comprende tu propuesta única de valor.
- Personaliza. El 71 % de los consumidores se sienten frustrados cuando su experiencia de compra es impersonal, pero el 49 % reconoce haber realizado una compra no planificada gracias a una recomendación personalizada, según este estudio. Mantener una relación directa y personalizada con tu buyer persona, buscando fórmulas que te permitan adaptar tus productos o servicios a sus necesidades, puede ser la clave para que tu negocio tenga éxito.
- Enfócate en la fidelización. Conseguir un nuevo cliente cuesta diez veces más que retenerlo, según la EAE Business School. Cuando trabajas con un segmento de mercado tan pequeño, la fidelización se sobredimensiona, por lo que necesitas diseñar una estrategia que te permita retener al mayor número de clientes posible.
De la teoría a la práctica: 3 ideas para microsegmentar tu target
- Segmentar los usuarios según su valor potencial
- Segmentar por intereses en las redes sociales
- Segmentar por comportamientos y ubicación
En los negocios, lo habitual es segmentar a los usuarios a medida que avanzan en el embudo de ventas, generalmente según la etapa en la que se encuentran. Por consiguiente, cuando mueves un usuario del grupo “lead cualificado para marketing” a “lead cualificado para la venta” es porque ha mostrado interés en alguna oferta.
Sin embargo, con la mirosegmentación puedes ser más preciso para diferenciar aquellos leads del grupo inicial que solo consumirán información de manera pasiva de los que están buscando activamente una solución. Puedes crear un lead magnet potente que les aporte un valor añadido, a cambio de que esos usuarios te proporcionen información. Así, podrás adaptar tus mensajes a ese nuevo microsegmento para no perder ninguna oportunidad madura que tu sistema de ventas actual no haya captado.
Las redes sociales son una excelente herramienta para aplicar la microsegmentación, ya que ofrecen la oportunidad de crear grupos diferentes a los cuales impactar con distintos anuncios. Puedes segmentar al público usando una infinidad de variables, desde el nivel educativo, los ingresos, el sector profesional y el puesto que ocupan en la empresa, hasta sus intereses, estilo de vida, comportamientos de compra o hábitos de navegación.
Si ya cuentas con una base de datos de clientes, puedes utilizarla para detectar las características comunes que te permitan crear audiencias personalizadas a las que puedes dirigir tu mensaje. Diseñar campañas de marketing más específicas hará que sean más relevantes y memorables para la audiencia, lo cual aumentará tu ROI.
La microsegmentación tiene un potencial enorme si decides usar las notificaciones automáticas para promocionar tu negocio y conectar con tu target, ya que estas no demandan que el usuario esté dentro de la aplicación, sino tan solo que se haya registrado en la misma. Con la segmentación por comportamiento podrás maximizar tus esfuerzos de marketing, reduciendo los mensajes irrelevantes que pueden resultar intrusivos para enfocarte en aquellos que realmente conviertan.
Con el uso de servicios de ubicación geográfica y los registros de redes sociales puedes configurar notificaciones automáticas para que se activen cuando un cliente se acerque a tu negocio físico. Teniendo en cuenta sus preferencias y compras anteriores, podrías invitarle a tomar su café favorito o echar un vistazo a los nuevos bolsos.
Con la microsegmentación, las posibilidades son prácticamente infinitas. Solo tienes que asegurarte de perfilar adecuadamente tu target, siendo lo más específico posible, y adaptar tus mensajes a sus necesidades para aumentar tus ventas.
 
                                El objetivo de toda empresa es ser rentable y obtener beneficios. Para lograrlo, necesita dar seguimiento a los movimientos del mercado y a sus operaciones. La contabilidad es su principal herramienta para llevar un registro detallado de los movimientos económicos, de manera que el empresario pueda conocer la situación financiera real del negocio, estar al tanto de los beneficios y pérdidas, así como conocer su solvencia para planificar la estrategia de cara al futuro. El balance de comprobación de sumas y saldos es una pieza esencial para llevar esa contabilidad.
