Blog Con Aval Sí
Página 31

El proceso de ventas pasa a través de una serie de etapas que comienzan con la prospección, para determinar el público objetivo al que vas a vender tu producto o servicio, y termina con el servicio de posventa, esencial para conocer la satisfacción del cliente y dejar la puerta abierta a ventas futuras. En este proceso hay una fase crucial: el cierre. Una buena estrategia de ventas no solo debe despertar la curiosidad del prospecto sino también facilitar su decisión de compra.
Técnicas de ventas para cerrar una compra
Cierre por equivocación.
Esta técnica de venta demanda un conocimiento profundo de la comunicación extraverbal. Tienes que mantenerte atento a las señales de interés que envía el prospecto y, cuando notes que está preparado para realizar la compra, juegas con la equivocación. Al asumir la venta, ayudas a la persona a dar un paso más hacia la decisión de compra, de manera que le será más difícil echarse atrás y rechazarla. Puedes aplicar esta técnica de cierre de ventas preguntándole, por ejemplo, qué tipo de acabado quiere o a qué dirección debes enviar el producto.
Cierre Benjamin Franklin.
Benjamin Franklin solía tomar sus decisiones de manera muy racional, haciendo una lista detallada de pros y contras. Esta técnica de ventas inspirada en su método sigue siendo eficaz, sobre todo cuando el prospecto parecía estar listo para realizar la compra, pero se echa a atrás presentando una nueva objeción. Toma papel y lápiz para anotar sus contras y luego, en el lado contrario, apunta todos los beneficios del producto o servicio. Es importante que no discutas la veracidad de las objeciones pues el objetivo de esta estrategia de venta es simplemente mostrar que las razones para comprar superan los inconvenientes.
Cierre por urgencia.
Si notas que el prospecto está muy interesado, puedes usar la escasez a tu favor para cerrar la venta. El efecto de la escasez indica que la disponibilidad limitada de un producto o servicio incrementa su valor. Puedes resaltar que se trata de las últimas unidades, una edición limitada o que la oferta terminará dentro de poco. Esta técnica de ventas es especialmente eficaz cuando el prospecto es consciente del valor del producto o servicio ya que la perspectiva de perderlo aumenta el deseo de tenerlo y lo anima a tomar la decisión de compra.
Cierre por rebote.
Esta estrategia de ventas es perfecta para despejar las objeciones finales del prospecto y utilizarlas a tu favor. Por ejemplo, si la persona afirma que le interesa el producto, pero alega que su configuración es muy compleja, puedes mostrarle un artículo similar más sencillo o proponerle la ayuda del servicio de asistencia. Tu objetivo es demostrar que su objeción es salvable, de manera que el prospecto no la pueda usar como excusa para no comprar.
Cierre por amarre.
Esta técnica de venta se basa en conseguir respuestas afirmativas del prospecto, ya sea de forma verbal o extraverbal. La clave consiste en ir planteando una serie de preguntas o enunciados con los que la persona esté de acuerdo para generar un clima de sintonía y confianza que favorezca la venta. Así incrementas paulatinamente su nivel de aceptación hacia el producto o servicio y derribas sus barreras psicológicas.
No olvides que el objetivo de cualquier técnica de cierre de ventas es ayudar al prospecto a tomar la decisión de compra, eliminando cualquier tipo de barrera psicológica que aún exista. Eso significa que no existen técnicas de venta infalibles que puedas aplicar con todas las personas y en todas las circunstancias. Para cerrar un acuerdo necesitas desarrollar la habilidad de ponerte en el lugar del otro, comprender qué le detiene y gestionar esas objeciones inteligentemente.

El retraso en el pago de las facturas es uno de los principales problemas con el que tienen que lidiar muchas pymes, sobre todo cuando llega el momento de liquidar ante Hacienda las facturas emitidas y no pueden esperar a su cobro efectivo. En esos casos se suele producir un problema de liquidez que puede llevar a muchas pymes a echar el cierre.