¿Qué es el balance de comprobación de sumas y saldos?
El balance de comprobación, también conocido como balance de sumas y saldos, es una herramienta contable que se utiliza para realizar un resumen del estado financiero y las operaciones de la empresa durante un periodo de tiempo determinado. Refleja la suma del debe y el haber de las distintas cuentas, así como su saldo.
El propio Código de Comercio establece que todas las empresas tienen la obligación de realizar trimestralmente el balance de comprobación e incluirlo en el libro de inventarios. De hecho, el balance de sumas y saldos es muy útil porque refleja la contabilidad de la empresa, facilitando la toma de decisiones estratégicas y la preparación de las cuentas anuales. Permite constatar la fiabilidad de los saldos que se utilizan durante el ejercicio económico y comprueba que no existen asientos descuadrados en la contabilidad. Así, el empresario puede tener la certeza de que todo está en orden.
¿Cómo se realiza el balance de sumas y saldos?
El balance de comprobación de sumas y saldos debe contener el nombre del negocio, la identificación del estado al cual se refiere, así como el periodo o la fecha en que se realiza. También debe indicar el folio de cada cuenta y el nombre de las mismas. Además, debe incluir el total y saldo deudor y acreedor de las cuentas.
Para elaborar el balance de comprobación, es necesario tener registradas todas las operaciones en el Libro Diario y llevar cada asiento en el Libro Mayor, en el cual debe figurar cada cuenta en la que se anotan los importes de todos los cargos realizados en ella, así como los importes de los abonos.
En cada cuenta se suman los importes de los cargos y los importes de los abonos, respectivamente. Luego se calcula el saldo de cada cuenta, extrayendo la diferencia entre la suma de los cargos y la suma de los abonos.
A continuación, se realiza una tabla con una cuenta por fila. En las columnas se colocan la suma de todos los cargos, la suma de todos los abonos, los saldos acreedores y los saldos deudores. En las dos últimas columnas solo se indica el importe del saldo de la cuenta en una de ellas, según sea deudor o acreedor.
Por último, se suman todas las filas de cada columna para comprobar que la suma de los cargos realizados en todas las cuentas concuerda con la suma de todos los abonos hechos en todas las cuentas.
¿Qué hacer si el balance de comprobación no cuadra?
Si el balance de sumas y saldos no cuadra, es probable que se deba a un error en alguno de los asientos del Libro Diario o a un fallo durante la elaboración del propio balance. Por consiguiente, tendrás que repasar cuidadosamente los asientos del Diario en busca de la discrepancia.
Algunos de los errores de contabilidad más habituales son: omitir o repetir alguna cifra o cuenta, anotar de manera equivocada una partida donde no corresponde o un error en las fechas que haga contabilizar una operación antes o después de lo debido.
¿Cómo crear una pyme, paso a paso, en España?
 
                                El año pasado se crearon 102 169 nuevas empresas en España, lo cual significa que la actividad emprendedora registró su tercer máximo histórico desde el año 2008, superando la barrera de las 100 000 nuevas constituciones en un ejercicio, según reveló Axesor.
Tras la caída de la actividad empresarial provocada por la pandemia, una recuperación económica más rápida y sólida de lo previsto ha incitado al optimismo, de manera que muchos emprendedores se han animado a poner en marcha sus ideas de negocio. Si tú también estás pensando en abrir una empresa, te explicamos los requisitos y pasos para formalizar su constitución, de forma que puedas comenzar a facturar lo más rápido posible.
10 pasos para crear una empresa en España
1. Elige la forma jurídica
El primer paso para abrir una empresa es decidir su forma jurídica, la cual dependerá de factores como la naturaleza de la actividad, el alcance del proyecto, el número de socios y la responsabilidad legal que estás dispuesto a asumir. De esa elección también dependerán las obligaciones fiscales y de contabilidad que asumirás, así como la inversión económica inicial para la constitución de la empresa.