El retraso de pago de facturas pone a las pymes contra las cuerdas
La Ley de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales indica que el plazo de pago a proveedores no puede superar los 60 días, pero lo cierto es que tan solo el 28 % de las empresas lo cumple. El último informe de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad revela que, aunque el año pasado se redujeron los tiempos de pago, aún están lejos de cumplir la norma. En el sector privado la media de pago a proveedores es de 77 días y en el sector público la morosidad duplica lo establecido por ley.
¿Por qué las pymes no reclaman?
Si sufres un retraso de pago, puedes reclamar los intereses de demora y una indemnización por los costes de cobro que has tenido que afrontar. Sin embargo, el 92 % de las pymes no exigen una indemnización legal por los costes de recobro y el 85 % ni siquiera piden los intereses de demora. Esto se debe a que desconocen el sistema de reclamación, pero también porque temen perder al cliente, lo cual no es extraño si se tiene en cuenta que el 72% de las pymes reconocen que les han impuesto plazos de pago superiores a los establecidos por ley.
Los efectos del retraso de pago en las facturas
El retraso de pago no causa un impacto en las grandes empresas que han diversificado más los riesgos, disponen de más recursos económicos y pueden acceder con mayor facilidad a líneas de crédito, pero en las pymes ese retraso al pagar la factura puede ser nefasto pues generalmente estas concentran su actividad en unos pocos clientes.
Si un negocio ya tenía problemas de liquidez, el aplazamiento de los pagos puede convertirse en la gota que colma el vaso, sobre todo cuando el ciclo de cobro suele ser más corto que el de pagos. En ese caso, esa pyme no podrá transformar sus activos en efectivo para afrontar el resto de sus obligaciones, como el pago a sus proveedores, las nóminas y los impuestos.
Esto sucede cuando la pyme se ve obligada a autofinanciar sus proyectos en curso, de manera que si se produce un retraso de pago, toda la cadena se ve comprometida. Al carecer de liquidez, la pyme no podrá financiar ni siquiera los proyectos en curso ni asumir nuevos, lo cual conduce a la quiebra.
Aunque la pyme tenga el músculo financiero necesario para afrontar los retrasos de pago, igualmente estos implican pérdidas económicas y de reputación:
- Disminuyen los márgenes de beneficio.
- Gastos bancarios de devolución de efectos impagados.
- Aumentan los costes debido a las necesidades de financiación por las facturas impagadas.
- Imagen financiera negativa que puede dificultar el acceso a la financiación.
- Gastos administrativos adicionales por la gestión de los impagos o el pago a las empresas de recobro.
- Costes adicionales en los créditos bancarios debido al incumplimiento de los pagos.
Ayudas y subvenciones para autónomos en 2018

Cada vez más personas se animan a emprender un negocio por cuenta propia. La Asociación de Trabajadores Autónomos reveló que durante los primeros cinco meses de 2018 se registró el mayor aumento de afiliados al RETA de todos los tiempos, a razón de 380 autónomos nuevos cada día. Si estás pensando en emprender, te desvelamos cuales son las ayudas y subvenciones a autónomos que puedes aprovechar este año.
Subvenciones a autónomos en situación de desempleo
Con la Ley de Concesión de Subvenciones al Programa de Promoción del Empleo Autónomo se han puesto en marcha una serie de ayudas a los autónomos:
-Subvención máxima de 10 000 euros.
Subvención para las personas en situación de desempleo que comiencen a trabajar como autónomos. En el caso de las mujeres víctimas de la violencia de género, la cuantía aumenta un 10 %, aunque cada Comunidad Autónoma tiene libertad para modificar las cantidades.
Para acceder a esta ayuda debes invertir en activo inmovilizado al menos 5 000 euros, impuestos excluidos, durante los tres meses anteriores al inicio de la actividad y los seis meses posteriores. También debes comprometerte a trabajar de dos a tres años, si cierras antes tu negocio tendrás que devolver esta ayuda para autónomos.
-Subvención financiera.
Esta subvención a autónomos equivale a la reducción de hasta 4 puntos del interés que fije la entidad de crédito pública o privada que te conceda el préstamo que necesitas para emprender tu negocio. El límite, hasta un máximo de 10 000 euros, queda en manos de las Comunidades Autónomas.
Tendrás que destinar al menos un 75 % de este préstamo a financiar inversiones en inmovilizado fijo, en el cual hayas invertido al menos 5 000 euros. No obstante, puedes dedicar hasta un 25 % a financiar el activo circulante.
-Subvención para asistencia técnica.
El objetivo de esta subvención a autónomos es financiar parcialmente la contratación de los servicios externos que necesites para poner en marcha tu negocio, incluyendo los estudios de viabilidad, comercialización y organización. Puedes financiar hasta un 75 % del coste de esos servicios, con un tope de 2 000 euros.
-Subvención para la formación.
Esta ayuda a autónomos está pensada para financiar parcialmente los cursos relacionados con la dirección y gestión empresarial o nuevas tecnologías de la información y la comunicación que necesites para iniciar tu negocio. La cuantía es del 75 % del coste de la formación, con un tope de 3.000 euros.
Bonificación de las cuotas a la Seguridad Social
Puedes aprovechar la tarifa plana de 50 euros al mes durante un año en la base mínima de cotización. Si eliges otra base, se aplicará una bonificación del 80 %. Los seis meses siguientes se aplica una reducción del 50 % de la cuota y los otros seis meses una bonificación del 30 %.
Los hombres de menos de 30 años y las mujeres menores de 35 pueden aprovechar una bonificación del 30 % de la cuota un año más. En el caso de las personas con discapacidad y las víctimas de violencia de género y terrorismo, se aplica una bonificación adicional del 50 % durante los siguientes 48 meses.
También puedes aprovechar las bonificaciones a los familiares en calidad de autónomos colaboradores: una reducción de las cuotas a la Seguridad Social del 50 % durante 18 meses y del 25 % durante los seis meses posteriores. De hecho, las ayudas a autónomos se mantienen aunque contrates a otras personas.

A la hora de emprender una actividad por cuenta propia, la contabilidad suele ser uno de los aspectos más descuidados, aunque desconocer tus obligaciones fiscales y contables puede causarte más de un dolor de cabeza. Llevar una buena contabilidad como autónomo no solo te ayudará a pagar los impuestos y evitar sanciones sino que también te permitirá saber en qué situación exacta se encuentra tu negocio para que puedas tomar las medidas correctivas necesarias.
¿Cómo llevar la contabilidad del autónomo?
Tus obligaciones contables como autónomo dependerán del tipo de actividad que desarrolles y el régimen de determinación del rendimiento, por lo que no tendrás que llevar la misma documentación si tributas por la estimación directa que por la estimación objetiva, si trabajas como profesional o eres un empresario mercantil. La Agencia Tributaria indica qué documentos son necesarios en cada caso, aunque existen algunos libros contables imprescindibles.
Ingresos y facturas
La contabilidad del autónomo comienza con el libro de registro de las facturas emitidas, el cual permite calcular los ingresos que genera tu actividad. Se trata de un simple listado de todas las facturas que has hecho en el que debes reflejar una serie de datos:
- Fecha de emisión de la factura
- Número de la factura
- Destinatario de la factura
- Base imponible
- Tipo de IVA aplicado y su importe
- Retención IRPF, si procede
Gastos
La contabilidad del autónomo también prevé un registro de los gastos de la actividad profesional, gracias a los cuales podrás saber si estás teniendo pérdidas o beneficios. Recuerda que para que un gasto sea deducible y puedas incorporarlo en tu contabilidad debe estar directamente relacionado con tu negocio. Lo usual es que tengas que llevar tres libros de registros:
- Libro de registro de facturas recibidas. Es un listado donde anotarás todas las facturas recibidas, tanto por la prestación de servicios como por los bienes que hayas comprado para tu actividad. Tendrás que reflejar los mismos detalles de las facturas que emites, incluyendo además el nombre y apellidos o razón social del emisor y su NIF.