Si no tienes socios, puedes crear una sociedad limitada unipersonal (SLU) para restringir tu responsabilidad fiscal al capital aportado. En cambio, si vas a asociarte con otras personas, podrías crear una sociedad de responsabilidad limitada (SL). Otra posibilidad es crear una sociedad anónima (SA), cuyo capital puede ser fraccionado en acciones y repartido entre los socios, o una sociedad cooperativa, en cuyo caso necesitarás al menos tres socios y estos ejercerán al mismo tiempo como trabajadores de la empresa.
2. Obtén la certificación negativa del nombre
Entre los requisitos para montar una empresa se encuentra obtener la certificación negativa del nombre que hayas elegido para tu negocio. Puedes pedirla en el Registro Mercantil Central acudiendo a sus oficinas físicas, rellenando el formulario web en su sede online o remitiendo una carta por correo postal.
Este documento acredita que no existe otra sociedad operando con ese mismo nombre, por lo que evita duplicidades y problemas legales de cara al futuro. Si el nombre que solicitas está libre, quedará reservado durante seis meses. Transcurrido este periodo de tiempo, si no has inscrito la sociedad en el Registro Mercantil Provincial, el nombre quedará libre y otras entidades podrán reclamarlo. De hecho, la certificación negativa tiene una vigencia de tres meses, prorrogable por otros tres, el tiempo necesario para realizar el resto de los trámites legales para constituir la empresa.
3. Redacta los estatutos sociales
Los estatutos sociales rigen el funcionamiento de la empresa y, aunque se pueden modificar posteriormente, lo ideal es dejarlos claros desde el inicio para evitar posibles controversias entre los socios.
Deben reflejar la información básica de la empresa, como su denominación, domicilio social, duración prevista, objeto social y público al que se dirige. También deben recoger todo lo relacionado con el capital social inicial para constituir la empresa, así como la política de participaciones; es decir, su división entre los socios y formas y circunstancias de los traspasos.
Los estatutos sociales también deben incluir la estructura organizativa de la empresa, indicando desde cómo se administrará hasta qué retribución recibirá el administrador. Señalarán, además, cómo se votan las decisiones y cómo se distribuyen los beneficios y pérdidas entre los socios, cuál será el fondo de reserva y por qué causas y cauces se puede disolver la sociedad.
4. Abre una cuenta bancaria a nombre de la empresa
Uno de los requisitos para montar una empresa consiste en aportar un capital social mínimo. Según el tipo de sociedad que constituyas, tendrás que depositar ese dinero en una cuenta bancaria a nombre de la empresa.
En el caso de una sociedad de responsabilidad limitada, el capital mínimo que establece la ley es de 3 000 euros, mientras que para las sociedades anónimas esa cifra asciende a 60 000 euros. En cambio, para las sociedades cooperativas, el capital social mínimo depende de la regulación autonómica y del sector de actividad, aunque normalmente oscila entre 1 500 y 3 000 euros.
5. Solicita el número de identificación fiscal en la Agencia Tributaria
El Número de Identificación Fiscal (NIF) es un código alfanumérico que tendrás que usar en todos los documentos relacionados con tu negocio, tanto para la constitución de la sociedad como para la presentación de impuestos y la facturación de la actividad.
Para obtener el NIF, tendrás que rellenar el modelo 036, que puedes presentar telemáticamente en la Agencia Tributaria. Recibirás un NIF provisional con el que puedes comenzar a facturar y en un plazo de seis meses te proporcionarán el definitivo, cuando presentes una copia de la escritura de constitución de la sociedad.
6. Firma la escritura pública ante notario
Si tienes socios, tendréis que acudir ante un notario para firmar la escritura pública de constitución de la sociedad. Tendrás que presentar una serie de documentos, entre ellos los estatutos sociales, la certificación negativa del nombre de la empresa expedida por el Registro Mercantil Central, la certificación bancaria del depósito del capital social y los documentos de identificación de cada uno de los socios.
Cabe aclarar que, si los socios están casados en régimen de separación de bienes, tendrán que presentar las capitulaciones matrimoniales. Si están casados en régimen de gananciales, el cónyuge tendrá que acudir a la firma de la escritura pública.
Si la aportación al capital social de alguno de los socios no es dineraria, deberá presentar una relación de los bienes en la que se desglose su descripción y valoración, así como la cantidad de acciones o participaciones que se atribuyen a esa aportación. Cuando se trata de bienes inmuebles, por ejemplo, tendrá que presentar los datos registrales.
7. Inscribe la empresa en el Registro Mercantil
El Registro Mercantil da constancia de la creación de la empresa. Al inscribir los actos de los empresarios, otorga a la sociedad plena capacidad jurídica y le permite ser reconocida por proveedores, entidades bancarias, inversores, entidades públicas y otras figuras con las que se relacionen. De hecho, todas las sociedades deben estar inscritas en el Registro Mercantil.
Para ello, solo tienes que acudir a la oficina del Registro Mercantil de la provincia donde esté domiciliado tu negocio e inscribirlo. Deberás presentar todos los documentos que acrediten la constitución de la sociedad, como la escritura pública y el NIF. Y no olvides legalizar los libros de sociedades. Para realizar este trámite tienes un plazo de dos meses desde el momento en que firmes la escritura de la constitución.
8. Date de alta en IAE
El Impuesto de Actividades Económicas se aplica a todas las pymes y autónomos que desempeñan una actividad profesional, empresarial o artística en España. Por consiguiente, para abrir una empresa tienes que tramitar el alta en el Impuesto sobre Actividades Económicas en la Agencia Tributaria, indicando la actividad empresarial que vas a desarrollar, un trámite que puedes hacer de manera presencial en las sedes físicas o directamente online.
Si vas a ejercer como administrador de la sociedad, también tendrás que darte de alta en el censo de empresarios de la Agencia Tributaria y en el RETA, donde figurarás como autónomo societario. Ten en cuenta que los autónomos societarios no pueden acogerse a las bonificaciones para autónomos y que tu cuota de la Seguridad Social será más alta que la de los autónomos inscritos en el régimen general.
9. Registra patentes y marcas
Inscribir tu empresa en el Registro Mercantil no te garantiza que tu logotipo, eslogan o cualquier producto que crees estén protegidos. Necesitas registrarlos en la Oficina Española de Patentes y Marcas.
Tu marca es uno de los activos intangibles de tu negocio y cuando la registras, la proteges para que otras empresas o personas no puedan usarla, lo cual aporta un valor añadido a tu actividad. Por otra parte, registrar la patente te ofrecerá la titularidad y derecho exclusivo de explotación, impidiendo que terceros puedan plagiarla o usarla sin tu consentimiento.
10. Obtén el certificado electrónico
La Administración está apostando cada vez más por los medios electrónicos, por lo que el último paso para crear una empresa en España consiste en obtener el certificado electrónico para tu negocio, el cual te facilitará muchos trámites y te ahorrará muchísimo tiempo. La buena noticia es que puedes solicitar el certificado electrónico como administrador único por Internet.
Por último, recuerda que, según el tipo de actividad que vayas a desarrollar, quizá tengas que solicitar una licencia municipal de apertura, con la cual acreditarás que tu oficina, comercio o nave industrial cumple los requisitos de la normativa vigente.
 
                                La contratación y subcontratación de servicios es una práctica cada vez más habitual en las empresas para realizar aquellos trabajos que éstas no pueden asumir con los recursos propios. Esas prácticas pueden generar nuevos riesgos laborales, por lo que los empresarios deben coordinar adecuadamente ese trabajo para garantizar en todo momento la seguridad de los empleados, en especial cuando existe un alto grado de peligrosidad.
¿Qué es la CAE?
La CAE se refiere a la Coordinación de Actividades Empresariales, un protocolo de actuación que tiene como objetivo principal garantizar la seguridad y salud de los trabajadores. Responde a los principios de acción preventiva establecidos en el Real Decreto de Prevención de Riesgos Laborales, cuando en un mismo centro de trabajo confluyen empleados de dos empresas diferentes o distintos profesionales autónomos.