- Libro de registro de bienes de inversión. Los bienes de inversión son aquellos cuyo costo supera los 3.005,06 euros sin incluir el IVA, y que, por su naturaleza, se consumirán a lo largo de diferentes ejercicios fiscales, por lo que no puedes contabilizarlos como un gasto único sino que tendrás que distribuirlos durante varios trimestres o incluso años. La Agencia Tributaria ha clasificado los bienes de inversión por tipo, determinando los plazos de amortización mínimos y máximos que puedes aplicar.
- Libro de registro de gastos. En este libro solo debes contabilizar los gastos para los cuales no tienes facturas, por lo que no puedes reflejar ni las facturas recibidas ni los bienes de inversión sino tan solo los tickets o recibos del banco. En este libro debes contabilizar el pago de la cuota de autónomos a la Seguridad Social, por ejemplo, ya que se justifica con el recibo del banco, así como el costo de una cena de trabajo. En caso de que tengas tanto el ticket como la factura, es mejor que contabilices el gasto en el libro de registro de facturas ya que así podrás desgravar el IVA correspondiente.

Cualquier autónomo, pyme o empresa que tenga empleados en su plantilla puede estar sujeto a una inspección de trabajo. No siempre se debe a una denuncia, en muchos casos se trata de un procedimiento rutinario del Ministerio de Trabajo para asegurarse de que los empresarios cumplen con las condiciones laborales que establece la normativa vigente.
Si el inspector detecta que estás incumpliendo la ley, puede aplicar diferentes sanciones según la gravedad de la infracción. Esa sanción también implicará la pérdida automática de ayudas, bonificaciones y cualquier beneficio de programas para el empleo y la formación durante dos años, o cinco si se trata de una infracción muy grave. No obstante, si bien es cierto que estar bajo la lupa suele generar tensión, si sigues estos consejos no tendrás que preocuparte.
Muéstrate colaborativo
Una inspección de trabajo puede realizarse sin preaviso, por lo que es importante que estés preparado para recibir al inspector en cualquier momento. Recuerda que todos aquellos comportamientos que retrasen, perturben o impidan la labor del inspector, desde un retraso en la comparecencia hasta intentar impedir que acceda al lugar de trabajo, se consideran obstrucción a la justicia.
Lo mejor es facilitar la labor del inspector y poner a su disposición toda la documentación que te pida. No olvides que también puede solicitar el acceso a cualquier zona del lugar de trabajo, tomar declaración a tus empleados, fotografiar el sitio e incluso pedir claves de acceso a los ordenadores. Obviamente, para facilitarle el acceso puedes pedirle que primero se identifique.
Asegúrate de tener toda la documentación en regla
Si tienes todos los documentos en regla, no tendrás por qué preocuparte, pero recuerda que la inspección de trabajo puede remontarse hasta 4 años atrás, por lo que estás obligado a guardar toda la documentación de ese periodo.
El inspector puede pedirte desde la escritura de constitución de la sociedad y el resguardo de inscripción de la misma en la Seguridad Social hasta la Inscripción y Declaración del Impuesto de Sociedades, las retenciones del IRP, los justificantes del pago de las retribuciones, los registros contables y, por supuesto, los documentos de inscripción, afiliación, alta y baja a la Seguridad Social de los trabajadores, así como los justificantes del abono de las cuotas de la Seguridad Social. Es probable que también quiera echarle un vistazo al calendario de trabajo, el registro diario de las horas de entrada y salida de cada trabajador, las nóminas y los contratos de trabajo.
No olvides el plan de prevención de riesgos laborales
El Ministerio de Trabajo señala que “el empresario debe garantizar la salud y seguridad de los trabajadores a su servicio en todos los aspectos relacionados con su trabajo”, por lo que las inspecciones de trabajo en las pymes suelen hacer hincapié en la prevención de riesgos laborales.
Para cumplir la ley, debes elaborar, implantar y aplicar un plan de prevención de riesgos laborales; que consiste en evaluar los riesgos que existen en tu pyme y diseñar medidas preventivas para evitarlos o minimizarlos en la medida de lo posible. En ese plan debes especificar qué vas a hacer y cómo, así como las tareas que corresponden a cada miembro de la plantilla. Si tienes pocos trabajadores y el nivel de peligrosidad es bajo, puedes realizar un plan de prevención de riesgos laborales simplificado.