Las obligaciones de los empresarios principales y concurrentes
La ley indica que los empresarios titulares de las respectivas empresas que trabajen juntas tienen el deber de “informarse recíprocamente sobre los riesgos específicos de las actividades que desarrollen en el centro de trabajo, que puedan afectar a los trabajadores de las otras empresas concurrentes en el centro”. Esa información se debe detallar y proporcionar por escrito antes de que comiencen las actividades.
La normativa también establece dos actores fundamentales para el cumplimiento de la CAE y determina sus funciones y obligaciones:
- Empresario principal
Es aquel que contrata o subcontrata con otros la realización de obras o servicios que se desarrollarán en su propio centro de trabajo. Este empresario tiene el deber de informar a los empresarios concurrentes sobre los riesgos intrínsecos a su centro de trabajo que puedan afectar a las actividades que estos desarrollarán, así como explicarles las medidas de prevención de esos riesgos y las pautas de emergencia que deben aplicar.
El empresario principal también tiene que garantizar la seguridad de los trabajadores de las otras empresas y cerciorarse de que los contratistas o subcontratistas cumplen con la normativa de prevención de riesgos laborales. De hecho, debe exigir a dichas empresas que acrediten por escrito que han cumplido sus obligaciones en materia de información y formación respecto a los trabajadores que van a prestar sus servicios en su centro de trabajo.
- Empresario concurrente
Es aquel cuyos servicios han sido contratados o subcontratados. En este caso, tiene la obligación de establecer los medios de coordinación necesarios para prevenir los riesgos laborales, teniendo en cuenta el grado de peligrosidad de las actividades que desarrollará en la otra empresa. El empresario concurrente también es el encargado de comunicar a sus trabajadores la información y las instrucciones recibidas del empresario titular del centro de trabajo, para que estos cumplan con las mismas.
¿Qué documentos CAE necesita la pyme?
La documentación necesaria para cumplir con la Coordinación de Actividades Empresariales tiene un doble carácter: administrativo y preventivo. Por una parte, la documentación administrativa incluye el certificado que indica que la empresa está al corriente de sus obligaciones tributarias y con la Seguridad Social, el modelo TC1 de los trabajadores que señala las cuotas que corresponden a la empresa y a los empleados, así como con la póliza de responsabilidad civil que cubre el resarcimiento de los daños o perjuicios ocasionados a un tercero y su justificante de pago.
Por otra parte, la documentación preventiva incluye la evaluación de riesgos y los planes preventivos con medidas concretas para evitar los principales riesgos en la empresa. Obviamente, ese documento CAE varía según la actividad de la empresa y el sitio donde la realiza, pues no es lo mismo un negocio que se dedica a la jardinería que aquel que hace labores de limpieza o trabajos verticales y en alturas. La documentación CAE debe responder a las exigencias y riesgos específicos de la actividad que se lleva a cabo. La empresa también debe contar con la mutua de accidentes, una garantía adicional a la hora de gestionar las contingencias por accidentes de trabajo y enfermedad profesional del personal.
¿Qué son los fondos Next Generation?
 
                                La pandemia ha supuesto una dura prueba para la economía mundial y para muchas empresas. Por esa razón, la Unión Europea ha puesto en marcha un programa temporal de recuperación al que denominó NextGenerationEU.
Dotado de más de 800 mil millones de euros, es el mayor paquete de estímulo jamás financiado y su principal objetivo es reparar los daños económicos y sociales inmediatos que ha causado la Covid-19, pero con la vista puesta en el futuro para fomentar la construcción de una Europa más ecológica, digital y resiliente que esté mejor preparada para afrontar los retos venideros.
Los principales ámbitos en los que se invertirán los fondos NextGeneration
Los fondos de NextGenerationEU se materializarán a través de los Presupuestos Generales del Estado. España obtendrá 140 mil millones de euros, una cantidad que representa más del 11 % del PIB, de los cuales aproximadamente 72 mil millones serán a fondo perdido.