La mayoría de los autónomos que llegan a la edad de jubilación reciben pensiones más bajas que los trabajadores por cuenta ajena, lo cual suele deberse a que suelen cotizar a la Seguridad Social por la base mínima. En España, la pensión media de un autónomo es de 646,30 euros al mes, un 10% menos que la de un empleado. Las diferencias no terminan ahí, los requisitos de la jubilación anticipada para los autónomos también difieren de las condiciones que se aplican a los trabajadores asalariados.
Jubilación de los autónomos: Requisitos que debes cumplir
Hace unos años, la jubilación anticipada para los autónomos ni siquiera se concebía. En 2007 se comenzó a prever para casos excepcionales en los que existiese una situación de discapacidad o se ejercieran actividades peligrosas, tóxicas o que supusieran una gran carga física. Afortunadamente, con la aprobación del Decreto-ley para favorecer la continuidad de la vida laboral de los trabajadores de mayor edad y promover el envejecimiento activo, ahora los autónomos también pueden jubilarse antes de tiempo. Además, deben tener su finiquito.
Los requisitos para la jubilación anticipada son:
Tener cumplidos dos años menos que la edad legal de jubilación que corresponda, teniendo en cuenta que la edad de jubilación en 2018 es de 65 años y 6 meses pero irá aumentando progresivamente, de manera que en 2027 serán 67 años, lo cual significa que podrías jubilarte con 65 años.
Haber cotizado al menos 35 años a la Seguridad Social aunque los periodos cotizados también aumentarán gradualmente, de forma que en 2027 se requerirán 38 años y 6 meses para la jubilación ordinaria. Se permite computar un año de servicio militar obligatorio o de la prestación social sustitutoria.
Acreditar que al menos dos años de la cotización fueron trabajados dentro de los quince anteriores a la solicitud de la jubilación anticipada.
Que el importe de la pensión a recibir supere la pensión mínima que te correspondería por tu situación familiar al cumplir los 65 años de edad.
En el caso de los autónomos, no se contempla la jubilación anticipada forzosa debido a la crisis, despidos o situaciones similares, escenarios que sí están previstos en el Régimen General, en cuyo caso esos trabajadores podrían jubilarse cuatro años antes de la edad reglamentaria, siempre y cuando hayan cotizado al menos 33 años.
¿Compensa la jubilación anticipada si eres autónomo?
Solicitar la jubilación anticipada implica que la pensión que recibirás será menor que la que te correspondería si siguieras cotizando durante unos años más, por lo que tendrás que sacar cuentas para saber si realmente te compensa.
Considera que se aplican unos coeficientes reductores que dependen del tiempo que hayas cotizado y los trimestres que te faltarían para cumplir la edad reglamentaria de jubilación:
- 1,5% por trimestre para un período de cotización igual o superior a 44 años y 6 meses.
- 1,625% por trimestre para un período de cotización igual o superior a 41 años y 6 meses e inferior a 44 años y 6 meses.
- 1,75% por trimestre para un período de cotización igual o superior a 38 años y 6 meses e inferior a 41 años y 6 meses.
- 1,875% por trimestre para un periodo de cotización inferior a 38 años y 6 meses.
Eso significa que, si te retiras con 63 años y has cotizado menos de 38 años, por ejemplo, tu pensión se reducirá en un 15% durante toda la vida.
¿Cómo hacer una factura electrónica?

En la era digital, las facturas convencionales están dejando paso a la factura electrónica, un documento que se genera, respalda y envía únicamente a través de los medios digitales. La facturación electrónica permite ahorrar costos, reduce el tiempo de gestión, disminuye las probabilidades de falsificación y agiliza las transacciones, por lo que no es extraño que la Administración Tributaria haya reconocido su validez, a la par de la factura impresa.
¿Quiénes deben emitir facturas electrónicas?