El Gobierno ha canalizado esas ayudas a través del “Plan de recuperación, transformación y resiliencia”, en el que se establecen cuatro ejes prioritarios:
- Transición ecológica. Se enfoca en reforzar la inversión pública y privada para reorientar el modelo productivo, impulsando una transición verde. Estos fondos se destinarán a proyectos de descarbonización, eficiencia energética, energías renovables, electrificación de la movilidad, soluciones de almacenamiento de energía y programas de economía circular que sean más respetuosos con el medio ambiente.
- Transformación digital. Una parte de los fondos NextGeneration se destinarán a acelerar la transición digital mediante inversiones y reformas que potencien las infraestructuras, competencias y tecnologías que sean necesarias para desarrollar una economía y una sociedad más digitales, humanistas e inclusivas.
- Cohesión social y territorial. Estos fondos se destinan a reforzar el Estado del bienestar y el sistema educativo, así como a impulsar un empleo de calidad, un sistema fiscal más justo, lidiar con los retos demográficos y mejorar las oportunidades de las nuevas generaciones.
- Igualdad. Fomenta medidas transversales en todos los sectores económicos orientadas a aumentar la tasa de empleo femenino, así como a mejorar el sistema de cuidados de larga duración, fomentar el potencial educativo, promover la igualdad de oportunidades y reducir la brecha digital.
¿Cómo llegarán los fondos NextGeneration a las pymes?
El programa “Impulso a la pyme”, al cual se ha destinado una inversión estimada de 4 894 millones de euros, tiene como objetivo facilitar el acceso de las pequeñas y medianas empresas a los fondos NextGeneration.
Contempla la aplicación de reformas que establezcan un marco regulatorio más favorable para las pymes y micropymes y que elimine los obstáculos que dificultan su crecimiento, favoreciendo su competitividad y resiliencia. También potencia las nuevas iniciativas emprendedoras, en especial en el ámbito tecnológico e industrial. Este programa prevé inversiones en cinco ámbitos estratégicos:
- Emprendimiento. Dirigido a potenciar el ecosistema emprendedor, prevé la financiación de líneas de apoyo económico a la actividad emprendedora de las pymes, así como de todas aquellas acciones enfocadas en desarrollar las capacidades emprendedoras y aplicar herramientas de gestión empresarial en fases tempranas.
- Crecimiento. Estos fondos se destinan a reforzar el crecimiento de las pymes, apoyar el emprendimiento industrial y reforzar el sistema de garantía recíproca, canalizándose a través de Cersa, mediante el Programa de Apoyo al Emprendimiento Industrial, que proporcionará financiación, avalada por SGR, a las pymes que realicen proyectos industriales de emprendimiento o crecimiento. Para ello, se bonificarán los costes de la financiación que solicite la pyme. 
- Digitalización e innovación. Incluye subvenciones a las pymes que adopten soluciones digitales y apoya proyectos de digitalización de la cadena de valor en los diferentes sectores industriales.
- Apoyo al comercio. Son ayudas para la modernización del comercio, la incorporación de nuevas tecnologías, la creación de plataformas digitales de comercio y la apertura de nuevos canales de posicionamiento y distribución. También incluye financiación para los mercados sostenibles y la modernización de áreas comerciales o mercados municipales.
- Internacionalización. Estos fondos se emplearán en diferentes iniciativas que mejoren las capacidades e instrumentos del sistema de apoyo a la exportación, internacionalización e inversión exterior de las pymes.
Las pymes interesadas en solicitar estas ayudas deben estar atentas al calendario de convocatorias, ya que los fondos NextGeneration se ejecutarán a través de licitaciones, subvenciones y ayudas de los distintos Ministerios, Comunidades Autónomas y. en algunos casos, Ayuntamientos. En el caso del Programa de Apoyo al Emprendimiento Industrial, deberán dirigirse a la SGR correspondiente a través de www.conavalsí.com.