Desde enero de 2015, todos aquellos que trabajan con la Administración Pública están obligados a emitir facturas electrónicas, a menos que el importe no supere los 5.000 euros y la administración acepte la facturación convencional. Con esta medida se ha incrementado el control sobre los pagos, con el objetivo de reducir la morosidad y los costes económicos que esta representa para los proveedores.
Las pymes medianas y las grandes empresas que operan en el sector privado también tienen la obligación de facturar electrónicamente a todas las compañías que lo soliciten. Si eres autónomo o tienes una pyme pequeña, la ley señala que “la expedición de la factura electrónica estará condicionada a que su destinatario haya dado su consentimiento”.
¿Cómo hacer una factura electrónica?
Los detalles relacionados con las obligaciones de facturación están recogidos en el Real Decreto 1619/2012, donde se indica que la factura electrónica está sujeta a los mismos requisitos exigidos a las facturas convencionales.
Para hacer una factura online no tienes que instalar un software especial, pero debes asegurarte de que sea legible y tienes que garantizar que se pueda descargar e imprimir. Las facturas electrónicas que se emiten entre autónomos y pymes se suelen realizar en formato PDF, JPG o TXT y luego se contabilizan de manera manual.
No obstante, contar con un programa de facturación facilitará todo el proceso ya que, además de emitir facturas en formato XML, las contabiliza automáticamente, lo cual representa un ahorro de tiempo y recursos.
¿Cómo validar el origen e integridad de las facturas electrónicas?
Ya no es obligatorio que las facturas online tengan la firma digital certificada, si bien es una muestra de profesionalidad puesto que permite reconocer el origen de la factura y la integridad de sus datos. No obstante, si facturas a la Administración Pública, es imprescindible que esas facturas estén firmadas electrónicamente y realizadas con el programa Facturae, como señalan en su sitio web.
Otro método para garantizar la autenticidad e integridad de las facturas online consiste en usar el intercambio electrónico de datos (EDI), un estándar internacional que utilizan las empresas para intercambiar electrónicamente datos. La AEOC explica detalladamente cómo implementar el EDI en tu pyme.
En cualquier caso, la ley indica que para validar las facturas electrónicas emitidas entre pymes y autónomos basta aplicar los controles de gestión habituales que usas en tu negocio, lo cual significa crear una pista de auditoría fiable que establezca una conexión entre la factura y la entrega de los bienes o la prestación del servicio. La factura electrónica debe ser lo más precisa y detallada posible, avalada con justificantes, asientos contables, transacciones identificables y/o contratos.
¿En qué consiste la pluriactividad?

Si tienes un trabajo como empleado y te apetece emprender una actividad profesional por cuenta propia, puedes hacerlo como autónomo. La pluriactividad es una fórmula muy interesante a la que están recurriendo cada vez más profesionales porque les permite emprender un proyecto propio sin renunciar a la seguridad que representa el puesto de trabajo fijo.
¿Qué es la pluriactividad?
No es lo mismo ser pluriempleado que estar en situación de pluriactividad, aunque a menudo ambos términos se usan indistintamente. Si trabajas para dos o más empresas pero solo cotizas por el Régimen General, se considera que estás en situación de pluriempleo.
La pluriactividad implica realizar dos o más actividades laborales que obligan a cotizar en más de un Régimen de la Seguridad Social. La empresa para la que trabajes pagará las cuotas por el Régimen General y tú tendrás que darte de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, pagando las cuotas correspondientes.
¿Existen ayudas para los nuevos autónomos en situación de pluriactividad?
Con la Ley de Emprendedores se aprobó una reducción de las bases de cotización para los nuevos autónomos en situación de pluriactividad, incluyendo los autónomos societarios, de manera que el costo de trabajar por cuenta propia será menor del habitual durante los tres primeros años.
- Si tienes un trabajo a jornada completa y comienzas tu andadura como autónomo podrás beneficiarte de una reducción de hasta el 50% de la base mínima de cotización durante los primeros 18 meses de alta. Durante los próximos 18 meses cotizarás el 75% de la base mínima.