La importancia del producto mínimo viable
 
                                En un mercado en continua evolución, las empresas necesitan implementar métodos de trabajo flexibles y eficientes que les permitan poner a prueba sus productos o servicios antes de lanzarlos. El método lean startup se utiliza para pasar del diseño de un proyecto a su puesta en práctica de manera más segura, usando la retroalimentación de los clientes.
Lean startup es una metodología de trabajo basada en el aprendizaje validado. Consiste en ir lanzando distintas propuestas del producto o servicio con algunas variaciones, durante un periodo de tiempo determinado, para comprobar la respuesta y nivel de aceptación de los usuarios. Así, se acortan los ciclos de desarrollo mientras se reduce el riesgo que implica lanzar nuevos productos o servicios. El producto mínimo viable es un concepto clave en esa metodología de trabajo.
¿Qué es el producto mínimo viable?
Un producto mínimo viable (PMV) es una especie de prototipo con las funciones básicas que le permiten al emprendedor aprender sobre los consumidores con un mínimo esfuerzo e inversión, para comprobar si su solución será bien aceptada y puede avanzar en su idea de negocio o necesita aplicar cambios.
El PMV aporta numerosas ventajas a las pymes y autónomos. En primer lugar, permite optimizar los recursos económicos y minimiza el grado de incertidumbre, que siempre representa el lanzamiento de nuevos productos o servicios. De hecho, facilita la creación de un producto o servicio a medida de los clientes que incluya las características más relevantes que realmente aporten un valor añadido. Así, se evita diseñar, crear, comercializar y distribuir un producto que prácticamente nadie necesita ni está dispuesto a comprar.
En segundo lugar, el producto mínimo viable también permite a los emprendedores conocer mejor a su público objetivo, así como detectar a los early adopters y los clientes potenciales, para afinar el plan de marketing. Un PMV sirve para identificar los mejores canales de comunicación y las estrategias publicitarias más efectivas y rentables para llegar hasta la audiencia.
En tercer lugar, el producto mínimo viable ayuda a estimar el potencial de crecimiento de un negocio y la rentabilidad del mismo, basándose en el interés que muestra el público. También permite recopilar datos financieros fiables que facilitan el acceso a la financiación o la búsqueda de inversores potenciales interesados en la idea de negocio.
¿Cómo hacer un producto mínimo viable en tres pasos?
- Concreta tus ideas en un producto
- Mide el rendimiento
- Aplica los resultados
El primer paso para crear un producto mínimo viable consiste en establecer una hipótesis de trabajo. Las hipótesis te ayudarán a identificar mejor tu público, validar su problema o detectar las características deseables del producto o modelo de negocio. En cualquier caso, asegúrate de que la versión del producto que utilices tenga las características necesarias para solucionar el problema. Puedes utilizar un vídeo demostrativo explicando los beneficios de tu producto o servicio, como hizo Dropbox en sus inicios, crear una maqueta que facilite la interacción o aplicar pruebas A/B para elegir las características que funcionan mejor.
En esta etapa, se realizan pequeñas pruebas de producto para verificar tus hipótesis de trabajo. Por eso, debes determinar métricas fiables que te permitan evaluar con precisión los resultados. Lo ideal es elegir métricas accionables que muestren claramente la relación entre causa y efecto, como pueden ser las conversiones en el caso de un ecommerce, las descargas para las aplicaciones móviles, las transacciones en los casos de SaaS o el tráfico para los contenidos.
Los resultados de las mediciones son la brújula que te irá orientando para crear el producto mínimo viable. En esta etapa, debes aplicar los ajustes necesarios para que tu producto o servicio responda a las necesidades del mercado. Si validaste tu hipótesis, puedes seguir adelante y lanzar el producto o servicio. Si no es así, tendrás que cambiar lo que no está funcionando y probar otras hipótesis con un nuevo PMV hasta que des en el clavo.



 
                        
 
                                         
                                         
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