- Si tienes un trabajo a tiempo parcial con una jornada superior al 50%, durante los primeros 18 meses de alta podrás cotizar el 75% de la base mínima y durante los 18 meses posteriores abonarás el 85%.
Cuando te des de alta como autónomo en el RETA podrás solicitar esas bonificaciones, pero debes tener en cuenta que no son compatibles con otras, como la tarifa plana de 50 euros, por lo que tendrás que valorar qué opción te conviene más.
Otra buena noticia es que no tendrás que cotizar por incapacidad temporal, una cobertura obligatoria para el resto de los autónomos ya que esta prestación queda cubierta por el Régimen General de la empresa donde trabajas. La cotización por contingencias de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales también es voluntaria.
Restricciones a la cotización y devolución del exceso pagado
Si has superado el techo máximo de cotización por contingencias comunes, que son 12.368,23 euros, tienes derecho a que te devuelvan el 50% del exceso de las cotizaciones ingresadas, con un límite del 50% de las cuotas pagadas en el Régimen Especial.
Hasta el año pasado, para reclamar la devolución por el exceso de cotización tenías que presentar una solicitud pero con la Ley de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo la Seguridad Social devolverá el exceso de cotización sin necesidad de realizar ese trámite.
¿Tendrás derecho a dos pensiones?
Si cumples con los requisitos exigidos por cada régimen, tendrás derecho a dos pensiones. Si en el momento de la jubilación no estás dado de alta en uno de esos regímenes, es imprescindible que las cotizaciones acreditadas se hayan superpuesto durante al menos 15 años. En caso de que no tengas derecho a la pensión en uno de ellos, lo que has cotizado se sumará al régimen por el que curses la pensión.
Ley de autónomos: ¿Cómo nos afecta?

En España hay 3,2 millones de autónomos, el 22% de los cuales está generando empleo, pero prácticamente el 90% sigue cotizando por la base mínima y un 97% admite que no llega a ser mileurista.
Para ayudar a este colectivo, el año pasado el gobierno aprobó la Ley de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo, aunque algunas de sus medidas entraron en vigor el 1 de enero de este año. Te contamos cuáles son para que les saques el máximo provecho.
Siete medidas para impulsar el trabajo autónomo
1. Ampliación de la tarifa plana.
Con la nueva ley de autónomos, la tarifa plana se amplía durante un periodo de 24 meses. Durante el primer año se aplicará 50 euros. Al año siguiente, los autónomos podrán aprovechar una reducción del 50% (137,97 euros) de la cuota durante los primeros seis meses y del 30% (192,79 euros) durante los seis meses restantes. Las mujeres de menos de 35 años y los hombres menores de 30 pueden aprovechar una bonificación adicional de un año del 30% sobre la cuota por contingencias comunes.
2. Facilitación de las condiciones de acceso.
Esta ley de autónomos facilita las condiciones de acceso ya que reduce el plazo permitido sin cotizar a dos años, en vez de cinco, como se exigía antes. En el caso de los autónomos que ya han disfrutado de una bonificación, el plazo será de tres años.
3. Altas y bajas.
Podrás darte de alta o de baja hasta tres veces a lo largo de un año natural. Con la nueva ley de autónomos tampoco tendrás que cotizar por el mes completo sino tan solo por los días trabajados efectivamente, contando a partir del día del alta.
4. Base de cotización.
Para lograr que el sistema de cotización sea más justo, ahora los autónomos pueden cambiar su base de cotización hasta cuatro veces a lo largo del año natural, una medida muy conveniente para los negocios que tienen una gran estacionalidad.
5. Deducción de suministros.
Una de las medidas más interesantes de esta nueva ley de autónomos son lasdeducciones del 30% de los suministros del hogar como la electricidad, el agua, la luz e Internet sobre la parte de la vivienda donde realizas la actividad profesional, siempre y cuando hayas declarado los metros cuadrados correspondientes en el modelo 036 o 037. También puedes deducir hasta 27,27 euros diarios en España y 48 euros en el extranjero por concepto de manutención, asegurándote de que esos gastos corresponden a tu actividad económica y tengas la factura correspondiente.
6. Reducción del recargo por deudas.
Esta ley de autónomos reduce los recargos por deudas con la Seguridad Social del anterior 20% al 10%, siempre que pagues dentro del primer mes natural posterior al del vencimiento del plazo de ingreso.
7. Facilidades para las personas vulnerables.
Las personas que tienen una discapacidad superior al 33% y aquellas que hayan sido víctimas de la violencia de género o del terrorismo, pueden aprovechar una reducción de la cuota a la Seguridad Social del 80% durante el primer año y del 50% los siguientes 48 meses.
¿Cuándo se considera accidente laboral?

La mayoría de los accidentes laborales se deben al sobreesfuerzo físico y a los golpes contra objetos, un riesgo que en España está aumentando. Durante el primer trimestre del año se han producido 191.238 accidentes de trabajo que han causado baja, un incremento del 4% respecto al mismo periodo del 2017. De esos accidentes, 1.256 fueron graves, un 4,6% más que el año anterior, según reveló el último informe del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
¿Qué es un accidente laboral?
La Ley General de la Seguridad Social señala que “se entiende por accidente de trabajo toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena”.
Esto significa que para que se considere un accidente laboral se debe producir una lesión como resultado de un incidente que se pueda vincular de manera indiscutible con el trabajo. Puede tratarse de un incidente directo, como cuando sufres una caída en el puesto de trabajo, o puede ser un incidente indirecto, como cuando tienes un accidente de tráfico de camino al trabajo.
No se considerará accidente laboral si se comprueba que ha habido engaño, fraude o simulación. Tampoco si se debe a una imprudencia temeraria del trabajador, a menos que su comportamiento se pueda justificar con la confianza ganada debido a la experiencia.
Accidentes de trabajo: Ejemplos que contempla la ley
Accidentes in itinere.
Son aquellos accidentes que el trabajador sufre mientras va o regresa de su lugar de trabajo. Deben ocurrir en un momento próximo a la hora de entrada o salida y producirse en el trayecto habitual hacia o desde su casa. También se considera accidente de trabajo el fallecimiento del trabajador fuera del horario laboral si los primeros síntomas surgieron en el trabajo.
Movilidad funcional.
Son los accidentes que se producen mientras el trabajador cumple funciones ajenas a su actividad profesional encargadas por el empresario o en aquellas tareas que realice espontáneamente para facilitar el funcionamiento de la empresa.
Enfermedades contraídas en el trabajo que no se consideran enfermedades profesionales.
Como regla general, la enfermedad profesional suele ser un proceso lento y progresivo, mientras que el accidente de trabajo es repentino. En este caso, es necesario demostrar que la enfermedad está causada exclusivamente por la realización del trabajo, y la misma no puede estar incluida en el cuadro de enfermedades profesionales que prevé la Seguridad Social. También se considerará accidente de trabajo, por ejemplo, un cuadro de depresión o ansiedad debido a un ambiente laboral conflictivo.
Actividad sindical.
Son los accidentes que puede sufrir el trabajador mientras desempeña funciones sindicales, incluyendo los incidentes mientras se desplaza con estos fines.
Actos de salvamento.
Se trata de accidentes ocurridos mientras el trabajador realiza actos de salvamento vinculados directamente con su trabajo.
Enfermedad previa agravada por el trabajo.
Se consideran accidentes laborales aquellas enfermedades o defectos que el trabajador ya padecía pero que se han agravado como resultado de un incidente, afectando su capacidad para desempeñar sus tareas habituales. Por ejemplo, si un trabajador sufre una enfermedad cardiovascular, no basta con que fallezca en la empresa para catalogar el infarto como un accidente de trabajo, es necesario que ocurra mientras esté realizando algún tipo de actividad o esfuerzo físico o intelectual.
Complicaciones por el accidente.
Se refiere a las enfermedades que agravan las consecuencias del accidente en el trabajo y que han sido provocadas por este o han aparecido durante el proceso de convalecencia